Expertos recelan del sistema online de Celaá: debe ser provisional
Los profesores sí que se muestran optimistas con la revolución online que podría llegar a la universidad, que podría evolucionar a un modelo "híbrido"
Los expertos recelan de la receta de Isabel Celaá para vaciar las aulas el próximo curso si no se ha encontrado una vacuna o cura contra el coronavirus, aunque asumen que su aplicación es provisional por la pandemia. El ministerio de educación propone que las ratios de alumnos se reduzcan al 50% con un máximo de unos 15 alumnos por clase, cosa que obligaría a hacer parte de la enseñanza de forma telemática.
En una línea similar se ha expresado el conseller de Educación de la Generalitat, Josep Bargalló, que en una entrevista a Ràdio4 ha defendido que las clases se retomen de forma híbrida en septiembre, pero solo para alumnos mayores de 12 años. Los más pequeños tendrán una presencialidad del 100%, con las distancias de seguridad adecuadas, según una entrevista en Ràdio4.
«La educación a distancia surgió pensando en el mundo adulto, en el reciclaje de gente que está ocupada o que tenga una distancia geográfica a un centro educativo», explica el catedrático emérito de educación a distancia de la UNED Lorenzo García Aretio. El experto ve «muchas más dificultades» a la hora de mantener la interacción profesor-alumno, sobre todo en educación obligatoria donde es muy importante la figura del profesor.
García se confiesa como uno de los «mayores defensores de este sistema, pero nunca con adolescentes y niños, sino en educación de adultos y universitarios, donde ha demostrado sus éxitos a nivel internacional». Eso sí, explica que «hay experiencias de enseñanza a distancia en niveles de secundaria, pero conforme bajamos de edad, las dificultades son mayores» y considera que necesita un docente «encima de él».
En una línea similar se expresa el profesor de los estudios de Psicología y Educación de la UOC Josep Maria Duart, que cree que las clases online que se llevan a cabo forman parte de una «situación excepcional, puesto que de haberse encontrado una cura para la enfermedad los niños volverían a las aulas con las ratios normales: «Se trata de que afecte lo mínimo posible».
Duart reconoce la «complejidad», puesto que los alumnos tienen «más necesidades y atenciones»: «No es el medio del que queremos disponer en el futuro». El experto cree que la hibridación online tiene que producirse dentro del aula, donde se introduzcan más elementos multimedia con tablets o más ordenadores y una metodología de enseñanza más enfocada a usarlos más allá de simples accesorios, como ya pasa en algunas escuelas privadas.
Brecha social y digital
Otra de las situaciones que generan recelo entre los expertos es la brecha digital y social que se evidencia todavía más en una situación como esta. Duart pone en valor el «papel que tiene la escuela en la socialización», y define el colegio como un espacio de igualdad donde se atienden algunas vulnerabilidades de alumnos, como con las «becas-comedor»: «Hay niños que comen bien una vez al día gracias a la escuela, imaginémonos a estos niños con sus problemas y en casa».
Ambos profesores reconocen que hay alumnos muy vulnerables que tienen problemas para acceder a Internet. «Hay familias no acomodadas que no tienen 5 ordenadores para estar el padre, la madre, el niño y la niña todos enganchados a Intenet a la vez» explica el profesor de la UNED, que se pregunta si rebajar las ratios hará que los alumnos se turnen para ir a clase o serán los vulnerables los que vayan para compensar la falta de acceso al mundo digital.
«¿Cómo lo van a suplir? ¿Cómo los van a igualar? Tenemos un gobierno que apuesta por la igualdad y por lo social, ¿cómo va a ser entonces la calidad de la educación de los niños?», se pregunta Garcia. El experto destaca que otro de los grandes handicaps de la educación a distancia en menores durante la etapa obligatoria es la «autoregulación», algo que los alumnos de secundaria y primaria no tienen, por lo que necesitan una figura de autoridad.
¿Revolución universitaria?
Pese a las reticencias en la educación secundaria, los ambos expertos se muestran muy optimistas sobre cómo esto va a ayudar la educación universitaria online y a distancia, y sobre la evolución metodológica que podría suponer para las universidades presenciales, que se encaminan hacia el modelo híbrido que proponía el ministro de universidades, Manuel Castells.
Duart cree que la educación superior presencial en España va camino de ir hacia un modelo «híbrido», donde las clases magistrales dejen paso al trabajo autónomo y las presencialidad se dedique a contenido eminentemente práctico como debates, prácticas y otras actividades donde estar en persona sea imprescindible.
El profesor de la UNED cree que «la credibilidad del sistema va a ganar en unas instituciones ya fortalecidas»: «Es posible que de alguna manera la denigrada la educación a distancia empiece a verse que no es mala, y que se puede aprender con calidad y distancia». En una línea similar se expresa el docente de la UOC, que defiende la «calidad del modelo online» y que «está avalado por las agencias de calidad y que hay un modelo que funciona en la formación a lo largo de la vida».
Ambos descartan que un avance de la educación presencial hacia el online pueda acabar por diluir a las universidades a distancia, aunque tampoco es algo que les preocupe puesto que de suceder generaría «más competencia», algo que valoran de forma positiva. «La UNED y la UOC se brindaron para ayudar e hicieron un portal de orientación y de consejo, que ya se trasladó a la CRUE y desde allí se han aportado documentos, experiencias y prácticas», explica García.