HSBC entona el ‘mea culpa’: asegura que ya no ayuda a sus clientes a defraudar al fisco
El banco británico afirma que ha cerrado las cuentas sospechosas y ha incrementado los controles internos de la entidad
El banco británico HSBC intenta pasar página al escándalo SwissLeaks. El director general de la filial suiza de la entidad, Franco Morra, firma un comunicado en el que asegura que la entidad ha emprendido un cambio radical en su forma de actuar en el país para evitar en la medida que sea posible que los «clientes internacionales» usen sus servicios para defraudar al fisco de sus países de origen.
Morra indica que el banco ha iniciado una «transformación radical». También entona el mea culpa tras la publicación de la Lista Falciani: «HSBC Private Bank acogió un cierto número de clientes que no estaban totalmente en regla con sus obligaciones fiscales. La cultura de aceptación y los estándares de buen comportamiento eran netamente más bajos que los de hoy».
HSBC cierra las cuentas sospechosas
Según Morra, la nueva dirección de la filial ha analizado «profundamente» todos sus negocios y ha cerrado las cuentas sospechosas –según el comunicado, las que «no correspondían a los estándares del banco»– y que ha incrementado los controles internos para evitar que se «reproduzcan errores».
El relevo en la cúpula tuvo lugar en febrero de 2012, cuando Morra sustituyó a Alexandre Zeller como director ejecutivo. Las primeras filtraciones datan de octubre de 2010, cuando Christine Lagarde, por entonces ministra de Finanzas de Francia, envió a las autoridades griegas una lista con casi 2.000 nombres para ayudarles a tomar medidas contra la evasión fiscal. Los documentos le habían sido facilitados por el mismo Hervé Falciani.
La entidad sentencia que no está interesada en trabajar con clientes que no cumplen con sus exigencias en relación a la criminalidad financiera.
De Botín a McPherson
El banco británico ha puesto en marcha su estrategia de márketing poco después de que saliera a la luz la lista de los más de 100.000 clientes con cuentas opacas en la entidad. La información parte de los datos sustraídos por Hervé Falciani, un informático franco italiano que trabajaba en la sucursal de Ginebra de HSBC.
La lista incluye desde traficantes de armas y drogas a banqueros como el fallecido Emilio Botín, estrellas del deporte como Fernando Alonso o modelos como Elle McPherson.