Guerra abierta entre CiU y ERC hasta las elecciones autonómicas
Los dirigentes se centran ahora en las municipales y el problema mayor puede llegar en Barcelona, donde la formación de gobierno podría demorarse hasta el desenlace del 27S
El sector soberanista ha logrado la complicidad de muchos sectores en la sociedad catalana. En el terreno de los medios de comunicación, algunos analistas que se declaran cercanos a esas tesis han advertido de antemano de que se equivocarán los que crean que el movimiento se ha venido abajo, tras el acuerdo entre el President Artur Mas y el líder de ERC, Oriol Junqueras.
Se considera que quien pone en cuestión el proceso soberanista formula más un deseo que una realidad. Pero el hecho de que Mas haya convocado –en enero– unas elecciones anticipadas para el 27 de septiembre –nunca visto, porque no se anticipa con esa antelación– ha variado todos los planes de los soberanistas.
Pero lo que existe es, de hecho, una guerra abierta entre CiU y ERC y una cierta desazón entre los colectivos independentistas, incluida la Asamblea Nacional Catalana (ANC), «muy desorientada» en estos momentos, según diversas fuentes consultadas.
Lucha por la hegemonía del soberanismo
¿El movimiento soberanista ha comenzado a desinflarse? Eso sería, realmente, una afirmación que podría expresar un deseo. Pero, efectivamente, el independentismo necesita unos meses para cargar, de nuevo, las baterías después de los intensos meses previos al proceso participativo del 9N.
Porque las direcciones de CiU y de ERC no quieren saber nada, ahora mismo, que no sea la confección de las listas municipales, lo que deja en evidencia el compromiso que alcanzaron Mas y Junqueras, en el que aseguraron que se priorizará el acuerdo entre las dos fuerzas políticas en los comicios locales.
Un dirigente de Convergència asegura que la dirección de Esquerra también tiene claro que ha comenzado una larga carrera por la «hegemonía» del soberanismo, y que ya no acabará hasta las elecciones autonómicas del 27S.
Acuerdos posteriores tras las municipales
Pero, ¿y la hoja de ruta hacia la independencia? Habrá gestos del Govern, con las llamadas «estructuras de estado», como la Hacienda propia, y borradores sobre el sentido exacto de las elecciones si se produce una mayoría absoluta del soberanismo.
No habrá nada concreto. «Antes de las municipales es imposible, y después el problema se centrará en los acuerdos y en las formaciones de los equipos de gobierno», aseguran fuentes de las dos fuerzas políticas, que no eluden el distanciamiento que se ha creado entre Mas y Junqueras, y, por tanto, entre convergentes y republicanos.
La razón es una etérea pérdida de confianza, que esconde, en realidad, una cruda lucha por el poder. Los republicanos llevan desde el 9 de agosto –fecha de una entrevista entre Mas y Junqueras sobre los preparativos del 9N– con una letanía: Mas no se habría tomado el proceso en serio. Mientras que la dirección convergente sigue viendo a los republicanos como un partido que se mueve por prejuicios, excesivamente táctico.
Barcelona, el laboratorio de cara al 27S
Uno de los grandes problemas puede llegar en Barcelona. Esquerra va a por todas. Quiere ganar la alcaldía, y si tiene la posibilidad de llegar a acuerdos con otros partidos para derrotar a Xavier Trias, la aprovechará. El problema, según diversas fuentes, es que el alcaldable republicano, Alfred Bosch, ha jugado la carta del discurso independentista, y en las municipales el elemento central no sea ese, aunque lo intente ERC.
Y menos en Barcelona, donde podría irrumpir con fuera la candidatura de Guanyem, en la que está integrada ICV, Procés Constituent y Podemos. Trias podría buscar al PSC, mientras que el alcaldable socialista, Jaume Collboni, querrá facilitar la formación de un gobierno municipal de izquierdas. Se trata del gran laboratorio de la política catalana, y podría marcar lo que ocurra en las elecciones autonómicas.
Lo que ocurra en Barcelona, además, será determinante para formar el gobierno de la Diputación de Barcelona, ahora en manos de CiU.
La hoja de ruta, con el verano
El independentismo, debido en gran medida a la decisión de Mas de convocar las elecciones al Parlament después de las municipales, se toma unos meses de tregua. Con el verano llegará de nuevo el fervor, y la necesidad de trazar un programa común, aunque sea mínimo, entre CiU, ERC y, tal vez, la CUP.
Y llegará el 11 de septiembre, la Diada de Cataluña, que será el primer día de la campaña electoral. Pero eso ahora queda lejos.