El genetista Peter Forster señala que la Covid-19 circula por Europa desde 2019
Un estudio señala que la cepa mayoritaria en Wuhan no es la más antigua de las tres que circulaban por el mundo, y pone en duda que sea el origen del virus
Aunque la idea más extendida es que los primeros casos de Covid-19 llegaron tras el brote en China, un nuevo estudio ha sugerido que el coronavirus podría estar circulando desde el pasado septiembre de 2019. El sorprendente hallazgo podría poner en cuestión que, pese a que los primeros enfermos se detectaron en Wuhan, este fuera el origen del virus.
Varios participantes en el estudio fueron sometidos a la prueba de detección del cáncer de pulmón, aunque debido a la pandemia y ante la necesidad de dar preguntas y respuestas sobre su origen y evolución, los investigadores sometieron las muestras de sangre recolectadas desde septiembre de 2019 y febrero de 2020 a un examen más exhaustivo.
Según ha publicado la agencia Deutsche Welle, se encontraron anticuerpos contra el coronavirus. Lo que ha asombrado tanto a investigadores, no lo ha hecho tanto para el genetista Peter Forster: «En abril, según los datos disponibles en ese momento y la tasa de mutación del virus, estimamos que debió haberse propagado con éxito en humanos entre mediados de septiembre y diciembre de 2019».
La cepa del virus en Wuhan no es la más antigua
El análisis del científico en primavera se basó en los primeros datos disponibles del genoma del virus desde diciembre de 2019 hasta marzo de 2020. Forster y su equipo creó una suerte de árbol genealógico de la Covid-19 e identificaron tres cepas diferentes, a las que llamaron A, B y C.
Con el estudio, los investigadores pretendían saber cuál era la más antigua para averiguar el lugar geográfico de nacimiento del virus, puesto que las tres variantes estaban presentes en China. No así en otras partes del mundo, puesto que la cepa A se detectó rápidamente en pacientes de EEUU y Australia. El tipo C lo hizo en Singapur, Japón y Taiwán: «También había un italiano entre los infectados, obviamente un turista».
«La mayoría de las muestras pertenecían a la variante B, particularmente común en Wuhan, China», explicó el genetista. Esa zona es la que la comunidad científica considera como escenario más probable de la mutación del virus que, desde entonces, se ha dado a conocer como el origen de esta pandemia de alcance mundial.
Un origen alternativo: la provincia china de Guandong
Puesto que el murciélago ha podido ser el portador más probable del patógeno de la enfermedad, los científicos compararon las tres cepas con el coronavirus que se alojaba en el animal. El resultado sorprendió a Peter Forster: «Estaba muy claro que A es el tipo más antiguo». Eso significa que como el tipo B, el más mumeroso en Wuhan, no podía ser el origen de la propagación del virus.
El investigador ha sugerido otro emplazamiento como posible origen: la provincia de Guandong, en el sur de China. «La mitad de todas las muestras en ese momento eran de la cepa A. En segundo lugar, allí hay poblaciones de murciélagos y, en tercer lugar, ha habido brotes de coronavirus allí antes».
Pese a los resultados del estudio, hay bastante polémica dentro del ámbito científico. Según la mencionada agencia, en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), otros científicos criticaron la metodología del estudio y la interpretación de los resultados. Las respuestas de Forster también se pueden encontrar allí. Su artículo ha sido citado más de 300 veces en la literatura científica.