ERC y Junts se emplazan a formar Govern pero siguen lejos del pacto
Las formaciones independentistas rebajan el tono tras días de reyertas a trece días de la fecha límite para la convocatoria de nuevos comicios en Cataluña
Pese a las salidas de tono de los últimos días, ERC y Junts han empezado a alejar el fantasma electoral cuando solo quedan trece días para que venza la fecha límite que marca la ley, a partir de la cual Cataluña se verá automáticamente abocada a unos nuevos comicios. Ambos partidos se han emplazado a dejar las reyertas atrás, aunque todavía sin ningún pacto cerrado.
Los ‘junteros’ han aprovechado la comparecencia de Pere Aragonès para emplazar a ERC a formar un Govern de coalición independentista. El diputado Jordi Fàbrega ha asegurado que es «urgente» formar el gobierno «que las urnas nos encomendaron» tras el 14-F: «Tenemos el 52% de los votos».
El partido de Carles Puigdemont, quien durante la sesión de control de la mañana ha pedido que se audite la gestión de la pandemia en Cataluña, ha tendido la mano a ERC para que el Ejecutivo resultante –que pasa forzosamente para ellos por una coalición– se aboque en la independencia y la amnistía.
Aragonès, sobre la repetición electoral: «No será»
La buena voluntad de pacto también la ha trasladado Aragonès durante su propia comparecencia. El mismo vicepresidente ha alejado unas nuevas elecciones pese a levantarse de la mesa con Junts el sábado: «No será. Estoy convencido que la gran mayoría a favor de la autodeterminación y la amnistía no dejará pasar la oportunidad».
La comparecencia, que ha abordado la gestión de la pandemia, ha servido a Aragonès para ejemplificar sobre la necesidad de formar un Govern cuanto antes. El candidato republicano ha asegurado que encarar la recta final de la crisis sanitaria pasa por un Ejecutivo con plenas funciones, manco ahora de iniciativa legislativa y presupuestaria.
Además, ha insistido en diversas ocasiones con el riesgo para el secesionismo que supondrían unos nuevos comicios: “Serían el fracaso de los 135 diputados y diputadas, pondrían en riesgo la mayoría independentista y podríamos volver de nuevo a otro enrocamiento».
Los dos grandes partidos independentistas se han vuelto a emplazar a sentarse, tras días de desavenencias y el infructuoso intento de ERC para arrastrar a los Comuns a la mayoría de su investidura. «La aritmética es la que es», ha contestado Aragonès a Albiach durante la sesión de control de la mañana cuando el partido morado ha dado por rotas las negociaciones.
Una CUP que ejerce de mediadora entre ERC y Junts
Las tres formaciones independentistas firmaron un pacto donde se comprometían a trabajar para llegar a un acuerdo, aunque sin propuestas concretas y sin que el documento les emplazara a una garantía de éxito. La CUP, acusada históricamente de ser el elemento desestabilizante del independentismo, se ha erigido como mediador entre las partes.
Además, los anticapitalistas mantienen su lealtad a Pere Aragonès siempre que estos se comprometan a mantener el pacto que rubricaron antes de las investiduras fallidas y que no interpelan a Junts. Incluso mantendrían su apoyo a un Govern con los Comuns si el texto se respeta en cualquier caso.
Los socialistas, que han mostrado un tono conciliador y constructivo al ofrecer su apoyo para gestionar de la mano todo lo relativo a la crisis sanitaria, han intentado erigirse como alternativa a la coyuntura actual. Salvador Illa ha reiterado a lo largo del día su voluntad de presentarse a una investidura pese a carecer de los apoyos necesarios.
Salvador Illa ha emplazado a Aragonès a hacer un paso al lado, y dejarle intentar una investidura para la que necesitaría un voto favorable de ERC, algo que no tiene vías de prosperar. Los socialistas han lamentado el «veto» a su formación, pero aunque el PSC no suma, lo cierto es que los republicanos no tienen a trece días los apoyos cerrados para comenzar a liderar un Govern.