Entidades del manifiesto contra la decadencia de Colau: «Barcelona está gris, sucia, desanimada”
Las organizaciones adheridas quieren un ayuntamiento "que no solo les oiga, sino que les escuche" y se conjuran a vencer el pesimismo que reina en la capital catalana
Un manifiesto ha revolucionado la capital catalana. Barcelona és imparable, que suscriben 80 entidades locales, no se resigna ante el «desánimo y estancamiento» que cunde en una ciudad que «da la espalda» a sus ciudadanos y que «rompe el diálogo», y aspiran en convertirla en «la Barcelona que escucha a su gente». Economía Digital ha conversado con algunos adheridos.
Uno de los máximos impulsores del Moviment Barcelona és Imparable, Gerard Esteva, que también es presidente de la Unió de Federacions Esportives de Catalunya, defiende que el manifiesto nace ante la «constatación de que Barcelona no está yendo por el buen camino», puesto que «todos los indicadores marcan una decadencia de la ciudad».
«Está gris, sucia, desanimada». Esteva explica que los de la ‘Barcelona del Sí’ son entidades muy dispares que están cansados de que el Ayuntamiento viva de espaldas a sus ciudadanos: «Lo que esperamos es un cambio de rumbo, que se haga dialogando con entidades sociales, deportivas, de comercio; que haya un diálogo real entre sociedad civil organizada y administración».
Tsunami Veïnal: «Queremos una Barcelona cívica, segura»
Una reivindicación que viene también del mundo vecinal. La entidad Tsunami Veïnal, que aglutina a una veintena de asociaciones de vecinos, creen que «en la ciudad no existe el marco ideal de tener una situación factible para desarrollar una vida cotidiana en todos los ámbitos».
«Nosotros siempre decimos que queremos una Barcelona cívica, segura, que no quiere decir una ciudad ni de estado policial, ni represiva», lamenta Manel Martínez, portavoz de este movimiento vecinal adherido al manifiesto. El representante quiere un municipio «donde haya una comunicación más fluida, donde la gente pueda convivir con harmonía».
Un manifiesto que se conjura a vencer al pesimismo que reina en la Barcelona de Ada Colau: «La ciudad no es la más agradable. La administración nos oye, pero no nos escucha». Martínez explica que están «formados por ciudadanos que queremos encontrar soluciones». En definitiva, «una democracia de verdad».
«El manifiesto no deja de ser una comunión de nuestros pensamientos en este aspecto, no hay ninguna directriz política». Martínez insiste en que «la gente no está contenta, porque no vivimos en un marco real de convivencia», y exige también a la oposición mayor implicación para construir un municipio «con una mayor participación de todo el mundo».
Martínez, que representa a uno de los movimientos vecinales de la ciudad, insiste en que «las cosas buenas se hacen entre todos y, por eso y en este caso, nos hemos adherido a esta convocatoria». Otras asociaciones de vecinos también forman parte de este movimiento, como la AAVV de Barcelona o la AAVV Avis del Barri del Bon Pastor.
Barcelona Oberta: «Queremos volver a sentir orgullo de ciudad»
Más allá del mundo asociativo y vecinal, el manifiesto también interpela a otros sectores sociales. Barcelona Oberta, que trabaja por el impulso comercial de Barcelona, también se ha adherido a este manifiesto. Desde la entidad, explican a este medio que «es urgente mejorar y recuperar la imagen de Barcelona para los residentes, y para atraer visitantes».
«Queremos volver a sentir orgullo de nuestra ciudad», explican desde Barcelona Oberta. La entidad remarca los problemas de «accesibilidad al centro de la ciudad», ante el urbanismo y el modelo de tráfico que aplica el ayuntamiento de Barcelona, así como la falta de limpieza en una capital que lamentan que esté tan sucia.
Desde la entidad que busca fomentar el comercio local y abrir la capital catalana al mundo, también lamentan el aumento de la inseguridad, «principal problema de los barceloneses según el último barómetro». Además, acusan al Ayuntamiento de no tener «visión de ciudad» para impulsar «proyectos de futuro» con «complicidad ciudadana y empresarial».
Una ciudad paralizada y gobernada de espaldas a los vecinos
El manifiesto suscrito por 80 entidades de la ciudad quieren que Barcelona «recupere el liderazgo y el dinamismo que la han llevado a ser una de las mejores ciudades del mundo donde vivir»: «Que la cultura, que el deporte, que la salud y que otros sectores estratégicos nos proyecten como aquello que podemos ser, la mejor ciudad del mundo«.
Una ciudad que, tras seis años de gobiernos de Ada Colau, ha entrado en un declive importante. El ayuntamiento ha sido la administración que más ha boicoteado la ampliación del Aeropuerto de El Prat, al oponerse a la destrucción de La Ricarda pese a que Aena se comprometía a rehabilitar otra zona del delta del Llobregat.
También, con la negativa de Janet Sanz de permitir la construcción del Museo del Hermitage, alegando que no tenía suficiente arraigo con la capital catalana, pese a que los impulsores privados de esta iniciativa cultural presentaron un proyecto donde se vinculaba la futura obra, que se quería construir en la Barceloneta, con el Liceu.
Además de todos los problemas diarios que sufren los ciudadanos de la capital catalana. Uno de los más sonados, el plan de recogida de basuras ‘porta a porta’ en el barrio de Sant Andreu, cuya aplicación de la fase 2 –prevista para el 18 de octubre– se ha suspendido ante la presión y el descontento vecinal con este modelo de residuos.