ERC, Bildu y PNV complican a Sánchez la prórroga de la alarma
El Gobierno puede verse obligado a buscar el respaldo del PP porque las formaciones nacionalistas se alejan del PSOE
El Gobierno, atento ahora a la etapa de desescalada del confinamiento por el coronavirus, tiene la intención de seguir prorrogando el estado de alarma hasta alcanzar lo que llama «la nueva normalidad». Pero solo puede hacerlo cada dos semanas, como ha sucedido hasta ahora, y sus apoyos cada vez están menos garantizados. Durante las pasadas solicitudes de prórroga algunos partidos nacionalistas que le han apoyado antes se han desmarcado, en una tendencia que parece ir cada vez a más.
Esquerra Republicana y EH Bildu se han instalado en la abstención en las últimas votaciones respectivas al estado de alarma en el Congreso, y todo indica que seguirán allí. La semana pasada, Junts per Catalunya optó por votar en contra de la prórroga. En todos los casos, la sensación de invasión competencial en las autonomías durante las últimas semanas se ha erigido como argumento para respaldar el voto. ERC incluso ha amenazado a Sánchez con dejarle caer si no se retornan las competencias.
El mismo motivo esgrimió la semana pasada el Partido Nacionalista Vasco para advertir al Gobierno de que se estaba agotando su paciencia, una situación que este miércoles ha llegado a nuevos máximos, tras el anuncio del plan de desconfinamiento presentado por el Gobierno la noche del martes. Los nacionalistas vascos han afirmado que «se está complicado» su apoyo a una nueva prórroga del estado de alarma debido a la falta de «diálogo leal y colaboración» con las instituciones en la elaboración del plan.
El portavoz del PNV en el Senado, Jokin Bildarratz, ha señalado que cuando su partido ha apoyado las distintas prórrogas del estado de alarma en la Cámara Baja ha reclamado una mayor colaboración entre gobiernos, algo que en su opinión «se ha interrumpido y hay que corregir». También ha criticado el plan de desescalada de Sánchez por considerar que «no es el más adecuado» por organizarlo en torno a provincias y no a autonomías, que son «los ámbitos y núcleos principales».
Mientras no se corrijan algunos «elementos preocupantes», para el PNV está claro que «se complica apoyar ese estado de alarma». «Pedimos colaboración verdadera porque, de lo contrario, es muy complicado buscar complicidades», añadió Bildarratz.
En manos del PP
Al no contar con el apoyo de los aliados independentistas de la investidura (PNV, ERC y EH Bildu), de JxCat, la CUP y Vox, el voto a favor del PP se hace imprescindible para que la prórroga del estado de alarma salga adelante. Y es que, restando los seis votos de los nacionalistas vascos y los 89 de los populares, Sánchez se quedaría corto de los 176 apoyos que necesita para aplazar las medidas puestas en marcha a mediados de marzo, tomando en cuenta que los ‘síes’ de la pasada sesión fueron 269.
Pablo Casado también ha mostrado signos de que su paciencia llega al límite, cada vez más contrariado por las decisiones que toma el Gobierno sin consultar con su formación, la principal fuerza de la oposición. Pero también es cierto que el PP ha apoyado todas las prórrogas del estado de alarma y no ha manifestado recientemente que planee dejar de hacerlo, por lo que el Ejecutivo todavía tiene encendida esa esperanza. Y, en caso de que los populares retiren su apoyo, Sánchez todavía tiene un as bajo la manga.
El asunto es que el estado de alarma solo requiere del apoyo del Congreso para prorrogarse, pero tal y como sucedió cuando fue decretado en primer lugar es un mecanismo que el consejo de ministros puede aprobar sin respaldo parlamentario. Así las cosas, si la prórroga no tiene recorrido en el Congreso, el Gobierno todavía puede volver a aprobar unilateralmente otro estado de alarma.