España pagó a las mafias a cambio de frenar la inmigración
Durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, el CNI pagó a los dueños de cayucos para que dejasen de llevar a inmigrantes africanos a Canarias
El nuevo milenio trajo a España un fenómeno migratorio que obligó a las autoridades a buscar soluciones sobre la marcha. Si hoy el debate en torno a la inmigración sigue abierto y el gobierno busca una salida humanista al problema, hace más de una década el escenario adquiría tintes mucho menos consensuados.
El sábado trascendió que, en 2006 y 2007, durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, una de las soluciones que caviló el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) fue pagarle a las mafias de los cayucos para que dejaran de transportar inmigrantes de África a España.
Fuentes cercanas al ejecutivo del presidente socialista admiten estos hechos en un artículo que publica El País, que señala que el CNI utilizó fondos reservados para actuar de forma directa en los países subsaharianos que más enviaban migrantes a las costas españolas.
Fuertes sumas de dinero a las mafias de transporte de inmigrantes
Los casi 32.000 inmigrantes detenidos en las islas Canarias durante 2006 fueron la gota que derramó el vaso en el CNI de entonces. Procedentes de Mauritania, Burkina Faso, Malí, Chad y Níger, entre otros países, los inmigrantes llegaron en su mayoría a Tenerife mientras el resto se acomodaron en otras partes de Canarias.
De «insostenible» calificaron las fuentes cercanas al gobierno de Zapatero la situación migratoria que se vivía entonces. De ahí que tomaran la decisión de luchar contra el problema directamente en los países de los que salían más embarcaciones pequeñas, como los cayucos.
Los agentes del CNI se desplazaron a África para contactar y pagar a los dueños de los cayucos
La lógica era que, si el CNI pagaba a las mafias organizadas que transportaban a los migrantes para que dejaran de hacerlo, la inmigración masiva iba a descender. Otras fuentes señalan que el gobierno negoció con las empresas que suministraban los repuestos de los cayucos, para que dejaran de hacerlo.
El diario afirma que los agentes del CNI se desplazaron a estos lugares, «contactaron con los dueños de los cayucos y les pagaron fuertes sumas de dinero (más o menos lo que obtenían de los inmigrantes) pero con la condición de que dejasen de llevarlos a Canarias y a las costas españolas».
«Los agentes secretos desplazados a la zona actuaron en connivencia con sus colegas de la inteligencia de los países de los que procedían los cayucos, con la colaboración de embajadores españoles en los mismos», agrega el rotativo.
En 2017 la entrada de inmigrantes cayó casi dos terceras partes frente a 2016
La estrategia funcionó en aquel momento, aunque las personas consultadas afirman que fue «escasamente rentable» porque los inmigrantes pronto encontraron otras formas de llegar a Europa. Las cifras cayeron de casi 32.000 inmigrantes a poco más de 12.000 en 2017, y menos de 2.000 en 2008.
Esta operación precedió a la estrategia más ambiciosa que se puso en marcha después, bajo el nombre Plan África, que brindó cooperación y fijó presencia policial y militar en algunos de los puertos africanos que firmaban las principales salidas de personas hacia España.