Nueva fuga en la CUP: Quim Arrufat sale de las listas
Quim Arrufat, exdiputado del partido independentista, sigue los pasos de Mireia Boya y renuncia a repetir en las listas a la alcaldía de su pueblo
La CUP suma una una baja. Tras la salida de Mireia Boya por la supuesta “agresión” de un compañero, el exdiputado Quim Arrufat ha renunciado a repetir en las listas a la alcaldía de su pueblo, Vilanova i la Geltrú (Barcelona).
Arrufat, considerado uno de los cerebros del partido independentista radical, ha alegado en una carta que su adiós llega por motivos personales. “Tras pensarlo mucho he decidido salir de la lista electoral para las próximas municipales. Este último ciclo político fue muy intenso y agotador”, reconoció.
En concreto, tal y como detalló en un tuit, el exelecto remarcó que otro de los motivos de su salida era la necesidad de “dedicar más tiempo a la familia”.
Després de molt pensar-ho, he decidit sortir de la llista electoral de les properes municipals. Aquest darrer cicle polític ha estat molt intens i esgotador.
Necessito parar. Dedicar temps a casa. A la feina. A mi, també.— Quim Arrufɐt (@quimarrufat) 5 de abril de 2019
Con todo, Arrufat quiso evitar especulaciones y explicó que su decisión no llega “por discrepancias con el proyecto de Capgirem Vilanova-CUP”, ya que, en su opinión, “es la mejor apuesta” para el municipio. “No me voy, cambio de posición, pero sigo en el frente”, insistió.
Arrufat, tras los pasos de Mireia Boya
La salida de Arrufat llega poco días después de la de otro peso pesado de la CUP. Mireia Boya, imputada por desobediencia en la causa del 1-O, anunció el pasado 29 de marzo que dejaba la cúpula de la formación anticapitalista tras sufrir “un episodio continuado de agresión psicológica” por parte de un compañero de partido,
Boia, que no desveló la identidad del supuesto agresor, también hizo público su adiós a través de una carta. En la misiva sostenía que necesitaba “tiempo para cuidarse”.
La decisión fue comunicada de forma interna el pasado 17 de marzo por unos hechos que ocurrieron mientras ella era diputada en el Parlament de Catalunya, entre enero de 2016 y octubre de 2017.
La situación, en palabras de Boia, “me generó problemas de salud que escondí debajo de una coraza que me fabriqué a medida”. Una vez abandonada la cámara, insiste, coincidió con su “agresor” en el secretariado. “Tiene comportamientos agresivos y roles de poder”, lamentó.