España enciende la alarma en Europa por su escasa implicación con Ucrania
En Europa entienden el cambio al castellano de Borrell en la Eurocámara como un toque de atención al Gobierno y sus socios, por desentenderse de la ayuda militar directa y las posibles soluciones al problema energético
«Nadie puede mirar de lado». «Nos acordaremos de aquellos que en este momento solemne no estén a nuestro lado». Estas palabras sobre la guerra de Ucrania del Alto Representante de la Unión para los Asuntos Exteriores, Josep Borrell, retumbaron como un cañón este martes en Bruselas. Y más fuerte en España. El exministro socialista cambió al castellano para expresarse en estos términos, lo que muchos europarlamentarios que seguían el discurso en la eurocámara entendieron como un claro mensaje hacia el Gobierno y sus socios de coalición ante la falta de implicación en la respuesta a Rusia por la invasión ucraniana.
España se queda atrás con Ucrania
Hasta ahora, el Gobierno de Pedro Sánchez ha mantenido un perfil bajo en la respuesta a Rusia. España es de los pocos países de la Unión Europea, y el único entre las grandes potencias, que no ha anunciado el envío directo de armamento al Gobierno de Volodimir Zelenski para hacer frente a la invasión del Ejército de Putin. Así lo recogía recientemente el centro italiano Instituto per gli Estudi di Politica Internazionale, un hecho que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha calificado como «la vergüenza de Europa».
En el estudio, se refleja cómo España se ha quedado en el pequeño grupo de seis países de la UE que han evitado apoyar con recursos militares la guerra en Ucrania, junto a Austria, Eslovenia, Croacia, Hungría y Bulgaria. Han apoyado con envíos Francia, Alemania, Italia, Portugal, Grecia, Bélgica, Suecia, Polonia, Holanda, Finlandia, Dinamarca, Estonia, Letonia, Luxemburgo y Lituania.
El propio Gobierno descartó ayer el envío directo de armas y aseguró que lo hará a través de los mecanismos multilaterales del a Unión Europea, a pesar que los grandes socios continentales no han esperado hasta entonces dada la rapidez con que avanza la guerra. «España va a enviar armas a Ucrania», aseguró ayer el Ejecutivo, pero «lo va a hacer dentro del mecanismo del fondo europeo de apoyo a la paz». Borrell, entrevistado anoche en Hora25, evitó confrontar con el Gobierno, pero sí les dejó un recado muy claro: «La iniciativa europea no sustituye a las iniciativas nacionales; las complementa».
Borrell al Gobierno: «La iniciativa europea no sustituye a las iniciativas nacionales; las complementa»
Ni armamento a Ucrania, ni tampoco gas
Más allá de las reticencias de Pedro Sánchez a suplir material de ataque a Ucrania, se añade la consternación europea por la falta de iniciativa del Gobierno y, concretamente la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, por aportar soluciones gasísticas ante la posible desconexión de Rusia de los gasoductos que van a Europa.
Endurecer las sanciones a Rusia podría implicar el fin de la importación de gas natural desde territorio ruso; la UE aumentaría su capacidad de acción si tuviera mayor independencia energética, un elemento que podría intentar facilitar España, aunque no ha sido el caso.
España cuenta en la actualidad con la mayor capacidad de almacenaje de gas natural licuado de la Unión Europea, alrededor del 40% del total. Y eso sin contar con la planta regasificadora de Musel (Asturias) de Enagás, terminada en su construcción desde hace tiempo, pero que sigue bloqueada burocráticamente y sin fecha de entrada en funcionamiento. Aunque la conexión con Francia es limitada para suplir de gas al continente, sí podría activarse ya un plan para utilizar España como almacén gasístico que permitiera proveer a la UE con suficiente gas de cara al próximo otoño.
Ribera participó este lunes en el Consejo de Energía extraordinario de la Unión Europea, donde apoyó tibiamente la propuesta de mejorar la coordinación europea en materia energética, aunque su principal mensaje fue más ideológico: «acelerar la inversión en transición energética, en renovables, en ahorro y eficiencia energética, y en tecnologías de almacenamiento». En ningún momento España ha asumido la iniciativa para proveer de gas natural licuado para su almacenamiento europeo.
El «ridículo» de España
«Estamos haciendo el ridículo», señalan fuentes de instituciones comunitarias ante la inexistencia de iniciativas concretas por parte de España para apoyar la lucha de Ucrania contra Rusia. El mensaje de Josep Borrell coincidió con la votación en el Parlamento Europeo para considerar a Ucrania como candidata a integrarse en la UE, votación en que diputados de Podemos e IU se abstuvieron o votaron directamente en contra, así como representantes de Bildu y Junts. La misma dinámica se repitió con otras votaciones para favorecer el apoyo financiero a Ucrania, o a ampliar las sanciones a Rusia. Así lo apuntaba este martes el eurodiputado de Cs Luis Garicano.
Podemos y su amistad con Rusia
La postura de Podemos no es novedosa. Como aperitivo a las votaciones de la formación morada con presencia en el Gobierno, solo cabe escuchar a su ex secretario general, Pablo Iglesias, quien en los últimos días se ha opuesto tanto a cerrar medios de propaganda rusos como Russia Today y Sputnik; a proveer material militar a los civiles ucranianos por considerarlo una ‘irresponsabilidad’, y en tercer lugar, a las donaciones específicas de España de armamento bajo la excusa de que detrae recursos para la sanidad o la educación.
La postura de Podemos ha sido ‘rusófila’ prácticamente desde sus orígenes. Solo recordar el programa electoral de los morados en las elecciones de 2016, donde bajo el formato inocente de un catálogo de Ikea (empresa de Suecia, país amenazado también por Rusia), abogaba por desvincularse de la OTAN y buscar estrategias de defensa conjuntas con el país que lidera Vladimir Putin.
En ese documento, no solo se procedía a buscar «neutralizar el papel desestabilizador de la OTAN en Europa del Este, congelar las fronteras actuales de la alianza y detener la instalación del escudo antimisiles en el este de Europa y mar báltico», sino que se apoyaba «la compatibilidad de la alianza con una arquitectura de seguridad ‘paneuropea’ en la que participe Rusia».
El ‘chantaje’ a Pedro Sánchez
El hecho de que Pedro Sánchez se haya mostrado tan reticente a liderar las medidas contra Rusia es atribuido por muchos a un conflicto en la coalición de Gobierno entre PSOE y Podemos, que pueda incluso provocar la ruptura de la alianza y fuerce a unos comicios generales. Las dudas proceden de que, precisamente, en este contexto, Pedro Sánchez sería el gran vencedor en esos hipotéticos comicios, con una oposición en un grave crisis interna en el PP, y tras constatar que el apoyo a Ucrania es mayoritario en la sociedad española.
Otros atribuyen la esclerosis geopolítica de este Gobierno a una antigua tradición española, incapaz de diseñar una estrategia de geopolítica exterior para España. El presidente del Gobierno comparece este miércoles en el Congreso de los Diputados para explicar la posición del Gobierno frente a la guerra, donde quizás aporte novedades sobre la estrategia de España.