Francia asume la realidad: el camino es el de España
Mientras Merkel apoya al ministro De Guindos para liderar el Eurogrupo desde Santiago, Hollande reclama a Valls que rehaga todo el gobierno francés
Francia debe mirarse en el espejo. El país no está solo en el mundo. Y la zona euro depende ahora de cómo reaccione la economía francesa. Alemania avisa desde hace, por lo menos, dos años de que el Gobierno francés, pero, principalmente, toda la sociedad francesa, debe asumir la realidad.
Los anglosajones lo advierten con mayor crudeza. El semanario The Economist apuntaba en marzo de 2012 que Francia podía vivir del crédito antes de la crisis, pero ya no, y que si se mantenía sin afrontar las reformas necesarias, podría encontrarse en el centro de una próxima crisis del euro.
Ese momento ha llegado. El presidente de la República francesa, François Hollande, ha encargado al primer ministro, Manuel Valls, que acometa una crisis de gobierno, con nuevos ministros que tengan claro que la prioridad es reducir el déficit, con un plan agresivo de recorte del gasto público. Este mismo martes Valls deberá presentar a su nuevo Ejecutivo.
El contraste con Rajoy
La paradoja es que la dimisión del gobierno francés llegó el mismo día, este lunes, en el que la cancillera alemana, Angela Merkel, se entrevistaba con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, en Santiago de Compostela. Merkel ofrecía todo su apoyo al ministro de Economía, Luis de Guindos, para que opte a la presidencia del Eurogrupo. “Fue un ministro de economía excelente en España en tiempos difíciles», afirmó Merkel.
Las palabras de Merkel en Santiago muestran el camino. España ha vuelto a crecer. Diferentes organismos internacionales y servicios de estudios bancarios, además del Gobierno y del Banco de España, auguran para este mismo año un crecimiento cercano al 1,5% del PIB, cuando Francia está estancada, con un crecimiento del 0,3%.
«Coincido con Rajoy en que la consolidación fiscal y las reformas deben ir unidas. A veces se dice erróneamente que para tener crecimiento se necesita más dinero. Con menos burocracia se puede generar crecimiento”, sentenció Merkel.
Si te prestan dinero…hay que devolverlo
Y es lo que apuntan los expertos consultados, que lanzan una máxima: “Si eres un país endeudado, y debes pedir dinero, la ley que prima es la de los que te prestan ese dinero”, asegura el economista Miquel Puig, que rechaza que la causa de los males de Francia sea que el 56% del PIB esté en manos del Estado. “Ese no es el problema, pero si no se crece, y si se necesita dinero para financiarse, entonces sí hay que actuar y Francia debe acometer sus reformas pendientes”, asegura.
Los números de Francia preocupan. En el 2000, a los trabajadores franceses se les pagaba un 8% menos que a los alemanes. En el 2011, cobraban, en cambio, un 10% más. El déficit comercial lo tenían los alemanes. Ahora, el de Francia es de 1.000 millones de euros al mes, respecto a Alemania. La relación entre los dos países ha cambiado drásticamente. Y, de hecho, la propia España tiene ahora un mayor peso en las exportaciones mundiales que Francia.
Las imposiciones podrían ser más duras
El catedrático de Economía, Santiago Niño Becerra, relativiza lo que pueda hacer ahora el nuevo Gobierno francés de Manuel Valls. “Está sucediendo como en 1937: se desea continuar con un marco de un modelo que está agotado con políticas que son de otro, y el problema es que las auditorías del BCE a la banca que se conocerán en noviembre cambiarán muchas cosas porque lo que provocará es que se impondrán determinadas políticas, sin más”.
Es decir, que, según Niño Becerra, “en Francia, con el cambio de Gobierno, se ganarán unas semanas, hasta que, con las auditorías del BCE las cosas se hagan de otra manera: ‘esto va a ser así, porque tiene que ser así”, asegura.
Malditos mercados
El economista de Analistas Financieros, David Cano, incide en una cuestión fundamental: “La sociedad francesa no quiere darse cuenta del problema de la economía francesa, con una alta presión fiscal, que no crece y con una enorme deuda pública”, que se acerca al 94%.
La situación de Francia le lleva a Cano a compararla con España. “En España se le ha dado la vuelta, con muchos problemas todavía, con mejores expectativas, claro, para los que han mantenido el puesto de trabajo, pero con menores riesgos para todos”, afirma. La clave es que una advertencia del exterior, “o los malditos mercados” haga reaccionar a un país. “En España ocurrió en mayo de 2010, y ahora puede ser el momento de que ocurra en Francia”, añade.
¿Problema económico o político?
Ahora bien, el ministro de Economía francés, ya dimitido, Arnaud Montebourg, dejaba constancia en su entrevista en Le Monde de este domingo que el problema es político. Afirmaba que Francia no puede seguir a rajatabla las recetas ortodoxas de la derecha alemana de la cancillera Merkel, porque, entonces, se despreciaría el voto de los franceses. “Y eso significaría que cuando los franceses votan a la izquierda –como es el caso, cuando eligieron al socialista Hollande– en realidad estarían votando por la aplicación de un programa de la derecha alemana, y eso no podemos aceptarlo”.
En ese sentido se pronuncia el economista Gonzalo Bernardos, que incide en que la crisis económica en Europa “está sirviendo para la aplicación de un programa ideológico que trata de acabar con el estado de bienestar”.
Ahora bien, Bernardos mantiene el consenso de que Francia debe afrontar sus necesarias reformas: “El Estado es muy grande, los funcionarios excesivos, con grandes privilegios, el mercado laboral necesita ser más flexible y debe potenciar más el sector servicios, para que sea más competitivo, como ocurre en España”, afirma.
Todo en manos de Draghi
¿Más problemas? ¿Cómo puede Francia aplicar una devaluación interna como en España si devaluar el euro?
Pero eso es un trabajo que debe resolver a corto plazo Mario Draghi, el presidente del BCE. En caso contrario, “si Francia no tiene éxito, no sólo España sufrirá mucho, si no toda la zona euro”, destacan tanto David Cano como Gonzalo Bernardos.