ERC da un límite de un mes a Sánchez para reunir la mesa soberanista
Los independentistas ven "razonable" que la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat se vuelva a reunir "antes del 15 de julio"
Esquerra Republicana lanza un nuevo ultimátum a Pedro Sánchez. El vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, ha fijado un mes como límite para volver a reunir la mesa de diálogo entre el Gobierno central y la Generalitat de Cataluña. Es decir, que el presidente del Gobierno y Quim Torra, o en su defecto sus representantes, deberían volver a verse antes del 15 de julio, un plazo «razonable» a juicio de los republicanos, impacientes ya por reanudar las negociaciones tras tres meses de estado de alarma.
La mesa de diálogo solo se ha reunido una vez, a finales de febrero. Cuando se buscaba una fecha para concretar el segundo encuentro el Gobierno decretó el estado de alarma y las negociaciones con el independentismo entraron en pausa. Pero desde hace poco más de un mes ERC ha incrementado las presiones para seguir buscando una salida al llamado conflicto catalán, vinculando su apoyo a la última prórroga del estado de alarma a un compromiso del Gobierno por retomar el diálogo cuando acabe la emergencia.
Sin embargo, ni el Govern ni ERC han iniciado los contactos con el Ejecutivo para fijar una fecha, que según Aragonès deberá ser pactada entre ambas partes. Sobre si la pandemia ha cambiado los objetivos y los plazos de la mesa de diálogo, el vicepresident no ve por qué debe ser así. «Lo que se acordó es que las conclusiones a las que se llegara se someterían a una consulta, y esto debe mantenerse porque el conflicto continúa», ha afirmado, señalando que «la nueva normalidad política» para por seguir con «el diálogo».
Para el separatismo, la crisis del coronavirus no cambia sus posiciones en lo absoluto, sino que refuerza su idea de que para que se superen los problemas de la mejor forma Cataluña debe ser independiente. El llamado conflicto catalán y la presunta opresión del Estado que denuncia el soberanismo siguen intactos, según Aragonès, que ha recordado que todavía hay líderes del procés en prisión y que todavía hay «exiliados» vinculados a la causa, como el expresident fugado a Bélgica Carles Puigdemont.
El «problema» de pactar con Cs es de PSOE y Podemos
Esquerra ha intensificado sus presiones y reproches a Sánchez desde que el Gobierno empezó a negociar prórrogas del estado de alarma con Ciudadanos, en una relación que también ha abarcado ya el decreto de la ‘nueva normalidad’ y que incluso podría alargarse hasta los Presupuestos de 2021. No en pocas ocasiones el partido de Oriol Junqueras ha amenazado al Ejecutivo con dejar caer la legislatura si en lugar de negociar con Cataluña estrecha la mano de Inés Arrimadas.
Aragonès ha explicado este lunes, en una entrevista con Europa Press, que ERC no tiene «vocación de ser partido de gobernabilidad de España», sino que su vocación pasa por conseguir la ‘república’ catalana. Lo que se traduce a que, si el Gobierno no satisface las exigencias de Esquerra, dejará de contar con su apoyo y tendrá que explicar «la contradicción» de aproximarse a Cs. Una contradicción que, según Aragonès, «la tendría Podemos» pero también «algunos sectores del PSOE«.
En todo caso, la relación del Gobierno con Cs «no tiene ningún sentido porque no es coherente», según el vicepresidente de la Generalitat. Ante la crisis, su parecer es que Sánchez y Pablo Iglesias pueden elegir entre dos caminos: «una salida como la de 2018, neoliberal y basada en la desigualdad», o una «salida por la izquierda» basada en el progreso y la equidad. Ambos caminos «son incompatibles», ha advertido Aragonès, que a su vez ha insistido en que «la contradicción no la tendrá ERC».
«Hay un Gobierno de coalición que debe decidir y creo que la mejor salida precisamente es la de la izquierda», ha añadido. El dirigente de ERC también ha transmitido que, pase lo que pase, su partido va a «negociar y hablar siempre», tras ser consultado sobre si un mayor acercamiento de Sánchez a Cs se traería abajo la mesa de diálogo o si la misma está de alguna forma blindad. «Siempre estaremos defendiendo nuestros principios en una mesa de diálogo. Nunca vamos a renunciar», ha asegurado.