Feriantes sin ferias, al borde del abismo

La crisis que asola el sector desde la irrupción del coronavirus, agravada con la quinta ola, ha llevado a los feriantes a abandonar la profesión y endeudarse para trabajar con unas restricciones cada vez más severas

Imagen con efecto de iluminación de una feria. Imagen de Free-Photos / Pixabay

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La crisis sanitaria por la Covid-19 ha dejado tras de sí una crisis económica de la que pocos sectores se han librado. No obstante, son muchos los sectores que han notado los estragos de las ya 5 olas que han azotado España y de las múltiples restricciones que gobierno central y autonomías han tenido que aplicar con el objetivo de salvaguardar la salud pública, entre las que se encuentran los toques de queda, restricciones horarias y horarios especiales de apertura y cierre de comercios.

Entre los sectores más afectados por la pandemia hay uno que, siendo una constante anual en la vida de la mayoría de los españoles, corre un especial peligro que podría incluso llevarlo a la extinción tal y como lo conocemos. Se trata de las ferias.

A lo largo de todo el año los más de 40 gremios de feriantes se lanzan a las carreteras españolas para llevar sus atracciones a todos los pueblos y ciudades de España, pero ya es el segundo verano que el sector atraviesa grandes penurias económicas llevando al límite a los feriantes, muchos de ellos, ya, en peligro de quiebra.

«Vino la pandemia y nos jodió todo»

Según ha comentado a Economía Digital el representante de la Asociación de Feriantes de Castilla-La Mancha, Manuel Martínez Hernández, hay 30.000 familias feriantes en España profundamente afectadas debido a la covid. No obstante, la cifra se agrava porque «cada feriante suele tener a uno o dos empleados y hay que incluir a otros empleados auxiliares que nos acompañan y todos los empleados del servicio de restauración».

En total, son aproximadamente «unas 300.000 familias que se han quedado sin su sustento. Es una ruina para todos», detalla.

Y es que los feriantes tenían grandes esperanzas puestas en este verano. El directivo de la Asociación de Feriantes de Andalucía y feriante que gestiona casetas de tiro, Miguel Antúnez, declara que, aunque mantienen la ilusión, están siendo momentos muy difíciles desde que «vino la pandemia y nos jodió todo».

Detalla que los feriantes, a lo largo del año no tienen unos ingresos estables, sino que van por temporadas que varían en función del territorio y del mismo feriante. En su caso, por ejemplo, como en la mayoría, los meses de verano son los más fuertes mientras que, de finales de septiembre hasta abril apenas trabaja.

Son aproximadamente «unas 300.000 familias que se han quedado sin su sustento. Es una ruina para todos»

La mayoría de feriantes tiene que hacer frente, con esos ingresos generados en pocos meses, a los pagos de los impuestos a los autónomos, la adquisición de nuevo género, el alquiler de naves industriales para guardar las atracciones, las reparaciones, el mantenimiento de las atracciones y vehículos y la ITV de estos últimos así como a sus pagos personales como vivienda, comida y otros gastos personales. Pagos que, según explica, tras 18 meses sin apenas poder trabajar, no pueden asumir.

«En mi caso personal, solo la puesta a punto para este verano me costó unos 30.000 euros que no he podido cubrir. No tenemos un duro«. Asegura, además, que para reunir esos 30.000 euros él pudo recurrir a amigos y familia para que le prestaran el dinero, pero que otros no han tenido esa suerte y han tenido que pedir préstamos a los bancos que, con las nuevas restricciones impuestas en España, probablemente no puedan pagar.

Destino: Amazon, Glovo y Cáritas

En el gremio, muchos de sus conocidos han tenido que recurrir a Cáritas o a otras ONG para poder comer, mientras que otros han tenido que renunciar a la profesión. En este sentido, tanto Martínez como Antúnez coinciden en que los más jóvenes se han lanzado al mundo del delivery y el transporte de paquetería. De hecho, Antúnez señala que muchos conocidos han acabado en empresas como Amazon o Glovo.

Otros, más veteranos, han renunciado a sus atracciones y aprovechando la propiedad de camiones de carga, se han lanzado al sector del transporte de largas distancias. Aún así quedan muchos que no han encontrado una profesión en la que recolocarse.

Andalucía, un oasis insuficiente

Tanto Martínez como Antúnez lamentan la situación actual. «Parecía que se podía empezar a hacer algo, pero se ha ido al garete», comenta Martínez en referencia a las nuevas restricciones de la quinta ola, entre las que se encuentran, por ejemplo, la cancelación de la feria de Málaga y otras localidades andaluzas.

Y es que, analiza, Andalucía, por su cultura y su tradición en ferias, funciona distinto a las otras comunidades autónomas españolas, donde parece que nunca existieron. «Andalucía parecía que iba a ser una esperanza porque los ayuntamientos sí invierten en iluminación y en ferias en general, pero en el resto de España se hace muy poco», detalla el castellano-manchego.

Una de estas diferencias culturales y esa tradición de feria se siente, por ejemplo, en el ‘Vivepark’, una iniciativa montada por los propios feriantes, una feria ambulantes que recorre toda Andalucía allá donde les dejan establecerse. El feriante andaluz recuerda que este proyecto supuso para muchos feriantes «un salvavidas», ya que permitió que «después de más de 18 meses pudiésemos volver a trabajar».

Unas ayudas insuficientes

Además, desde los propios ayuntamientos andaluces sí se ha trabajado por la puesta en marcha de ferias y se ha tenido en cuenta a los feriantes, aunque las ayudas que se han dado siguen siendo insuficientes.

En esta línea, comentan que desde el inicio de la pandemia solo han podido atenerse a las ayudas a los autónomos. El problema viene en que, dentro de los criterios necesarios, estaba el estar dado de alta en autónomos mínimo 3 meses desde la recepción de la cuantía. A ello se le une que, debido a su temporalidad, muchos feriantes se dan de baja en los meses que no trabajan y vuelven al alta cuando empieza la temporada de mayor envergadura a nivel laboral, por lo que, según el directivo de la asociación andaluza, entre el 70 u 80% se han quedado fuera.

Imagen de una feria. Fotografía de JingSun/ Pixabay

Algunos ayuntamientos andaluces también han dado ayudas a los feriantes, esta vez sin requisitos o con unos criterios mucho más accesibles pero, como las ayudas a los autónomos, eran de aproximadamente unos 1.000 euros, a la que se suma una nueva ayuda que parece estar en camino de unos 2.500 euros, que se aplicará solo en Andalucía. Si bien agradece las ayudas, distan de cubrir los 30.000 euros que invirtió en la puesta a punto de todo el material para esta temporada veraniega que pinta que será, de nuevo, especialmente floja.

«Suplicamos a los ayuntamientos que tengan confianza en nosotros y que nos dejen vivir«, ruega.

Con todo, las consecuencia de las restricciones que las instituciones han implementado con el objetivo de proteger la salud pública en una quinta ola que en menos de un mes ha multiplicado exponencialmente tanto la incidencia como el número de contagios e ingresados en hospitales y UCI es que está en jaque un sector que se había preparado y había invertido los ahorros para volver a cierta normalidad este verano, un sector que hasta 2019 alimentaba a unas 300.000 familias españolas.

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Andoni Berná Calvo

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