Expertos juristas ridiculizan los planes de Puigdemont: «Son un disparate»

Los planes de Puigdemont para una investidura a distancia no hallan respaldos en el mundo del derecho: "Intenta una reforma imposible en cualquier democracia"

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No es ningún secreto que a Carles Puigdemont le gusta moverse fuera de los cauces legales. Impulsó un referéndum de autodeterminación desoyendo a los tribunales y ahora sostiene el empeño de lograr, en algún momento, ser investido presidente de la Generalitat a distancia. Los expertos jurídicos consultados por este medio han desautorizado estos planes y alguno incluso los ha ridiculizado: «Son un disparate».

Andrés Betancourt es catedrático de derecho administratvivo de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y no sale de su asombro. «Que no esté el candidato a la presidencia en la sesión de investidura es contrario a la lógica básica del funcionamiento parlamentario. Si se generaliza este sistema los diputados se quedarían en casa. Esto parece a ver quién la dice más gorda, no tiene ningún recorrido», opina sobre la idea de una investidura telemática.

«Si se generaliza el procedimiento, los diputados se quedarían en casa»

El Gobierno, de hecho, ya ha anunciado que piensa interponer un recurso ante el Tribunal Constitucional si el Parlament consuma la aprobación exprés de la reforma de la ley de Presidencia (para facilitar la investidura a distancia), lo cual dejaría sin efecto jurídico, con toda seguridad, la mencionada iniciativa.

Pero nada detiene a Junts per Catalunya, el grupo de Puigdemont a la hora de arropar las ideas del expresidente de la Generalitat. Incluso el Pdecat, crítico en privado con la teledemocracia, mantiene el tipo en público. «No descartamos ninguna fórmula», dicen.

«Es inviable»

Teresa Freixes, catedrática de derecho constitucional de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), es demoledora en su análisis: «Están intentando una reforma imposible en cualquier régimen democrático. Esto no tiene homologación en ningún país de Europa. En ningún lugar se puede hacer una investidura a distancia porque implica la presencia del candidato y el debate de su programa. Una investidura a distancia contraría la propia naturaleza de la investidura».

La profesora recuerda que la entrada en vigor de la investidura a distancia debería implicar dos reformas: la del reglamento del Parlament y la de la ley de presidencia. Y todo ello con un impensable consentimiento del TC que, además, ya sentenció que el procedimiento exprés que pretende impulsar Junts per Catalunya no puede llevarse a cabo sin dejar espacio a las enmiendas de los grupos. «Es inviable», resume Freixes.

La experta redondea sus explicaciones con el siguiente argumento: «No se puede gobernar a distancia. En todas las constituciones se prevé que cuando el presidente de un gobierno no está en el país hay alguien que ejerce sus funciones. No existen gobiernos en el exilio, eso no son gobiernos».

«No se puede gobernar a distancia, no existen los gobiernos en el exilio, no son gobiernos»

Otras fuentes de derecho consultadas en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) se muestran comprensivas con las intenciones de Puigdemont, pero también acaban lanzando advertencias. «Prever la posibilidad, en el siglo XXI, de nuevas tecnologías en la investidura no tendría por qué ser extraño, pero depende de cómo se redacte va a ser difícil que tenga una buena acogida fuera, a nivel internacional. Una norma específica para un supuesto concreto suele tener una lectura complicada», alerta.

Las mismas fuentes añaden que «no hay previsiones en derecho comparado de la investidura a distancia». Y concretan una complicación de forma («a mí me ha parecido una redacción un poco complicada») y otra en la que coinciden todos los expertos: «Lo que se puede dar por seguro es que será objeto de recurso del TC y, por tanto, será suspendida y es muy difícil pensar que se pueda aplicar».

 

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