ERC exhibe su crisis con Quim Torra en el Parlament

Cruce de reproches entre Junts per Catalunya y ERC después de que los segundos impidieran al abstenerse la tramitación de una ILP que pedía una nueva DUI

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La ralación entre ERC y Junts per Catalunya (JpC), socios mal avenidos en la Generalitat, va de incendio en incendio. Así, cuando uno de ellos se da por controlado, ya ha brotado el siguiente. El último, de nuevo en el Parlament, y de nuevo en torno a una de esas iniciativas maximalistas y que, indefectiblemente, acaban en pataleta.

En esta ocasión, se trataba ni más ni menos que de un nuevo amago de declaración unilateral de independencia (DUI), si bien en fase meramente embrionaria, y cuyo desarrollo Esquerra ha frenado en seco. Lo ha hecho con una abstención en la Mesa del Parlament que ha sido clave para no admitir la tramitación de una iniciativa legislativa popular (ILP) que planteaba recuperar la DUI de octubre de 2017.

La iniciativa, impulsada por una plataforma independentista denominada Unitat per la Independència, no es más que una concreción impulsada desde la vanguardia civil del independentismo de ese «lo volveremos a hacer» que el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, lanzó en su alegato final en el juicio en el Tribunal Supremo, y que el president Quim Torra no tardó en suscribir.

Pero Esquerra ya ha dejado claro desde el inicio de la legislatura que no está por la labor de seguir escenificando gestos estériles y pensados solo de cara a la galería. Y este, además, habría comportado vulnerar la propia ley catalana que regula la presentanción de iniciativas populares, que establece que las ILP no pueden tener por objeto materias sobre las que la Generalitat no tiene competencias.

Informe contrario de los letrados del Parlament

Eso mismo es lo que advertía el informe presentado ad hoc por los servicios jurídicos de la cámara catalana, y en el que se fundamentaron tanto los votos contrarios a la tramitación de los dos miembros de Cs y el del PSC en la Mesa como la abstención de los dos representantes de ERC. Ante eso, de poco sirvieron los dos votos de JpC favorables a dar luz verde a a ILP. La decisión cierra el proceso en el minuto cero. Si, en cambio, la propuesta hubiera prosperado, se habría abierto un periodo de recogida de firmas y, de haber alcanzado las 50.000, la iniciativa habría tenido que debatirse en el pleno del Parlament. 

La votación volvió a abrir la caja de los reproches entre los dos socios que integran el govern. La portavoz de este, Meritxell Budó, aseguró en rueda de prensa que el tema ni siquiera se había tratado en la reunión semanal que el ejecutivo celebra los martes, pero lo cierto es que en el Parlament, JpC y Esquerra, a la vez que insistían también en que la discrepancia no supone ninguna crisis en su relación, se las tenían tiesas.

Costa tacha a la Mesa de «órgano censor»

El lanzamiento de cuchillos entre ambas formaciones recordó a los que caracterizaron los sucesivos encontronazos en torno a los diputados suspendidos. Abrió fuego el vicepresidente primero de la Mesa, el puigdemontista Josep Costa, que consideró que la Mesa había actuado como un «órgano censor». «Nosotros no ejerceremos de muro de contención contra las propuestas de los ciudadanos o de ningún grupo parlamentario», insistía.

Costa solo admitió que el informe de los letrados de la cámara planteaba «dudas sobre la cuestión», pero insistió en que la ley de las ILP es «ambigua» y en que, en la línea de la postura con la que la expresidenta del Parlament Carme Forcadell ha defendido su actitud en los plenos de septiembre de 2017 en los que se tramitaron las leyes de desconexión, JpC siempre estará «a favor de la participación política, del debate y de que en el Parlament se pueda hablar de todo». 

ERC insta a JpC a registrar la ILP como propuesta de su grupo

«Una ILP no sirve para declarar la independencia. Lo dice la ley catalana y tiene todo el sentido del mundo que sea así», replicó Segi Sabrià, que insistió en que el informe de los servicios jurídicos «es clarísimo» y negó que la  norma pueda ser considerada Â«interpretable». El presidente del grupo de ERC en la cámara catalana fue rotundo: «Nosotros trabajamos cada día para hacer efectiva la independencia, y eso quiere decir no solo declararla sino declararla y luego ejercerla. No podemos vivir de gestos de cara a la galería», subrayó.

Es más, recogió el guante lanzado por Costa y le lanzó un desafío: si tan importante es la ILP para JpC y «el compañero señor Costa», siempre pueden coger su contenido y convertirlo en una  propuesta de su grupo parlamentario, con lo cual se tramitaría y sería debatida en el Parlament. Esa idea, siempre mentando a Costa, la repiticó Sabrià hasta tres veces. «Seguro que JpC ahora mismo está preparando toda la documentación para presentarla de forma inmediata», ironizó.

Pero, cuando se le planteó esa opción, Costa escurrió el bulto y dio a entender que no estaban por la labor. «Nuestro ideario es conocido, somos los más fieles aliados del movimiento independentista, pero el debate de  hoy se ceñía estrictamente a si se tramitaba esta iniciativa de este grupo de ciudadanos». 

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