Grietas en el Govern por las dudas que genera ahora el 1-O
Puigdemont exhibe la actuación de los Mossos para desafiar a Rajoy, pero en el Pdecat aparecen las dudas sobre la necesidad de aplazar el referéndum
Sacar pecho. Con los Mossos d’Esquadra, con la propaganda realizada en los medios extranjeros. El presidente catalán, Carles Puigdemont, quiere aprovechar la idea que el propio Govern difunde –Cataluña ha actuado como estado tras los actos terroristas en Barcelona y Cambrils—para desafiar al Gobierno español el 1 de octubre con el referéndum. Pero las dudas han surgido, en el propio Govern, y en el Pdecat. Con la boca pequeña, los dirigentes de ERC quieren seguir adelante, pero todos entienden que las cosas han cambiado desde los atentados islamistas.
La dirección del Pdecat se plantea un posible aplazamiento del referéndum. Son comentarios que se han suscitado en Madrid, por parte del grupo parlamentario en el Congreso, y en Barcelona, según apuntan fuentes nacionalistas. Hay dudas, que el propio Puigdemont ha interiorizado, aunque el presidente está dispuesto a llegar hasta el final, porque ahora entiende que el coste de un paso atrás sería demasiado alto.
Puigdemont se apoya en los activistas en las redes como Eduard Voltas o Toni Soler
En el Govern las reticencias entre el Pdecat y ERC no han variado. Pero se han intensificado en los últimos días. ¿Qué hacer tras un atentado islamista? ¿Todo debe seguir igual? Consejeros como Santi Vila, el elegido por Puigdemont para sustituir a Jordi Baiget –el primero que se atrevió a plantear en público esas dudas sobre el referéndum, antes del verano—muestra ahora sus vacilaciones. En el otro lado figura el consejero de Interior, Joaquim Forn, que se ha visto reforzado tras la actuación de los Mossos, y que es un independentista de primera hora, como Puigdemont. También está envalentonado el consejero de Presidencia, Jordi Turull. Por su parte, el republicano Oriol Junqueras asegura en voz alta que todo sigue igual, y que habrá referéndum el 1 de octubre, pero también ha comenzado a dudar sobre el momento que vive la sociedad catalana.
La cuestión es que la Mesa del Parlament sigue sin admitir a trámite la ley del referéndum. La versión oficial, como apuntan dirigentes de ERC y del Pdecat, es que es mejor que se tome esa decisión lo más cerca posible de la Diada, el 11 de septiembre, y que lo idóneo sería aprobarla en el pleno del 6 de septiembre. Con ello se buscaría, tras el recurso del Gobierno, una enorme movilización para la Diada. ¿Pero está la sociedad catalana ahora, incluso los sectores independentistas más convencidos, por esa movilización tras los atentados?
El Govern difunde que el Estado ha puesto en peligro vidas humanas
El Govern sigue contando con apoyos mediáticos de envergadura. Y con activistas en las redes, como Eduard Voltas o Toni Soler, que insisten en que la agenda política no se debe variar. Se da la circunstancia, además, de que se ha querido tergiversarlo todo con afirmaciones de responsables políticos, como Martí Estruch, el jefe de comunicación del Diplocat –el servicio de propaganda extranjera del Gobierno catalán–, que este miércoles difundía en las redes mensajes como este: “Que los poderes del Estado están dispuestos a poner en peligro vidas humanas antes que la unidad de España es cosa sabida”, en referencia a la supuesta ocultación de información por parte del Ministerio de Interior a los Mossos. Esas palabras fueron contestadas por la oposición, que ya le ha pedido que dimita.
El guión, sin embargo, puede ser el mismo, paradójicamente, que el que se planteaba en los meses anteriores a la remodelación del Ejecutivo, por parte de Puigdemont. Entonces, y, principalmente desde Esquerra Republicana, se consideraba que, tras la Diada, y, después de comprobar que no se podría realizar el referéndum, se acabaría convocando elecciones al Parlament.
Tras una reforma del reglamento del Parlament, para posibilitar que se apruebe de forma urgente la ley del referéndum, sin contar con la oposición, tras un cambio en el Govern para incluir a independentistas de siempre como Joaquim Forn, Puigdemont todavía no ha firmado nada respecto al 1-O.
Las entidades soberanistas han comenzado a intuir que el referéndum está en el aire, y por ello el presidente de la ANC, Jordi Sànchez, ha reactivado la campaña para el 1-O, con la idea de que la Diada sirva de arranque de la campaña electoral con una manifestación masiva.
Policía propia, lo que permite el estado autonómico español
Pero la preocupación en Cataluña es otra. La manifestación inmediata es la de este sábado en contra de los atentados terroristas, con la presencia del rey y de las autoridades del Gobierno. Queda por delante, además, un debate público intenso sobre la actuación de los Mossos, más allá de la propaganda del Govern y de sus apoyos mediáticos. Y eso se producirá en las próximas semanas.
¿Puede Puigdemont convocar el 1-O y hacer ver que no ha pasado nada?
Uno de los debates interesados que ha querido impulsar es que Cataluña, con la gestión de los atentados, ha demostrado que ya es un estado propio, que puede caminar sin España. Pero ha sido también una demostración de que Cataluña goza de un autogobierno, con una policía propia, como la tiene también el País Vasco, además de tener competencia en prisiones –la única autonomía que la tiene—que casa mal con la idea de que está sojuzgada bajo la bota del Gobierno centralista español. Lo que ha ocurrido en los últimos días ha sido una demostración de que el estado autonómico español ha funcionado. ¿Cómo lo venderá ahora Puigdemont y el conjunto del independentismo? Las dudas sobre qué hacer atenazan a todo el Govern.