ERC incluye en la negociación de investidura en Cataluña el apoyo a los presupuestos de 2021
El 2021 es el undécimo ejercicio consecutivo en que Cataluña arranca con unos presupuestos prorrogados y los empresarios exigen unos nuevos.
Pere Aragonés perfila las nuevas condiciones de la negociación para formar Govern y tantear a sus posibles socios de Junts per Catalunya, CUP y En Comú-Podem. Los republicanos han activado toda su maquinaria negociadora y, según ha podido saber Economía Digital, plantean que sus aliados se comprometan a un pacto presupuestario que dé estabilidad a la legislatura, aunque se queden fuera del Gobierno.
Es una de las condiciones que el equipo negociador de Pere Aragonés pondrá sobre la mesa del resto de partidos a los que se está llamando para intentar formar Gobierno. Los republicanos quieren tener encarrilados los presupuestos de 2021 para evitar factores desestabilizantes que pongan en peligro la legislatura. Entre ellos podrían ser las peticiones de sus socios independentistas, si no dejan su apoyo ya atado.
Otro factor negativo a tener en cuenta es la deuda que acumulan, provocada especialmente por la pandemia. El Parlament ya autorizó en enero el endeudamiento del Govern en la prórroga de los Presupuestos de 2020. Aragonés quiere empezar con buen pie y desde ERC señalan que «habrá que sacar un presupuesto nuevo adelante. No podemos continuar prorrogándolos», aseguran.
La pandemia ha dejado un desequilibrio en las cuentas de 2020 de la Generalitat de 5.128 millones de euros. Este impacto se explica por el gasto extraordinario derivado de la crisis sanitaria, de 3.826 millones, y por la caída de ingresos generada por la bajada de la economía, cuantificada en 1.302 millones.
La Generalitat opera actualmente con las cuentas prorrogadas del 2020, que se diseñaron sin tener en cuenta la pandemia a pesar de que su aprobación se hizo efectiva cuando ya había comenzado el confinamiento.
El 2021 es el undécimo ejercicio consecutivo en que Cataluña arranca con unos presupuestos prorrogados. La fecha límite para investir a un nuevo presidente que forme gobierno es el próximo 28 de marzo en segunda vuelta.
Los agentes sociales piden nuevos presupuestos
Tras las elecciones catalanas, patronal y sindicatos piden a los partidos que pacten un Govern fuerte y estable que se centre en resolver los problemas de la economía y del tejido empresarial. Los agentes sociales temen que una falta de acuerdo entre las fuerzas políticas pueda derivar en una repetición electoral, lo que imposibilitaría la aprobación de los presupuestos este año.
Foment del Treball reclamó «un pacto de país entre los agentes sociales y el Govern par reactivar los sectores productivos»; mientras que Pimec pidió que el nuevo gobierno «priorice la aprobación de los presupuestos e impulse medidas sanitarias y económicas para superar la pandemia».
CC.OO. exigió en un comunicado «un Govern para la reconstrucción social y nacional de Cataluña que proteja a la gente e impulse un cambio de modelo productivo con más sostenibilidad social y medioambiental».
Desde UGT, el secretario general, Camil Ros, reclamó la necesidad de contar con un Govern aunque sea solo «para criticarlo y poderle hacer manifestaciones».
La CUP se emplaza al 27 de febrero
Por parte de la CUP ya han avisado que no van a cambiar de discurso y si el decreto de enero para prorrogar las cuentas no lo aprobaron es porque están en contra de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y de mantener ciertos límites de déficit.
Los republicanos mantuvieron este miércoles un primer encuentro con la CUP en el Parlament. Aragonés ha decidido que la primera reunión sea con la formación más radical porque son el hueso duro de roer. Los republicanos saben que no se lo pondrán fácil y están dispuestos a escuchar sus premisas, sin descartar ahora su entrada en el Govern.
Los anticapitalistas aseguran que han realizado un «intercambio de puntos de vista sobre los resultados electorales y los posibles escenarios a corto, medio y largo plazo».
Los republicanos informaron en la misma línea asegurando que «el primer encuentro para abrir las vías de la negociación» ha servido «para tomar la temperatura a las relaciones entre ambas fuerzas y para establecer las primeras bases para la futura negociación». Las dos formaciones se han instado a reunirse de nuevo la próxima semana.
Los anticapitalistas bien podrían aplicarse el dicho ‘vísteme despacio que tengo prisa’ porque a la prisa que tiene ERC por zanjar cuanto antes las negociaciones, en la formación más radical se lo han tomado con calma.
Ahora señalan que el partido abordará en el próximo consejo político ordinario, previsto para el 27 de febrero, cuál debe ser la estrategia y los principales elementos de diálogo con el resto de fuerzas políticas en la negociación para formar un nuevo Govern.
La candidata Dolors Sabater y el diputado Carles Riera explicaron que su posición sobre la gobernabilidad «vendrá condicionada por los avances» que se puedan determinar en este sentido. Por su parte, la CUP-Guanyem iniciará una ronda de contactos con los movimientos sociales para concretar las exigencias a plantear en la mesa de negociación.
Junts apuesta por una «estrategia compartida»
Mientras, Junts apuesta por una «estrategia compartida» en el Congreso. Así lo ha anunciado su secretario general, Jordi Sánchez, en una entrevista en Catalunya Ràdio. «Sería muy positivo que fuéramos leales a la presidencia y el Govern», destacó el dirigente.
Ante la pregunta de si se comprometerían en estas negociaciones con ERC para aprobar los Presupuestos de 2021, dirigentes de Junts consultados por ED, señalan que, primero, «nos tendrían que presentar una propuesta por escrito acorde a nuestras reivindicaciones», responden.
En lo que sí no descartan que haya conflicto es en ponerse de acuerdo a la hora de enfocar la mesa de diálogo con el Gobierno central y las reivindicaciones que se hagan.
Tanto ERC como Podemos hicieron la pinza contra los socialistas y propusieron semanas atrás que los acuerdos que se llevasen a estas reuniones tendrían que ser aprobados después en el Parlament. Una propuesta que ni Junts, ni los socialistas han respondido hasta el momento.