El PP entra en su fase cuatro: “Feijóo será presidente, hay que elegir si solo o acompañado”
"No necesitamos competir con Vox, sino convencer al centro de un Gobierno sin etiquetas, de consensos básicos que están perdidos", cree la dirección del PP
En el Partido Popular andan con la sensación de profecía autocumplida. Tras una campaña electoral, la del 28M, en la que todo fue como la seda, y una precampaña previa al 23J en la que los marcos no les han sido favorables -las negociaciones y pactos con Vox- pero han sabido darles la vuelta, ahora se sonríen en la planta noble de la sede nacional del partido en calle Génova. Las encuestas muestran una foto en la que salen muy favorecidos, y, según afirman desde el entorno del presidente, Alberto Núñez Feijóo, a ECONOMÍA DIGITAL, es porque «se están cumpliendo los planes».
«Desde que llegamos, el objetivo siempre fue el mismo: arrebatar voto al bloque de Sánchez de la investidura, sin él no estábamos en el mapa del poder«, relatan fuentes de la dirección del PP a este periódico. Porque la meta no era subsumir a Vox, como ya intentó con malos resultados el anterior líder popular, Pablo Casado. Esa competición no era el objetivo en esta ocasión.
Tras haber aprendido la lección, el PP de Feijóo querían crecer por el centro. Por varios motivos: no sólo para ensanchar sus bases, sino para restar apoyos a su adversario, que no era otro que el PSOE. «No necesitamos competir con Vox, sino convencer al centro de un Gobierno sin etiquetas, de un gobierno de consensos básicos que estaban perdidos. Electorado que confió en Sánchez y que ya no veía la centralidad».
Aquellos que votaron a ZP y Rivera
¿Quiénes ocupan ese perfil tan ansiado por los populares? Tiene cuatro parámetros: aquellos ciudadanos que en 2008 optaron por la papeleta del socialista José Luis Rodríguez Zapatero; en 2011, la del popular Mariano Rajoy; en 2015, la de Ciudadanos, en aquel momento encabezada por Albert Rivera, y que en 2019 se decantaron por la del PSOE con Pedro Sánchez. «Esa gente existe», ríen desde el núcleo más íntimo de colaboradores de Feijóo. «Son los que buscan una fuerza moderada, razonable, educada, diferenciada de Vox y del actual PSOE en fondo y forma».
Esa era la estrategia para las elecciones municipales y autonómicas del 28M. Porque, una vez pasada esa cita, en Génova andaban convencidos de que ya llegaría ese voto de Vox, «porque las mnicipales las iba a perder Sánchez y las iba a ganar Feijóo. Quien no quiere a Sánchez ya sabe que quién le ha ganado no es Santiago Abascal, sino Alberto Núñez Feijóo«.
Con el adelanto el electoral, las fases en las que tenían estructurada su estrategia se aceleraron. Así, en Génova dan por comenzada lo que llaman la fase cuatro: se refieren a el momento político en el que, analizan las fuentes consultadas por este diario, «está claro que Fiejóo va a ser presidente del Gobierno, pero hay que decidir si lo es solo o acompañado».
Las fases de la campaña, según Génova
«El votante del PSOE tiene que saber que su voto se va a perder. Hay dos opciones: opción una, con mayoría sólida o amplia para gobernar en solitarios, u otra opción que no den los números y que ya veremos lo que hacemos«, sentencian. «Eso está en manos de la gente». De ahí la insistencia en los próximos días al electorado de la derecha de no «desperdiciar el voto» en circunscripciones en las que no está claro que Vox pueda llegar a conseguir escaño, y aquellos votantes de centro y centroizquierda que quieran un relevo al frente del Gobierno.
Pero, si se encuentra el PP en fase cuatro, ¿cuáles han sido las anteriores? En la sala de máquinas de Génova hablan de tres momentos importantes previos desde la convocatoria electoral anticipada. Etapa uno: esos primeros días en los que el PP fue mejorando en expectativa de voto y alzaba el vuelo en las encuestas, públicas e internas. La segunda fase es como identifican a aquellos días en los que el PSOE intentó colocar un mensaje de remontada, con las buenas entrevistas del presidente Pedro Sánchez y la movilización de las bases de la izquierda.
Sin embargo, esa burbuja se pinchó en la llamada etapa tres: el debate cara a cara, un momento trascendental en la estrategia esgrimida por la dirección nacional del PP. «Feijóo ha hecho más daño a Sánchez en cien minutos en el cara a cara que Abascal en 5 años», sintetiza un estrecho colaborador del presidente del PP, que le acompañó durante la preparación y en la sede de Atresmedia. «Hemos dejado de ser la derecha cobarde para ser la derecha inteligente y además la que va a cambiar al presidente al Gobierno», guiñan.