Una franquiciada de DIA: «Me han engañado una y otra vez»

Una afectada explica todas las prácticas abusivas de DIA: ni abonaba los márgenes correspondientes ni compensaba las ofertas a los franquiciadores

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Esta semana arranca el juicio de DIA en la Audiencia Nacional en el que se examinará el alcance de las responsabilidades de Ricardo Currás, el exconsejero delegado de la cadena de supermercados imputado por administración desleal y falsedad contable.

Exfranquiciadas de DIA como Raquel Vega confían en una reparación después de sufirir durante años las prácticas abusivas de la cadena. Raquel trabajó siete años de empleada en supermercados DIA, primero como cajera y, luego, como encargada de tienda. Después de ser madre y pasar por otra conocida compañía del sector, DIA la llamó para proponerle que se convirtiera en franquiciada al frente de un gran supermercado en Gijón. Ahí empezó su calvario.

Aguantó tres años (2011-2014) hasta que acabó desbordada por las prácticas de la cadena hacia los franquiciados. Raquel Vega subraya que el suyo no es un caso aislado porque la misma casuística se repite “como un calco” en decenas de franquiciados de DIA. No todos se atreven a denunciarlo. Ahora forma parte de la junta de la Asociación de Afectados por Franquicias de Supermercados (Asafras), desde donde asesora a quienes han pasado por su misma situación. Este es su relato.

PROCESO JUDICIAL CONTRA CURRÁS / Aunque fue instado por socios minoritarios, fueron los franquiciados los primeros que acudieron a los tribunales para denunciar las supuestas prácticas abusivas. “El modelo de DIA se basó durante mucho tiempo en quitarnos a los franquiciados. Pero cuando fuimos abriendo los ojos y vimos el cariz del asunto, entonces DIA quitó de los accionistas. Lo que investiga la Audiencia Nacional se centra en las cuentas, pero esto tiene un camino previo, que es la estafa [a los franquiciados] que estamos denunciado desde hace un montón de años. Por esto se ha abierto la puerta en fiscalía, porque ven que viene de lejos”.

POLÍTICA LABORAL / Antes de convertirse en franquiciadas, muchas trabajaron durante años como empleadas de supermercados de esta firma. La compañía les ofreció ser franquiciadas.

“Ellos vieron que lo más fácil para llevar sus tiendas franquiciadas era tirar de empleados, de gente que había formado. Y de paso, se quitaban lastre de gastos de personal”.

“Las empleadas de DIA éramos las más sacrificadas del sector de la distribución: interminables horas, jornadas sin descanso, poco personal por tienda, … una situación tremenda. Esto les ocasionaba muchas bajas laborales. Así que, mediante las franquicias, consiguieron quitarse de encima todos esto lastres de un plumazo”.

MÁRGENES COMERCIALES / “El principal problema de los franquiciados es que no te abonan los márgenes que te corresponden. Si trabajas quince horas a diario, no te da tiempo de pelear contra ellos y no te das cuenta hasta mucho tiempo después del trasfondo del asunto. Las franquicias fracasan, pero no porque funcionen mal. En realidad, funcionan mucho mejor que las tiendas propias de DIA: si una tienda propia de DIA vende 50.000 euros al mes, al coger la franquicia doblas las ventas, pero no te queda nada”.

“Si como encargada de una tienda propia veo que hago una gestión correcta, eso me anima a quedarme con ella como franquicia porque sé que voy a trabajar mejor, que le dedicaré más tiempo, más atención al cliente y subiré las ventas. ¿Cuál es el problema? Cuando coges la franquicia, ves que pasa mucho dinero por tus manos, pero no te queda para cubrir los gastos”.

“El problema es que DIA decía que ofrecía un margen de un 13% o del 14% y, en realidad, en el mejor de los casos, te quedas con un 3%. Y claro, te vas comiendo, comiendo, comiendo el stock de la tienda”.

COMPENSACIÓN DE OFERTAS / “Se ha hablado mucho de las de las devoluciones o las mercancías en mal estado [que llegaban a las tiendas], pero el problema para los franquiciados es que no te abonan el margen que corresponde y no te compensan las ofertas de productos. Las ofertas de DIA corren a cuenta del franquiciado”.

“Los cupones de descuento de DIA son personalizados en función de las compras que realiza el cliente. La mayoría de la gente va con la tarjeta de DIA para beneficiarse de los cupones y las ofertas. El cupón nos puede suponer [de media] unos 3.000 euros al mes”.

“La duración media de las franquicias es de entre dos y tres años. Y te das cuenta por donde vienen los tiros. El problema de los franquiciados de DIA es el margen, que no te abonan ofertas y cupones, y luego está los servicios generales que acabas pagando, las deficiencias en la gestión, … es un cúmulo de cosas. No está en tu mano”.

PÉRDIDAS / “Cuando llevas la franquicia trabajas catorce horas o más. Haces mucho trabajo físico y tienes poco tiempo para hacer de gestor: calcular que las cuentas y los márgenes estén correctos. DIA se encarga de tener un programa muy impreciso, opaco y oscuro en el que es muy difícil contrastar datos. Te encuentras con que son habituales los retrasos del camión, la falta de mercancías, que no te abonen todo lo que reclamas, etc. Por ejemplo, en devoluciones, roturas o si falta algo, ellos deciden y te acaban pagando 10 euros. Da igual que te falten unas cajas de quesitos El Caserío que una caja de 12 botellas de vino de Rioja caro. Abonan el mismo importe. Estas pérdidas suman mucho”.

