Gordó acelera la carrera para liderar CDC contra Mas
Contacta con los dirigentes territoriales para dar la batalla por la secretaría general y crítica con dureza a Homs por no buscar el diálogo en Madrid
La batalla ha comenzado. El ex conseller de Justícia de la Generalitat, Germà Gordó, quiere liderar Convergència Democràtica, pese a los intentos de Artur Mas por buscar una síntesis entre diferentes sectores y refundar CDC con sus hombres, como Jordi Turull. Gordó ha intensificado sus contactos con los diferentes dirigentes territoriales del partido, y no deja de repetir que tiene un «ejército» en el mundo local que le puede permitir hacerse con la secretaría general del partido en el congreso previsto para el mes de junio.
La pasada semana almorzó con el conseller de Cultura, Santi Vila, y los presidentes de las diputaciones de Tarragona, Josep Poblet, y de Lleida, Joan Rañé. Busca apoyos, uno por uno.
Gordó fue una pieza esencial para Artur Mas. El ex president colaboró estrechamente con él para que se encargara de las finanzas del partido, y se pudiera apartar, de una vez, a Jordi Pujol Ferrusola, el hijo del ex president.
Pero en la última legislatura las diferencias han sido grandes. Gordó, arropado por algunas instancias del estado, como el mundo judicial, ha ido cuestionando todos los pasos de Mas en el proceso soberanista. Gordó influyó, –al margen de la valía y la trayectoria personal de su mujer—para que Roser Bach, su esposa, fuera miembro del Consejo General del Poder Judicial, (CGPJ), a instancias del PSOE.
Ahora, Gordó ha pisado el acelerador. Y ha criticado duramente a Francesc Homs, uno de los alfiles de Mas, por no buscar el diálogo en Madrid en un momento de cambio en la política española. «En este proceso tenemos que ser claramente dialogantes, nadie debe poder decir que CDC ha excluido de este proceso a ninguna formación política», ha asegurado.
Piedras en la mochila
Gordó logró estar en las listas de Junts pel Sí en el Parlament. Es diputado, con el objetivo de liderar alguna operación interna, en el caso de que Convergència virara su estrategia (sólo se puede ser president si se tiene la condición de diputado). Pero no repitió como conseller. Las desavenencias con Mas se hicieron más profundas, y ahora espera lograr el apoyo del partido, aunque fuentes convergentes constatan que «no podrá liderar CDC porque no tiene la confianza de las bases y de los cuadros medios».
Germà Gordó se distancia ahora de todo el proceso soberanista. Y ha rechazado la política de gestos de los independentistas, que se plasmaran este miércoles en el Parlament con la votación de una moción de la CUP en la que se pide que se aplique la resolución soberanista del 9 de noviembre. «El proceso ya es suficientemente difícil como para poner más piedras en la mochila», ha asegurado en una entrevista en Efe.
La Convergència de siempre
El ex conseller de Justícia considera que Junts pel Sí debería trabajar con otros grupos políticos, y no con la CUP, y que el diálogo se debería extender, incluso, a las fuerzas ideológicamente más alejadas como el PP y Ciudadanos. Su idea sobre el futuro de Convergència es que debería recuperar el espacio central, y aglutinar también a no independentistas. El objetivo, a su juicio, debería ser el derecho a decidir, y para ello no duda en buscar el apoyo del PSC.
Con la vía del referéndum canadiense que ha defendido el primer secretario socialista, Miquel Iceta, ya se habría dado «un paso decisivo», según Gordó. Esa apuesta del PSC, sin embargo, está llena de matices y sólo se activaría si en un referéndum de reforma de la Constitución, que se debe votar en toda España, en Cataluña se perdiera.
Pese a ello, Gordó señala que Junts pel Sí debe aproximarse al PSC y a Catalunya sí que es Pot, pensando también en los posibles socios en la política española, si Pedro Sánchez logra su investidura. El proyecto de Gordó, ahora, choca frontalmente con la dirección de Convergència.
Turull se desmarca
El portavoz parlamentario de Junts pel Sí, y candidato a la secretería general de CDC, Jordi Turull, ha mantenido la tesis de que el partido es ahora «netamente independentista»y que cualquier matiz que se desee establecer se le debe preguntar al mismo Gordó. En una entrevista en el programa Via Lliure, de Rac1, Turull ha insistido en que Junts pel Sí buscará acuerdos con la CUP, y en que la moción del miércoles se aprobará, tras buscar una salida en los próximos días con la propia CUP.
A pesar de pedir a la formación anticapitalista que «no fuerce a los funcionarios», al reclamar que se aplique la resolución del 9 de noviembre, que implica la desobediencia al Tribunal Constitucional, Turull no se ha mostrado dispuesto a romper con la CUP.