Francia mantiene en vilo a la economía europea
Entre los principales candidatos al Elíseo confrontan la pertenencia a la UE, la subida o bajada de impuestos y el futuro del gasto público
¿Qué candidato llegará al Elíseo? ¿Será un anti europeo como Marine Le Pen o un pro unión como Macron o Fillon? ¿Los impuestos bajarán para ayudar a las clases populares o subirán en pos de reducir el déficit? ¿Cómo combatir el trabajo en negro y la llegada de inmigrantes? Cada uno de los cuatro candidatos que se eligen este domingo chocan no sólo estilos de política sino también perspectivas económicas.
Los sondeos, que no se animan a vaticinar un ganador rotundo, pronostican que en la primera vuelta pasarían Le Pen, del ultra Frente Nacional, y el continuista Emmanuel Macron. Pero no muy lejos se encuentran François Fillon, del centro derechista Los Republicanos (el partido de Nicolás Sarkozy) y por último, el representante del populismo de izquierdas, Jean-Luc Mélenchon.
La pertenencia o no a la UE es otro punto de debate: mientras Le Pen propone abandonar la moneda única y Melénchon renegociar las normas para reducir las políticas de austeridad, Macron y Fillon se muestran pro-europeos.
Estas son las principales propuestas económicas de cada candidato:
EMMANUEL MACRON: el exministro socialista de economía, el único que podría superar a Le Pen, propone crear un seguro universal de desempleo, reducir las contribuciones a la Seguridad Social francesa en los salarios bajos, e invertir 15.000 millones para la transición energética mientras se cierran las plantas de carbón en los próximos cinco años. Sostiene que el Estado debería invertir 50.000 millones hasta el 2022 mientras reduce el número de funcionarios en 70.000 empleados. En su programa plantea reformar el sistema de pensiones para revalorizarla en sintonía con los salarios, y mantiene que se deberían reducir los impuestos a los hogares y el de sociedades.
FRANÇOIS FILLON: como representante de la derecha más tradicional, propone reformar los contratos laborales y eliminar el límite de las 35 horas para las empresas privadas. Está a favor de la energía nuclear y busca reducir el uso de combustibles fósiles. Promete un duro ajuste en la administración pública, con el recorte de 100.000 millones en el gasto para los próximos cinco años y rebajar el número de empleados del sector en 500.000 trabajadores. La jubilación, para Fillon, debería ser a los 67 años y en materia de impuestos, propone subir el IVA un 2% y eliminar el impuesto a las grandes fortunas.
MARINE LE PEN: fiel exponente de los ideales de ultra derecha del Frente Nacional, quiere establecer un impuesto para la contratación de extranjeros, a la vez de bajar las tasas a las pymes y reducir el de sociedades. Apuesta por mantener la jornada de 35 horas semanales, modernizar la energía nuclear, desarrollar las fuentes renovables –pero sólo francesas-, y bajar el gasto público hasta el 53,4% del PIB (aunque con incrementos en seguridad y defensa). Al contrario que Fillon, quiere que la edad de jubilación baje de 62 a 60 años.
JEAN-LUC MÉLENCHON: El candidato populista coincide con Le Pen en derogar la reforma laboral y mantener la jornada de 35 horas semanales. Dice que subiría el 15% el salario mínimo y abandonaría las energías fósiles y nucleares, a la vez que apuesta por liberar el mercado eléctrico. Su aumento del gasto público en 275.000 millones no tiene comparación entre los demás candidatos, y afirma que de este monto al menos 173.000 millones irían para salarios y la creación de empleo. También quiere que la edad de jubilación se reduzca a los 60 años, y para su explosivo gasto estatal, sugiere aumentar la recaudación por otros impuestos, como un IVA para el sector del lujo.