El Gobierno niega que se haya hablado de independencia: «Aragonès ha trasladado su aspiración»
Aragonès reclama la independencia de Cataluña y la amnistía, mientras el Gobierno niega que Sánchez haya "profundizado" sobre ello
La reunión entre el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Moncloa deja en nuestras retinas la imagen del Camarote de los Hermanos Marx. Una reunión en la que se habló de referéndum de independencia, amnistía y la vuelta de Carles Puigdemont a España, según el dirigente de ERC y sobre financiación, «normalización de las relaciones institucionales» y la pandemia, según Moncloa.
El Gobierno niega que se haya «profundizado» en temas como la amnistía de los presos del proces, la celebración de un referéndum sobre la independencia de Cataluña o del regreso de los presos fugados.
La portavoz del Ejecutivo y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dijo abiertamente que son «las aspiraciones del señor Aragonès» para seguir negando la evidencia: el abismo tan grande que existe entre el independentismo y el Gobierno tras los indultos a los nueve presos condenados por el 1-O.
El abismo entre Gobierno y Generalitat
«Bueno, el señor Aragonés, dentro de su relato, ha trasladado al presidente su aspiración, pero no han sido materias objeto de la reunión», insistió una y otra vez la portavoz del Gobierno tras las palabras del presidente de la Generalitat, quien señaló en rueda de prensa que «nunca vamos a abandonar la vía de la independencia».
«Aragones en su relato y cuando toma la palabra puede trasladar cualquier incertidumbre, pero no han sido objeto del debate. Si se ha hablado de la resolución del Consejo de Europa. Sánchez ha dicho que ha habido cuestiones distintas, pero no se ha profundizado en las otras cuestiones, independientemente de las incertidumbres que ha venido transmitiendo Aragonès en las que el señor Sánchez no ha profundizado», recalcó Montero volviendo tras sus pasos.
Tal y como publicó ED, Aragonès añadió, además, el perdón a la fianza de 5,4 millones de euros impuesta provisionalmente este martes por el Tribunal de Cuentas a, finalmente, 34 ex altos cargos del Govern por presunta malversación de caudales públicos para promocionar el procés.
Una condonación de la deuda que bien podría hacerse con la renovación del órgano fiscalizador a la que insta ya el Gobierno al caducar su mandato este mes de julio. Un gesto que no está dispuesto a hacer el Partido Popular y que ‘quema’ en Moncloa, al no ver renovados ningún órgano constitucional con las criticas de los jueces ya en Bruselas.
«Un foro de encuentro entre catalanes»
Pero esto no es lo que le preocupa al Gobierno de coalición, sino la realización de «un foro de encuentro entre catalanes» para, según Montero, «aportar soluciones compartidas hacia el interior de Cataluña». Un comodín de Sánchez para que Aragonès se siente también, según ha dado a entender la ministra, con la parte constitucionalista y «abordar cuestiones como la mejora de la convivencia».
Una idea, a simple vista de última hora, con la que el Gobierno ha querido echar en cara a Aragonès que no hubo respuesta por su parte. «El señor Aragonès no ha contestado a esa pregunta, pero hay que dejar tiempo, que los temas maduren… ya saben», insistió Montero al más puro estilo Gramsci.
Dentro del apartado «normalización de las relaciones institucionales», según Moncloa, ambos mandatarios hablaron sobre la convocatoria de la comisión bilateral (Gobierno-Generalitat) con el objetivo de hacer un seguimiento de las inversiones contempladas en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) «y otros asuntos que llevan tiempo pendientes de abordar», avanzó Montero sin avanzar sobre qué se refería.
Sánchez pidió también a Aragonès que asista este mes de julio a la Conferencia de Presidentes. Un asiento que la Generalitat siempre deja vacío para mantener un bis a bis con el presidente y abordar más autogobierno para Cataluña. Este año y tal y como viene publicando ED, se trata de un objetivo prioritario para el Gobierno sentar a Aragonès en la mesa con el resto de presidentes autonómicos, «en claro gesto de concordia», señalan las fuentes consultadas.
Tanto Sánchez como Aragonès dejarán para después de la Diada, la mesa de diálogo (la tercera semana de septiembre) y ahí «afrontar todos los elementos que nos permitan acercar posiciones y buscar los elementos que nos unen profundizando en el bienestar de Cataluña», volvió Montero a la carga.
No menos importante es la agenda socioeconómica para el Govern. Según la portavoz del Gobierno, Sánchez habló también sobre los fondos europeos con Aragonès, sin hacer público si otorga su gestión completa, tal y como piden desde la Generalitat.
Los presidentes también aspiran a que la candidatura de Pirineos-Barcelona sea la ganadora para organizar los Juegos Olímpicos en 2030 y, de pasada y sin dar más detalle, y también comentaron la necesidad de ampliar el aeropuerto de El Prat, asunto de vital importancia en Cataluña que ha generado enfrentamientos con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
«Nuestro camino intermedio es el referéndum»
La otra cara de la moneda, en este encuentro, la aportó Pere Aragonès en su rueda de prensa en la sede de Blanquerna. Como viene siendo habitual, el presidente de la Generalitat no permite celebrar la rueda de prensa en la sala de prensa de Moncloa porque «ya tenemos nuestra sede aquí en Madrid», responden a la pregunta de ED.
Aragonès salió combativo y advirtió: «Tenemos toda la ambición y determinación de defender el referéndum y la amnistía». El independentismo se destapa y desvela que en estos momentos ha recalculado su hoja de ruta dando pasos más cortos. «Nuestro camino intermedio es el referéndum, porque nuestro objetivo es la independencia», recalcó Aragonès.
«Nunca vamos a renunciar a nuestros planteamientos políticos. El Govern no renuncia a la independencia», continuó el presidente de la Generalitat. «No hemos transitado este camino para volver al 2010» y «el tiempo de vida de la mesa de negociación se determinará por los avances», explicó Aragonès que a cada frase sentenciaba los dos años que junto a Junts se han dado para establecer la ‘vía del diálogo’ con Sánchez.
Tajante respondió que la propuesta del Estado es mantener el status quo y eso «no es una solución». «Vamos a ir con toda la ambición y determinación a defender un referéndum sobre la independencia de Cataluña, y la amnistía. Por esto, no será fácil. Tenemos una oportunidad. El Estado tendrá que hacer una propuesta de Estado», sentenció el presidente de la Generalitat.
Una reunión con tintes cómicos donde cada parte vio su propia realidad. Con la férrea disposición a no ceder por parte del independentismo porque están en primero de negociación y quieren dejar claro el ‘lo volveremos a hacer’. Mientras el Gobierno tienta a la Generalitat con la cuestión monetaria, tras años de despilfarro que están siendo ahora investigados. La parte trágica para la ciudadanía, que es quien tiende a sufragar los desvaríos surrealistas.
La única cosa que sacaron en claro ambas partes es que la tercera semana de septiembre se verán las caras con propuestas «firmes», según Gobierno y Generalitat, para seguir dialogando. Los dos dirigentes ya han dado órdenes a sus equipos técnicos para negociar en julio y agosto el calendario y los aspectos que marcarán la hoja de ruta de la mesa de diálogo. El resto del tiempo mantendrán sus discursos y proclamas.