Feijóo apuesta por un PP de «amplio espectro» en Cataluña con guiños a Alejandro Fernández
El todavía presidente de la Xunta quiere un partido que interpele a la mayoría de la sociedad catalana frente al independentismo y muestra complicidad con el actual dirigente de la formación autonómica, cuestionado por la anterior cúpula nacional
Baño de masas de Alberto Núñez Feijóo, junto con Alejandro Fernández, en Cataluña. El líder de la formación conservadora ha dibujado el camino del nuevo PP, más abocado al centro y con la intención de conectar con la sociedad catalana a partir de un perfil basado en la gestión y una visión más periférica, con el objetivo de hacer decisiva a su marca en Cataluña.
«El PPC puede volver a ser un partido de amplio espectro donde se vea reflejada gran parte de la sociedad catalana», ha defendido Feijóo este lunes en el Hotel Gran Marina de Barcelona. El presidente gallego ha definido a los populares catalanes como «la pieza clave» en un contexto político y social que, reconoce, les es todavía muy adverso.
«No me conformo con que el PP todavía no haya conseguido una implicación social», ha lamentado Feijóo quien, en tono triunfalista, ha dado ánimos a su militancia en Cataluña: «No os desaniméis, los últimos años no son más que una milésima de segundo en este territorio, no pasa nada, vamos a cambiarlo».
Feijóo, que todavía preside la Xunta de Galicia, ha aprovechado para comparar la situación catalana con la gallega, aprovechando la doble identidad de su región, que también es bilingüe: «Se puede y se debe amar a tu padre y a tu madre, que no nos hagan distinguirnos. Amo profundamente a Galicia y amo profundamente a España».
El líder popular quiere situar a la formación catalana como el epicentro del constitucionalismo: «Un PP grande que se reivindique como única opción al independentismo, que sea punto de encuentro de toda la sociedad catalana libre, que piensa libremente y que simplemente quiere vivir libremente en Cataluña».
Complicidad entre Feijóo y Fernández
Feijóo también se ha mostrado cercano al actual líder autonómico, cuestionado por el antiguo aparato. Una entrada triunfal de ambos en la sala aderezada con una fuerte complicidad entre ambos. Aunque el presidente gallego ha evitado hacer una mención explícita de apoyo, las bromas eran constantes, e incluso ha llegado a calificar al dirigente catalán como «Alejandro el magno».
El presidente del partido en Cataluña ha llegado incluso a bromear con la situación de su formación, que actualmente solo cuenta con dos parlamentarios –el tercero, Dani Serrano, pasó a no-adscrito cuando aceptó el acta–: «Aquí subidos me vengo arriba y me llego a imaginar que me votan tanto como a él, y es una sensación muy agradable que te agradezco».
Feijóo ha dibujado perfil de gestión, con un marcado acento liberal. Ha defendido políticas de bienestar acompañadas de impuestos bajos, como las que han marcado sus años frente a la Xunta. Algunas de las medidas a las que ha hecho referencia son la supresión del impuesto de sucesiones, los impuestos a la agricultura y las ayudas por maternidad.
El presidente también ha aprovechado para cargar contra el sistema de inmersión lingüística, y ha recordado que la comunidad donde más se habla la lengua vernácula es Galicia, y no Cataluña, con un sistema educativo donde el 50% de las asignaturas se dan en español y el otro 50% en gallego.
Demostración de fuerza frente a la declive
El PP de Cataluña hace una auténtica demostración de fuerza, con una sala que ha desbordado previsiones y que contaba con 600-700 personas de público, aproximadamente. Una inyección de moral para una militancia que, además de la crisis en Génova, lleva mucho tiempo sumergida en guerras internas entre detractores y afines a Alejandro Fernández.
En el acto estaban presentes todos los ‘popes’ del PP catalán. Además de Alejandro Fernández, estaba su número dos, Santi Rodríguez. También, los exdelegados del Gobierno en Cataluña Enric Millo y María de los Llanos de Luna; la eurodiputada Dolors Montserrat; el exalcalde de Badalona, Xavier Garcia Albiol; y el portavoz del partido en Barcelona, Josep Bou; entre otros.
La formación marca territorio en un momento donde Vox se fortalece en Cataluña, que ya es cuarta fuerza municipal y amenaza con comerle la tostada al PP en aquellos espacios donde todavía conserva cierta representatitividad. También, frente a proyectos como Valents, con el que comparte nicho electoral.