El Gobierno descarta el impuesto a los ricos en Madrid por su difícil encaje legal
Dirigentes del PSOE admiten que existe riesgo de una sentencia en contra del TC y critican a Escrivá por dar munición a Isabel Díaz Ayuso
Ximo Puig prendió la mecha hace semanas, pero ha sido José Luis Escrivá el que, apoyando el impuesto a los ricos en Madrid reclamado por el presidente valenciano, ha provocado todo un incendio en el Gobierno. María Jesús Montero ha tratado de cortar de raíz el fuego, descartando una medida que, desde hace tiempo, tanto en Moncloa como en Ferraz se ve con recelo.
Así lo reconocen a Economía Digital dirigentes socialistas muy próximos a la sala de máquinas de Presidencia del Gobierno. Estas fuentes afirman que este debate en el seno del Ejecutivo «viene de meses». En concreto, desde que la propia ministra de Hacienda anunció una reforma fiscal a aprobar de cara a 2022.
Ya entonces, el PP acusó al Gobierno de poner en marcha ese plan para contentar a ERC, que lleva desde finales del año pasado reclamando a Sánchez «combatir el dumpling fiscal’ en Madrid». El debate volvió a reabrirse en la campaña del 4-M, pero ha estallado definitivamente por las declaraciones de Ximo Puig, primero, y de José Luis Escrivá después.
El antecedente de González y su «ley de armonización»
En todo este tiempo, tanto en Moncloa como en Ferraz tenían guardada en un cajón la medida reclamada por ERC y después por Ximo Puig: «Aplicar una reforma fiscal que armonice impuestos no es sencillo. Y menos, obligar a una comunidad autónoma a aplicar una tasa que no quiere».
Aplicar una reforma fiscal que armonice impuestos no es sencillo. Y menos, obligar a una comunidad autónoma a aplicar una tasa que no quiere
Veteranos socialistas recuerdan, en este sentido, que la Constitución Española recoge, en su artículo 150,3 la potestad del Estado para aprobar leyes para «armonizar las disposiciones normativas de las Comunidades Autónomas, aun en el caso de materias atribuidas a la competencia de éstas». No obstante, señalan, «solo se hizo una vez y la cosa acabó tumbada por el TC».
Efectivamente, en 1983 el Tribunal Constitucional tumbó los artículos clave de la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico aprobada por Felipe González al poco de llegar a La Moncloa.
Una de las principales polémicas vinculadas a esa norma, de hecho, fue la propuesta de igualar los techos de gasto de todas las CCAA, que el PSOE heredó de la etapa de Suárez.
«No se puede imponer una tasa o eliminar exenciones autonómicas»
Meterse en la fiscalidad de las comunidades autónomas, por tanto, «nunca ha sido fácil ni ha tenido un fácil encaje legal», reconocen en el PSOE.
Y, en cuanto a la imposición de un impuesto a los ricos en Madrid, los dirigentes socialistas consultados se muestran más que contundentes: «No se puede imponer una tasa así como así a las comunidades autónomas«.
En ese sentido, recuerdan que «ya existen una serie de impuestos, a aplicar en todas las comunidades, pero luego cada gobierno autonómico aprueba las exenciones que considera oportunas».
Así, añaden, «Madrid apuesta por hacer exenciones a los impuestos de patrimonio, sociedades… y es muy difícil que eso pueda cambiar«. Admiten, en ese sentido, que en el seno del Gobierno, desde el primer momento, «hubo muchas dudas de que eso se pueda hacer sin que el asunto acabe en el Tribunal Constitucional».
Críticas a Escrivá
Después del duro y reciente varapalo del TC al Gobierno a cuenta del primer estado de alarma, nadie en el Ejecutivo parecía dispuesto a abrir una nueva polémica judicial. Y menos, con Madrid de por medio. No obstante, el ministro Escrivá decidió saltarse esa estrategia.
Enfrentado con la Comunidad de Madrid por la gestión del Ingreso Mínimo Vital, el titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones no dudó en respaldar a Ximo Puig en su exigencia de un impuesto a los ricos en Madrid. Lo hizo, además, después de que el consejero de Hacienda valenciano descartara esa posibilidad, como tuvo que hacer este viernes María Jesús Montero.
En el PSOE han molestado, y mucho, las palabras del ministro Escrivá: «Se ha metido en una batalla que estaba perdida de antemano y que le ha dado aún más munición y fuerza a Isabel Díaz Ayuso. La medida no se va a hacer y provocar estos debates no nos beneficia en absoluto».
Las mismas fuentes echan en cara al ministro que «no es la primera vez que se mete en un jardín» por unas declaraciones a destiempo.
«Le pasó con las pensiones y después de llegar a un acuerdo con los sindicatos. En vez de explicar ese acuerdo, encendió a los agentes sociales anticipando los siguientes debates». Unos excesos verbales que empiezan a cansar tanto en Moncloa como en Ferraz.