Alejandro Fernández: «Illa ha venido para blindar la alianza del PSOE con ERC porque con Iceta no daban los números»
El candidato del PP a las elecciones catalanas, Alejandro Fernández, dice que la posibilidad de entenderse con el PSC es remota desde el año 2017
El regreso a la actualidad del caso Bárcenas ha sido un trago amargo para Alejandro Fernández (Tarragona, 1976), que confiaba en doblar el próximo domingo el resultado del PP de las elecciones de 2017. Fernández asume con entereza que no hay otra que seguir adelante con una campaña particularmente volátil y llena de incertidumbres que, en todo caso, permitirá confirmar de algún modo que el PP recupera terreno en Cataluña.
—¿Hasta qué punto han caído las expectativas del PP con el regreso del caso Bárcenas?
—La política es así. Esto podía ocurrir, pero estoy convencido de la inteligencia del electorado, que sabe perfectamente diferenciar hechos del pasado, que sabe perfectamente que el PP se ha renovado y que no arrastra ningún caso de corrupción. Quizá sería más interesante analizar casos de ahora como el de Nuria Marín (alcaldesa del PSC de L’Hospitalet), imputada recientemente, en lugar de algo que ocurrió hace muchísimos años.
—¿Necesita el PP nuevas medidas en estos momentos de campaña después de que Bárcenas dijera que «Rajoy destruyó la contabilidad B del partido»?
—El PP aplica sus estatutos. A cualquier militante del PP con un juicio oral abierto por corrupción se le ha dado de baja. Con el caso Bárcenas hablamos de personas que ya no pertenecen al PP. Y, dicho esto, no estoy de acuerdo con dar más valor a la palabra de personas que están en la cárcel por corrupción que a la de personas que ni siquiera están imputadas.
Una campaña sin certezas
—¿Le resulta extraña esta campaña, ya no únicamente por el contexto de la pandemia, sino porque las encuestas señalen hasta tres posibles ganadores?
—Es una campaña muy volátil. Nosotros mismos la sufrimos; tenemos encuestas estupendas, que nos dan un crecimiento muy notable, y otras que no tanto, que moderan nuestra subida. Creo que hay grandes incógnitas respecto al nivel de participación y respecto al voto decidido. La verdad es que, ahora mismo, las encuestas no tienen un especial valor.
—¿Con volatilidad se refiere a la abstención/participación o al trasvase entre partidos?
—Afecta más a la participación que a la preferencia de partido. Quiero decir que la mayor duda que hay en estos momentos es si ir a votar. Y quiero manifestar en este sentido que yo voy a ir a votar el domingo y que mi familia lo hará conmigo. Estoy convencido de que es tan seguro ir a votar como ir a la panadería y me gustaría hacer un llamamiento a la ciudadanía para que vaya a votar.
—¿Una baja participación perjudica más a los partidos constitucionalistas que no a los independentistas?
—Esto ha sido históricamente así en las elecciones autonómicas de Cataluña, si exceptuamos las de 2017. Se ha demostrado que con porcentajes de participación altos, pierde el independentismo. En esas estamos.
—¿Cómo puede el PP activar al electorado constitucionalista?
—Ni hay fórmulas mágicas, ni milagros. Debemos hacer nuestro trabajo, debemos hacer pedagogía recordando a la gente que no va a votar que el resto decide por ellos. Hay que evitar la tentación de quedarse en casa el 14-F para que el independentismo no decida nuestro destino.
—¿Por qué dice que el PP es la única llave del cambio? El PSC dice algo parecido.
—Nosotros queremos recuperar la estabilidad política en Cataluña y el prestigio de sus instituciones. Y queremos hacerlo volviendo al espíritu de la Constitución. Si depende del PSC, habrá un pacto con ERC. Solo si el PP tiene un número suficiente de escaños, puede haber un cambio en Cataluña.
Tripartito a la vista
—¿Solo el PSC quiere un pacto con ERC o también lo quiere ERC, en su opinión?
—Sí, creo que ambos lo buscan porque ambos tienen ese pacto en el Congreso y allí donde pueden. En más de 40 ayuntamientos catalanes tienen este mismo pacto porque se trata de una alianza estratégica para esta etapa. No es una alianza para estabilizar la situación, sino para explorar figuras inconstitucionales como la amnistía y la autodeterminación que están en el orden del día de la mesa de diálogo.
—¿No existe la posibilidad de que el PP se entienda con el PSC tras las elecciones?
—La posibilidad de entenderse o el PSC es remota desde los días 6 y 7 de septiembre de 2017. Luego decidió aliarse con ERC y esa es una alianza de la que depende la supervivencia de Sánchez. Illa ha venido a blindar esa operación porque con Iceta ya no les daban los números. Por eso es tan importante que el PP haga un buen resultado e impida esa alianza PSC-ERC.
—ERC y Junts per Catalunya han pasado de pedir el aplazamiento de las elecciones a relajar las restricciones. ¿A qué lo atribuye?
—Intentan evitar el castigo de los electores a la gestión económica de la crisis. Debo recordar que cuando el PP proponía aperturas graduales decían prácticamente que éramos unos criminales que atentábamos con la salud pública. Han acabado relajando restricciones en campaña electoral y mucho me temo que el día después de las elecciones vuelvan a cerrarlo todo. Pido a la gente que no se deje engañar.
¿Efecto Lorena Roldán?
—¿Podría darse la circunstancia de que Ciudadanos pierda dos tercios de sus escaños y de que el PP apenas aprovechar esta caída?
—No nos planteamos las elecciones en estos términos. Tenemos el objetivo de traer estabilidad a Cataluña y de crecer como partido para recuperar un espacio perdido. Pero no planteamos como lucha contra nadie, ni contra Ciudadanos, ni contra Vox ni contra nadie.
—¿Está surgiendo efecto el fichaje de la excandidata de Ciudadanos Lorena Roldán?
—Nunca he planteado la incorporación de personas como un golpe de efecto electoral. Nosotros pensamos en un proyecto a medio-largo plazo que reagrupe el espacio del PP en el centro-derecha. Las incorporaciones que hemos hecho van en la línea de construir una casa grande del constitucionalismo en Cataluña. Vamos a dar un primer paso en estas elecciones, pero el proyecto es a más largo plazo. Ahora mismo, el espacio de centro derecha está roto.
El pulso de PP y Vox
—¿Cabe Vox en esta casa grande del constitucionalismo?
—Quienes caben son muchas personas que se plantean votar a Vox. Ahora bien, quien tenga por referentes a Le Pen, Salvini y Umberto Bossi no tiene nada que ver con el PP. Porque el PP es el partido de Merkel y de Adenauer. El partido liberal-conservador, pactista y europeísta. Nuestro espacio no es el nacional-populismo.
—¿Cómo se explica usted la llegada y extensión del fenómeno político de Vox?
—Es un fenómeno de indignación como fue Podemos. Tras años de agotamiento del proceso separatista, pues hay fórmulas nacional-populistas y autoritarias que existen en otros países de nuestro entorno que han acabado llegando a España.
—¿Qué le parece que el candidato de Vox, Ignacio Garriga, no fuera capaz en TV3 de acertar el presupuesto de la Generalitat?
—Siempre procuro ser respetuoso con mis adversarios, pero es evidente que no fue el mejor día de Garriga y no se le pidió precisamente que desarrollara el teorema de San Anselmo, sino que le pidieron un dato que debería saber cualquier candidato. Cataluña necesita dirigentes que conozcan los temas.