Estados Unidos dilata la incertidumbre sobre la vacuna de Johnson & Johnson
El comité de expertos de los CDC de Estados Unidos dilata su decisión sobre la relación de la vacuna de Johnson & Johnson y los casos de trombosis
Estados Unidos hizo saltar la liebre cuando decidió suspender temporalmente la administración de la vacuna de Johnson & Johnson para investigar su relación con la aparición de trombos en la sangre, desencadenando un bloqueo a nivel mundial. Los científicos que asesoran al Gobierno se marcaron este miércoles para evaluar el futuro de este fármaco, pero no se han atrevido a lanzar una recomendación definitiva.
El comité asesor de los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, compuesto por 15 profesionales independientes, ha postergado su veredicto definitivo después de una reunión que se prolongó durante más de cuatro horas, sin llegar a una conclusión clara, según ha publicado la Agencia Efe.
La decisión deja en el limbo si finalmente la vacuna de la compañía , elaborada en colaboración por la farmacéutica Janssen, podrá ver la luz tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea, que se ha quedado sin suministros mientras se evalúa la seguridad del fármaco. España debía recibir este miércoles las primeras 300.000 unidades, que alcanzarían un total de 5,5 millones en el segundo trimestre. Ahora, todo está paralizado.
Los científicos estadounidenses iniciaron su investigación después de detectar seis casos de un tipo raro de trombosis cerebral en mujeres menores de 48 años que habían sido inoculadas con la vacuna de Johnson & Johnson. Uno de ellos se saldó con el fallecimiento de la paciente. Se trata de una situación similar a las dudas que ha planteado el preparado de Astrazeneca que finalmente fue avalado por la Agencia Europea del Medicamento para seguir operando en el viejo continente.
Los científicos estudian restringir la vacuna por franjas de edad
En la reunión, el comité científico debatió varias posiciones sin llegar a un acuerdo común. Uno de los puntos pasa directamente por recomendar la suspensión definitiva del uso de la vacuna, mientras que el segundo implicaría establecer franjas de edad para escoger a los beneficiarios en función de su pertenencia a grupos de riesgo.
Este extremo es el mismo mecanismo que han adoptado la mayor parte de los países europeos con la vacuna de Astrazeneca, aunque sin un criterio específico de todos los estados miembro. España, por ejemplo, solo la aplica en las personas de entre 60 y 69 años de edad. Mientras que Francia o Bélgica la han limitado a mayores de 55 años.
El dolor de cabeza es la primera señal de alerta de la trombosis
En su análisis de los seis casos de trombos, los asesores han determinado que el dolor de cabeza fue el principal síntoma que desarrollaron las mujeres que acabaron presentando complicaciones graves derivadas de la vacuna. También han identificado otras dolencias leves como los escalofríos, la apatía o la mialgia.
Desde Johnson & Johnson defienden que al menos cuatro de las seis mujeres afectadas por los trombos sufrieron un tratamiento médico incorrecto porque se les administró heparina, un medicamento que no se recomienda para los casos de trombosis relacionados con la administración de la vacuna.
A pesar de la controversia, el Gobierno de Joe Biden ha querido lanzar un mensaje de seguridad sobre la vacuna mientras dure el proceso de evaluación. «Ofrecer a los estadounidenses los hechos que necesitan (saber) es central para construir la confianza en las vacunas», ha remarcado el coordinador del Gobierno, Jeff Zients.