España es el país europeo que menos ayudas directas da a la hostelería por la pandemia
Las administraciones españolas han inyectado 740 millones en el sector hostelero, por detrás de países como Rumanía, Italia o Alemania
Las empresas hosteleras españolas han recibido apenas 740 millones de euros en ayudas directas desde que comenzó la pandemia de coronavirus para destinarlas a paliar los efectos de la crisis económica y de las restricciones sanitarias. La cifra coloca a España en el vagón de cola de las grandes potencias europeas, que han superado holgadamente la inversión nacional.
La asociación hostelera Competur ha presentado estos datos en un estudio, que demuestra el agravio comparativo de los bares y restaurantes españoles con respecto a los establecimientos del resto de vecinos europeos. El siguiente país en la lista es Rumanía, que ya ha destinado cerca de 2.000 millones de euros para el sector. Es más del doble.
A años luz se encuentra la portación que han hecho las administraciones italianas que han desembolsado 5.000 millones de euros, a pesar de que el sector turístico representa un 6% de su Producto Interior Bruto (PIB), mientras que el de España supera el 12,5%. Alemania, Países Bajos o Dinamarca superan los 10.000 millones de euros en ayudas directas.
Los analistas han concluido que los gobiernos nacionales de la Unión Europea han inyectado un total de 60.000 millones de euros en las empresas destinadas al sector del turismo y de la hostelería durante la crisis sanitaria de la Covid-19. El balance deja mal parada a España, cuyas ayudas apenas representan el 0,75% del total del bloque.
Las ayudas españolas son desiguales por comunidades
Una de las grandes reivindicaciones del sector es un plan estatal de ayudas que les permita salir adelante, especialmente tras el impacto que ha provocado de nuevo la tercera oleada de contagios de coronavirus. Hasta ahora, todas las inversiones directas han quedado en manos de las comunidades autónomas.
Los 740 millones corresponden al dinero desembolsado por un total de 13 gobiernos autonómicos, que han puesto en marcha sus planes para recuperar al sector. Casi la mitad se concentran en solo tres territorios: Canarias, Comunidad Valenciana y Galicia.
Los mecanismos que ha acordado el Gobierno de Pedro Sánchez no se han centrado exclusivamente en el sector, sino que han buscado apoyar de forma general al tejido productivo. Es el caso de la prórroga de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) o de los aplazamientos del pago de los alquileres de los locales.
La hostelería española requiere 8.500 millones de euros
La patronal de los hosteleros lleva meses advirtiendo sobre las graves consecuencias que supondrá la crisis sanitaria del coronavirus, si no se activa un plan de rescate para el sector. Solicitan una inyección de 8.500 millones de euros para evitar la pérdida de cerca de un millón de empleos entre directos e indirectos. Un total de 100.000 establecimientos se mantienen pendiendo de un hilo.
Los datos publicados este jueves en la Encuesta de Población Activa (EPA) han confirmado el impacto que ha tenido la pandemia sobre el negocio de bares y restaurantes. La crisis del coronavirus ha destruido más de 622.000 empleos en todo el país, de los cuales 279.500 puestos de trabajo corresponden al sector servicios, que engloba a la hostelería y el comercio.
La tercera ola acaba con las esperanzas del sector hostelero
Las empresas hosteleras han sido algunas de las más afectadas por la imposición de restricciones sanitarias para frenar la pandemia de Covid-19. La llegada de la tercera oleada de contagios ha vuelto a forzar a los empresarios a cerrar sus locales en buena parte del país.
Baleares, Castilla La Mancha, la Comunidad Valenciana y La Rioja han ordenado el cierre por completo de los establecimientos para impedir la propagación del virus, después de que la incidencia acumulada y la presión de los hospitales se haya acercado peligrosamente a las cifras de la primera ola.
Todas las comunidades, sin excepción, han introducido algún tipo de medida sanitaria que afecta a bares y restaurantes. Desde la prohibición de consumir en el interior de los locales, hasta la limitación del aforo, pasando por algunas polémicas medidas como la imposición de franjas horarias en la hostelería catalana.