Feijóo dejó fuera a Bal de la foto del recurso del 25% pese a elaborarlo con Cs
La fluidez entre ambos partidos fue la tónica durante la ofensiva a favor del español en las escuelas catalanas, pero el PP optó por anunciarlo por separado, aunque Arrimadas propuso lo contrario
Los últimos meses no han sido los mejores en la relación entre las dos principales fuerzas de centroderecha en nuestro país: tras el abrazo del oso que el Partido Popular trató de llevar a cabo con Ciudadanos, el cambio de dirección popular allanó el camino. Porque ambas formaciones tenían y tienen banderas comunes, como la batalla lingüística en Cataluña. El acuerdo para actuar ante el contra el decreto ley aprobado por la Generalitat para incumplir la sentencia judicial que obliga a impartir un 25% de las clases en castellano, no debía ser demasiado complicado.
Y así ha sido. En algo menos de dos meses, PP y Cs se pusieron manos a la obra para defender el español en las escuelas catalanas. El resultado es que se ha abierto la veda para la colaboración entre ambos partidos con este recurso de inconstitucionalidad contra varios artículos del Decreto Ley de Cataluña 6/2022 por el que se fijan los criterios aplicables a la elaboración, aprobación, validación y revisión de los proyectos lingüísticos de los centros educativos y de la ley catalana 8/2022 sobre el uso y el aprendizaje de las lenguas oficiales en la enseñanza no universitaria.
Sin embargo, fuentes conocedoras de la negociación señalan a Economía Digital que los populares rechazaron una foto conjunta en la sede del Tribunal Constitucional con los dos dirigentes seleccionados por las cúpulas de sus partidos para llevar el tema, que eran Cuca Gamarra y Edmundo Bal. La idea, que partió de la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, no cuajó para su homólogo del PP, Alberto Núñez Feijóo. Todos a una, sí, pero cada uno con su foco. Tampoco se celebró una rueda de prensa compartida.
Buena sintonía, distintos equipos
La fluidez entre ambas formaciones y sus delegados fue la tónica durante la ofensiva a favor del español, que incluía una geometría parlamentaria detrás dado que la presencia de PP y Cs son desiguales, dependiendo de en qué cámara se haya de actuar. Por ejemplo, los populares apenas tienen presencia en el Parlament catalán y no cuentan con un grupo parlamentario propio. En el Congreso de los Diputados, la circunstancia es al revés: Ciudadanos no tiene fuerza ni escaños suficientes como para poder impulsar una medida de estas características.
Con el primer movimiento de los naranjas en Cataluña -de la mano de Vox- para retrasar y torpedear el intento de la Generalitat de no cumplir con el 25%, se produjo, según las fuentes consultadas, la llamada entre Arrimadas y Feijóo. Fue cuando la presidenta naranja expuso la necesidad de recurrir al Tribunal Constitucional, a lo que el popular accedió y dispuso que los trabajos se llevaran a nivel de grupo parlamentario en el Congreso, a pesar de que la argumentación la redactara un bufete externo.
Cuando este periódico pregunta, en Ciudadanos sólo destacan del proceso, principalmente, la «buena sintonía» entre los dos partidos. Las aguas se han calmado, y los naranjas miran con ojos mucho mejores a Feijóo y los suyos, tras los movimientos de la anterior dirección que causaron más de uno y de dos quebraderos de cabeza a Cs. «No hay color», admiten los de Arrimadas.
«La unidad de acción de este equipo, sobre todo en el tema nacionalista, es fundamental», recuerdan en Cs. Y más ahora que, una vez superados los baches del pasado, se abren los puentes entre los partidos constitucionalistas en Cataluña.