Fuego cruzado entre independentistas y Podemos en plena negociación del Govern
El pleno del Congreso aflora las discrepancias entre ERC, JxCat, la CUP y los 'comuns', mientras Sánchez equipara a los de Puigdemont a Vox
Todos contra todos en el Congreso de los Diputados. El primer pleno de la Cámara baja desde las elecciones catalanas ha estado marcado por las crecientes discrepancias entre los principales aspirantes a formar un Govern que sí o sí será el fruto de negociaciones entre varias marcas.
ERC ha trasladado a las Cortes la negociación de un Ejecutivo catalán de «vía amplia» con JxCat, la CUP y los comuns, y entre todos ellos ha habido fuego cruzado. El portavoz republicano Gabriel Rufián ha defendido esta apuesta para lograr que los de Carles Puigdemont y Laura Borràs, sus socios hasta ahora en la Generalitat, «dejen de marcarnos el ritmo».
Sugiriendo que JxCat se pensaba que «el país era suyo» por haber ganado tantas elecciones, Rufián también avisó que «no somos los criados de nadie» y emplazó a la CUP y los comuns a «entendernos» porque ahora «sumamos como nunca». Concluyó el republicano que las urnas han dado luz verde al proyecto de ERC para negociar con el Estado.
El contexto de las negociaciones del equipo de Pere Aragonès con los demás dirigentes con los que quiere formar Govern lleva a destacar otras frases de Rufián. Frente a los 74 diputados independentistas que dejan las elecciones, el portavoz subrayó los «82 diputados inequívocamente a favor de una solución política dialogada al conflicto», en alusión a En Comú.
Y, dirigiéndose a los partidos no independentistas —entre los que se cuentan Podemos y el PSOE—, zanjó: «No vamos a desaparecer; ustedes tampoco, hagamos nuestro trabajo». Grosso modo, una intervención de ataque a JxCat y de defensa de la «vía amplia» de ERC, pero también con reproches a Podemos por «tuitear» su solidaridad en lugar de gobernar con ella.
Dardos a ERC
Pese a que Rufián ha intentado no ser muy duro con la CUP —formación con la que ERC ha comenzado las negociaciones porque sabe que si amarra su apoyo se empieza a allanar su camino a la Generalitat— los anticapitalistas no han tenido la misma cortesía.
Toda vez que en el Congreso se discutía la propuesta de ERC de «negociar un referéndum» con el Gobierno, Mireia Vehí, diputada de la CUP, ha preguntado a Rufián si esta moción supone que «la mesa de diálogo no está funcionando», máxime cuando Podemos se abstuvo en la votación y el PSOE la rechazó.
JxCat cargó contra los comuns por su abstención, sirviéndose de ella para subrayar que el partido no aprueba la invitación extendida por ERC a Jéssica Albiach para negociar el Govern. La portavoz de la formación, Miriam Nogueras, ha animado a ERC a «ponernos de acuerdo» tras el «empate técnico» del 14-F, recordando que Esquerra ganó pero no por mucho.
De hecho, Junts ha aludido a la «vía amplia» por la que apuesta ERC para advertir de que el rechazo de PSOE y Podemos a la moción del referéndum pactado les haría «culpables de que la vía amplia sea la vía muerta». Y ha seguido lanzando guiños a ERC al ritmo de «podemos volver a hacerlo».
Jaume Asens, líder de los comuns en el Congreso, ha respondido a ERC que para celebrar un referéndum primero hay que negociarlo y ha tildado de «demagogia» el discurso del independentismo. «Habrá que ir primero a la mesa de diálogo; no hay alternativa: o se negocia o se negocia», ha insistido. «Hagamos un gobierno de izquierdas comprometido con el diálogo».
Sánchez se enzarza con JxCat
Mientras ERC avanza lentamente en sus negociaciones con independentistas y podemitas para formar un nuevo Govern en Cataluña, los socialistas siguen instalados en la hipotética investidura de Salvador Illa, que ganó los comicios pero carece de apoyos suficientes para liderar el Ejecutivo autonómico.
Así, Pedro Sánchez ha hecho campaña por Illa pese a que ya pasaron las elecciones y ha lanzado nuevos ataques contra JxCat a la vez que no se ha referido apenas a ERC. El presidente del Gobierno equiparó a los de Carles Puigdemont y Vox, acusándoles de alimentar una «confrontación» durante «varios años» y de incitar al odio.
Sánchez ha señalado que Cataluña necesita un Govern del PSC y En Comú-Podem, nuevamente ignorando la existencia de ERC y obviando que ese Ejecutivo es imposible ahora mismo. Más allá de ERC, su mensaje fue la constatación de un veto a Junts porque no cree en el diálogo.