NEGOCIO RUINOSO / “Era una tienda de grandes dimensiones. El llenado nos costó 120.000 euros. El día que cerramos, tres años más tarde, el importe de la mercancía que quedaba era de 2.000 euros. Nos comimos el stock entero. A parte de los 120.000 euros del llenado, del canon de franquicia y otros gastos, pusimos de nuestro bolsillo otros 100.000 euros en un intento de remontar el negocio. Al final, nos exigieron una deuda de 68.000 euros [en concepto de importe pendiente de amortización del llenado].  No es un caso particular. Esta situación se repite en otros franquiciados”.

TRABAJO / “Coges la franquicia con la intención de que sea tu trabajo. No la coges para enriquecerte. No entramos con el afán de ser millonarios porque sabes que DIA trabaja a un porcentaje bajo, pero, de ahí a lo que te encuentras después, dista un abismo”.

CALIDAD / “La calidad de la mercancía tiene unas deficiencias tremendas. En frescos, trabajan con productos muy próximos a la caducidad. Si el camión se retrasa, pierdes la venta de la mañana, pero la mercancía te llega igual, con lo que lo mas probable es que te la acabes comiendo tú. De hecho, los franquiciados nos acostumbramos a comer caducado hasta no poder más. Durante mucho tiempo comimos caducado porque es una mercancía que has pagado. Eso pasa con lácteos, carne o frutas”.

PRESIÓN / “Las inspectoras y jefas que trabajan para DIA están aleccionadas para apretarte las clavijas. Vienen y te dicen: ‘te sobra personal’, ‘la persona que tienes trabajando contigo se te está llevando dinero de la caja’ o ‘tu marido se va de putas’, literalmente. Esto forma parte de la casuística general. A mucha gente le han dicho: ‘tu marido, cuando sale de la tienda, se va de putas’. Hay socios de tiendas franquiciadas que han acabado mal entre ellos porque lo que hacia DIA era ‘mira a ver que hace tu socio’. Esto genera mucha presión”.

“Cuando las cosas se pusieron mal en la tienda, la inspectora me dijo: ‘habla con tus chicas de caja y diles que no van a cobrar en dos o tres meses, y metes el sueldo de ellas en mercancía para la tienda. Y así subes las ventas y te genera liquidez’. Y yo le digo: ‘no estoy aquí para jugar con el salario de nadie’. Las cajeras me pueden sumar un salario de 800 euros cada una. Los camiones que yo recibo cuestan entorno a los 10.000 euros. Que hago yo con 1.600 euros en un mes. Es absurdo. Te decían que, como mínimo, no te quejases, que tenías una tienda de alimentación y lo que comías lo tenías asegurado. Pero, claro, a mi el banco no me cancela la hipoteca con una cesta de alimentos. Eso es a lo más que llegas cuando pides explicación a los superiores que tienes encima”.

PROVEEDORES / “Jamás vimos ningún tipo de bonificación por parte de los proveedores [para posicionar sus productos en los lineales]. Si multiplicas el número de franquicias por el número de marcas, imagínate el importe que se lleva DIA. Las compras son centralizadas al almacén de turno que corresponde a tu zona”.

“Los franquiciados no deciden los pedidos. Estos pedidos te ocasionan en la mayoría de las veces un stock desmadrado de montones de productos que no tienen una salida óptima y que pagas tu. O sea, es la historia de pides tu y pago yo, tal cual. No hay un solo punto donde digas esta parte esta correcta. Es un negocio inviable: tu no manejas lo que quieres tener en la tienda, ni como lo posicionas. En mi tienda tenía un lineal de 12 metros de yogures y me exigían tenerlo completo. Cuando me ponía a retirar las caducidades de productos … “, el coste era para el franquiciado.

DEMANDAS JUDICIALES / “Yo tengo muy claro que he sido estafada, pero hay gente que le cuesta reconocerlo incluso ante su propia familia. Hay quien cierra el negocio y no se siente capaz de salir a la calle y decir ‘me han estafado’. Creen que les mirarán mal si dicen que se han quedado en la ruina”.

“Durante mucho tiempo, los resultados judiciales nos han acompañado muy poco. Nos han dado muchos varapalos. DIA es una empresa muy fuerte, bien conectada política y judicialmente. Esto ha hecho desistir a muchos franquiciados. Piensan ‘para qué me voy a meter’ [en pleitos]. Nosotros lo tenemos muy claro. Hay un trasfondo detrás que acaba saliendo. El tiempo nos está dando la razón. Por ejemplo, en el tema judicial de Currás, se ve que la empresa vivió durante muchos años de una estructura piramidal basada en el sistema de franquicias:  si tengo franquicias, no tengo gastos. Encima, cuando el franquiciado se queda en la ruina, le comía todo lo que tenía -avales, propiedades y demás- y así van pasando uno detrás de otro”.

“DIA jamás ha sido capaz de contestar a la pregunta clave, siempre he querido ver a Ricardo Currás contestado esta pregunta: ¿cuál ha sido la rotación de sus franquicias? Algunas franquicias, en diez años, han pasado nueve franquiciados. Es una barbaridad. Uno puede ser mal gestor, pero no todos. Y mientras, DIA va alardeando de ventas”.

FALSOS AUTÓNOMOS / “No somos franquiciados, en realidad, somos falsos autónomos. No tienes libertad para nada, ni para contratar servicios externos como la telefonía o la luz, que te vienen impuestos. Ni siquiera hay forma de hacerse con una factura original de la luz”.

“Cuando me hice cargo de la tienda, cambiaron el sistema de iluminación. En la cuenta de explotación que me facilitaron, que era ficticia, tenía unos gastos de electricidad de 1.200 euros, pero el primer mes pagamos 2.600. Y claro, multiplica esta desviación durante tres años. Y como eso, todos los gastos. Además, ellos desgravan este tipo de gastos, pero el franquiciado no tiene opción”.

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