España tiene que subir un 41% el ritmo de vacunación diaria para cumplir el objetivo de Sánchez
En tres meses España tiene que inocular 40,5 millones de vacunas para alcanzar el objetivo del 70% a finales de agosto
Este jueves se cumplen cinco meses desde que España comenzó la campaña de vacunación contra el coronavirus, un periodo que no ha estado libre de contratiempos pero que últimamente ha cogido ritmo. A día de hoy ya hay un 36% de la población inmunizada con al menos una de las dosis de la vacuna, es decir, más de 17 millones de personas ya están protegidas contra el virus, aunque sea parcialmente.
Pero, aunque se respira optimismo, solo el 17,8% de los españoles está completamente inmunizado, es decir, ha recibido las dos dosis de Pfizer, Astrazeneca o Moderna (la de Janssen solo requiere una dosis pero a penas se han puesto 341.000). Así, para cumplir los objetivos el Gobierno tendrá que ponerse las pilas: en tres meses España tiene que inocular 40,5 millones de vacunas para alcanzar el objetivo del 70% a finales de agosto.
Los datos indican que, aunque vamos por el buen camino para luchar contra la Covid-19, habrá que subir el ritmo de vacunación para que se cumplan las promesas de Pedro Sánchez. La media diaria de inoculaciones en los últimos siete días ha sido de 329.558 dosis. Y quedan 87 para llegar a la última semana de agosto, por lo que para cumplir el objetivo, al menos se tendrían que inocular 465.500 dosis diarias. Es decir, el ritmo tiene que subir un 41%, 136.000 dosis más cada día.
La mayor cifra de pinchazos se contabilizó la primera semana de mayo, cuando se administraron 2,7 millones de vacunas en total, con una media diaria de 385.714 inoculaciones. Sin embargo, el récord se produjo el 6 de mayo, cuando España demostró que podía llegar a administrar 573.014 dosis en solo 24 horas. De momento, estas cantidades no se han vuelto a superar.
España es el sexto país europeo con la vacunación más avanzada
España se ha convertido en el sexto país europeo con la estrategia más avanzada gracias al tirón que ha experimentado en las últimas semanas: 8,4 millones de personas ya tienen la pauta completa. A mediados de abril ocupaba la décima posición, según el informe del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), por lo que ha pegado un sprint en las últimas semanas y tan solo tiene por delante a Hungría, Malta, Islandia, Dinamarca y Lituania.
Sin embargo, respecto a las primeras dosis, España ha retrocedido de la séptima posición hasta la decimosegunda, según el último informe de este organismo fechado el 16 de mayo, aunque siempre dentro de la media europea.
Cinco meses de más sombras que luces
La vacuna es la única solución posible a la pandemia. Prueba de ello es la mejora de los datos epidemiológicos conforme ha ido avanzando la campaña de inmunización. Sin embargo, estos cinco meses ha estado marcado por numerosas polémicas que han ido desde la falta de suministro y de compromiso de algunas farmacéuticas, hasta la aparición de coágulos de sangre como efecto secundario que llegaron a paralizar la campaña con Astrazeneca y a retrasar el lanzamiento de la vacuna de Johnson & Johnson.
Pero de todas las farmacéuticas es Astrazeneca la que se lleva la palma. Los incumplimientos de la compañía británica le han llevado a verse envuelta en un litigio judicial con la Comisión Europea. Pero, además, ha protagonizado un baile de datos en cuanto a su efectividad que provocaron confusión.
Después de que los Estados Unidos le acusara de ocultar datos sobre su vacuna, la farmacéutica llevó a cabo un nuevo estudio para actualizar sus cifras. Y los resultados no favorecieron al laboratorio, que rebajó la eficacia de su inyección contra el coronavirus de un 79% a un 76%. Sin embargo, también indicaron una efectividad del 85% contra casos sintomáticos entre los mayores de 65 años y del 100% en los casos graves.
Desde luego que ha sido la vacuna que más vaivenes ha sufrido desde que la autorizó la Unión Europea. Y los gobiernos han ido modificando su criterio continuamente conforme se tenía más información.
Primero se determinó que únicamente se podía inocular en menores de 55 ; después se paralizó su uso durante nueve días mientras la Agencia Europea del Medicamento (EMA) determinaba si había relación entre el pinchazo y los casos de trombosis; después no solo se reanudó la vacunación, sino que se amplió hasta los 65 años; más tarde algunos países, entre ellos Alemania y España, la prohibieron en menores de 60 años, para después inocularla solo entre personas de 60 y 69 años.
Ahora, todas las personas menores de 60 que recibieron el primer pinchazo pueden elegir si recibir el segundo o si, por el contrario, prefieren la de Pfizer. Un estudio de la Universidad Carlos III ha determinado que es efectivo, por lo que el Gobierno ha dejado en manos de los ciudadanos la decisión.