España restringe ahora el tráfico aéreo con Brasil y Sudáfrica por las nuevas cepas
El Consejo de Ministros acuerda que únicamente españoles, residentes o viajeros en tránsito puedan viajar en avión desde los dos países marcados en rojo
El Gobierno de Pedro Sánchez ha acordado este martes restringir el tráfico aéreo en los vuelos procedentes de Brasil y de Sudáfrica, con el objetivo de evitar la expansión de los contagios de las dos nuevas cepas del coronavirus que se han originado en estos países. Solo los españoles, los andorranos, las personas residentes y los pasajeros en tránsito podrán aterrizar en España.
El Consejo de Ministros ha aprobado esta medida excepcional que entrará en vigor este miércoles a las 9.00 horas de la mañana y que se prolongará durante al menos dos semanas. La fecha marcada en el calendario es el próximo 17 de febrero, pero se podrá prorrogar la suspensión de las conexiones aéreas si la evolución epidemiológica no mejora.
La decisión ha llegado varias semanas después de que la comunidad científica advirtiese sobre el impacto que podrían llegar a tener estas dos nuevas variantes de la Covid-19 que son más transmisibles que el modelo original del coronavirus que se secuenció por primera vez en China.
La ministra portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha argumentado en rueda de prensa que la suspensión del tráfico aéreo es una “acción decidida” para proteger la salud de los ciudadanos españoles y que responde a las recomendaciones marcadas en el seno de la Unión Europea.
Galicia detectó la semana pasada el primer caso confirmado de la cepa sudafricana. Se trata de un hombre de 30 años que se dedica a la industria naval y que había viajado recientemente al país por motivos laborales. A su regreso, empezó a desarrollar los síntomas pero no ha requerido ingreso hospitalario ya que su estado de salud no revestía gravedad.
Salvador Illa rechazó suspender los vuelos hace dos semanas
La respuesta ha llegado más tarde de lo previsto. El entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, se negó a suspender las conexiones aéreas con Brasil y Sudáfrica el pasado 18 de enero, hace más de dos semanas. La decisión del Gobierno de Reino Unido de cancelar sus vuelos con ambos territorios no provocó un efecto en cadena que hiciese reaccionar a España.
El que era el máximo responsable de contener la pandemia argumentó que la exigencia de presentar una prueba PCR negativa de Covid-19 era un requisito suficiente en ese momento para evitar la transmisión de las nuevas variantes. Un escenario de contención que ahora se ha quedado corto.
El Gobierno no cedió entonces ante las presiones de la Comunidad de Madrid, que exigió que se suspendieran todos los vuelos procedentes de los dos países y que incrementase los controles en el aeropuerto de Barajas para tratar de evitar la entrada de las cepas de otros países.
Ahora, los dirigentes madrileños han aplaudido la respuesta. «Bien hecho. Tenemos que controlar el virus por tierra, mar y aire para que las restricciones existentes den resultado y las podamos levantar cuanto antes», ha expresado el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, en su cuenta oficial de Twitter.
La cepa británica ya ha alcanzado de lleno a España
España también fue uno de los últimos países en poner en marcha un plan de choque para suspender los vuelos desde Reino Unido cuando se notificó la expansión de la cepa británica del coronavirus, que finalmente ha terminado invadiendo todo el mundo.
A los pocos días, comenzaron a sucederse los casos confirmados en el territorio español. Los primeros se notificaron en la Comunidad de Madrid, pero después se despertaron las alarmas en Andalucía, Cataluña o la Comunidad Valenciana. Ya ha ingresado en todo el país.
La dificultad para secuenciar el genoma del virus en cada una de las pruebas complica las posibilidades de conocer su impacto real en España que ya cuenta con cientos de casos notificados en todas las regiones. En Castilla y León, por ejemplo, se estima que un 14% de los casos actuales están relacionados con la mutación británica. Mientras que el País Vasco ha contabilizado en las últimas horas 109 positivos de esta variante.
La comunidad científica no ha encontrado todavía pruebas concluyentes de que la cepa que se originó en el sureste de Reino Unido provoque síntomas más graves de la enfermedad, ni que tenga asociada una mayor mortalidad. Sin embargo, es una hipótesis que sí que han barajado en distintos momentos investigadores británicos o estadounidenses.
Lo que sí que se ha demostrado es que su transmisibilidad es entre un 50% y un 74% más alta que el modelo original que llegó a Europa. Una razón más para explicar la rápida evolución de la pandemia.