Esquerra mete el voto delegado de Comín en el congelador
A la espera una decisión final de la Mesa del Parlament, ERC renuncia a usar el voto a distancia de Comín en el pleno de este viernes
El controvertido voto delegado de Toni Comín ha quedado congelado. A la espera de una decisión definitiva de la Mesa del Parlament sobre si se mantiene o se le retira la autorización al exconseller para votar a distancia, decisión que podría tomarse la próxima semana, ERC ha tirado por el camino de en medio y ha optado por renunciar a utilizarlo en el pleno de este viernes.
El voto de Comín ha sido controvertido desde que la mayoría independentista le autorizó a delegarlo, a finales de abril. Pero el no de la justicia belga a la petición de Llarena de entregarlo y el consiguiente levantamiento de las medidas cautelares cambiaron el panorama. La mayoría independentista había esgrimido que Comín no podía abandonar Bélgica para considerar su situación equiparable a la de los exconsellers en prisión, que ya podían delegar el voto. Pero ahora ya puede hacerlo.
El cambio en la situación del exconseller ha propiciado que la oposición no independentista volviera a pedir la retirada de la autorización del voto a distancia de Comín, y advirtiera que la Mesa podría incurrir en una ilegalidad si permite que lo vuelva a usar.
Los cálculos de ERC
La mesa optó por la patada hacia adelante, y dio a Comín una semana para acreditar su situación jurídica antes de tomar una decisión. Pero el plazo acaba la semana que viene, y en el pleno de esta viernes tocaba aprobar las comisiones legislativas que permiten al Parlament empezar a tramitar leyes por la vía ordinario, y que por ley hay que constituir la semana siguiente a la toma de posesión del presidente de la Generalitat.
La situación generaba un problema, porque si Comín lo usaba, alguien lo recurría y los tribunales le daban la razón, existía el riesgo de que las votaciones en que se hubiera usado el voto del exconseller fueran anuladas, e incluso, según ha insistido el PP, el de que la mesa pudiera incurrir en un delito de prevaricación.
Ante la duda, y habida cuenta de que el voto de Comín, cuyas relaciones con su partido no pasan por su mejor momento, no era imprescindible en ninguna de las votaciones del pleno, ERC ha anunciado a la mesa que este viernes lo dejaba en el congelador a la espera de una decisión.