ERC romperá con Junts en dos años si insisten en la vía unilateral
Fuentes de ERC advierten que 2023 podría servir de punto de inflexión “si todo se sale de madre” en el acuerdo con Junts y la CUP
ERC sacrificará el pacto con Junts en dos años si «todo se sale de madre». Así de rotundas se muestran fuentes republicanas tras pactar con la CUP celebrar una cuestión de confianza en 2023. Pere Aragonés se ha comprometido a someterse a este procedimiento a mitad del mandato para evaluar el cumplimiento de las medidas acordadas.
Los antisistema dan a Aragonés hasta esa fecha para romper el diálogo con el Ejecutivo central y proclamar un referéndum unilateral. Un objetivo que los republicanos no comparten y ya advierten que podría ser el punto de inflexión para sacrificar el pacto si Cataluña se vuelve ingobernable.
La gran verdad con los resultados obtenidos es que ERC no quiere gobernar con Junts y tampoco Junts ni la CUP quieren gobernar con ERC. La cuerda se tensa cada día con las negociaciones para formar gobierno y los republicanos utilizan a la CUP para suavizar el pacto con Junts.
Según fuentes conocedoras de las negociaciones, los verdaderos escollos entre las formaciones separatistas residen, por un lado, en fijar la fecha exacta de ruptura con el Gobierno central y, en segundo lugar, la Consejería de Economía.
Fijar fecha para romper con Sánchez
Los republicanos buscan que Miquel Puig dirija este área, pero también admiten que estarían dispuestos a ceder alguna parcela de poder económico con tal de dirigir en exclusiva la gestión de los fondos europeos. Las negociaciones en este aspecto siguen enquistadas.
Los de Aragonés tampoco quieren fijar una fecha exacta de ruptura del diálogo con Pedro Sánchez. Mientras que la CUP y Junts presionan para dejarlo todo por escrito. Al igual que Pablo Iglesias con el pacto del Gobierno de coalición, las dos formaciones independentistas presionan estos días a Aragonés para luego exigirle cumplir los compromisos y que ERC no pueda salirse por la tangente.
Unas conversaciones que han llegado a unos extremos que si ERC no cede ante la celebración de un referéndum unilateral no hay gobierno. Y ante eso, Aragonés se compromete a someterse a una cuestión de confianza a mediados de mandato, esto es antes del 30 de junio de 2023. Un punto de inflexión para unos y otros.
Fuentes republicanas admiten a Economía Digital que si la cuerda está «muy tensada» serían capaces de romper y convocar elecciones. Una parte piensa que les beneficiaría más que volver a la senda del referéndum unilateral. «Es un callejón sin salida», comentan en privado. Con su líder, Oriol Junqueras, todavía en prisión, los republicanos ya han aprendido y no quieren volver a jugársela. Más si cabe cuando todavía no han vuelto a la mesa de diálogo con el Gobierno.
Los indultos como vía de escape
Estas fuentes admiten que la CUP se piensa que tiene la sartén por el mango cuando amenazan con dejar caer el Gobierno dentro de dos años si los acuerdos no se cumplen, pero igual podría servir para una liberación republicana, habiendo ganado peso al frente del Ejecutivo catalán y una vez que funcionen las conversaciones con Moncloa. Pero para ello, «tiene que haber hechos», señalan.
Por ello, ya se han dado prisa en apremiar al Gobierno con los indultos. Fuentes al más alto nivel del partido de Junqueras no lo niegan. Ya han solicitado a Sánchez establecer un calendario para poner fecha a los indultos para los condenados por el ‘procès’. Las mismas fuentes admiten que se han quejado al Gobierno de Pedro Sánchez sobre los recursos de la Fiscalía contra la concesión de los terceros grados.
Junqueras busca el compromiso de Sánchez. ERC admite que el calendario está condicionado por el informe del Tribunal Supremo y por las elecciones en Madrid. Y de ahí y para que no se demore más el asunto, exigen un calendario con fechas concretas. «El Gobierno solo se compromete a seguir con la mesa de diálogo», señalan los republicanos. El presidente expresó su voluntad de «encauzar» el «conflicto» por vías «democráticas y legales».
Moncloa espera al 4M para mover ficha
Desde la parte de Moncloa se espera a que se conforme el nuevo Govern y a que pasen las elecciones en Madrid que se celebrarán el próximo 4 de mayo para mover ficha respecto a Cataluña.
Desde el Gobierno observan la petición de amnistía por parte de las fuerzas independentistas y señalan que la petición carece de fuerza parlamentaria, sobre todo, con 52 diputados de Vox. Sin embargo, entienden que sus bases lo reclaman para no reconocer el fracaso del 1-O.
Los indultos son la clave y, tanto unos como otros, lo reconocen en privado. Gobierno e independentistas reconocen que es la carta para seguir en la mesa de diálogo. Una mesa que también podría demorarse, admiten fuentes del Ejecutivo, «para no dar más fuerza al relato de la derecha», reconocen.
La vía de escape de ERC al frente de un Govern tensionado por las salidas de tono de sus compañeros independentistas bien podría ser la moción de confianza, una vez que los republicanos hayan conseguido un texto por escrito del Gobierno central que demuestre mediante hechos que el diálogo y la hoja de ruta planteada por los republicanos funciona.
Hasta entonces, Esquerra y la CUP se comprometen a crear un grupo de trabajo permanente para auditar el cumplimiento de los acuerdos de legislatura. Un segundo Comité Permanente de Seguimiento evaluará la coordinación con el Govern, y se crearán además comités sectoriales para debatir, entre otros, los próximos presupuestos.
Este es el marco en el que pretende moverse el próximo ejecutivo catalán, si Aragonés consigue sacar la investidura adelante. Desde la otra parte, Moncloa marca los tiempos y los republicanos comienzan a cansarse al no ver avances que disculpen su apoyo parlamentario.