Enric Hernández condena RTVE a más tertulias y externalizaciones, según la plantilla
Los principales sindicatos de RTVE temen la hipotética cancelación de 'España directo' (La 1) y amenazan con movilizaciones por la opacidad de la dirección
Febrero ha iniciado con renovadas tensiones en la plantilla de Radio Televisión Española (RTVE). Si la proliferación de comunicados por parte de los sindicatos sirve de termómetro de los ánimos en la televisión pública, puede decirse que esta ha sido una de esas semanas en las que el enfado y la desconfianza han transpirado en sendos rincones de la corporación.
Los sindicatos mayoritarios —UGT y SI— han estallado esta semana precisamente porque el pasado miércoles se reunió la comisión de producción de RTVE. Este órgano, formado en partes iguales por representantes sindicales y de la dirección, vela por el cumplimiento del mandato marco y por el máximo aprovechamiento de los recursos propios del ente.
Al reunirse cada dos meses, las centrales habían acumulado muchas cuestiones que querían consultar con la dirección. La mayor parte eran dudas sobre el futuro inmediato de la parrilla. Por ejemplo: ¿Se ha renovado por un año Las cosas claras, el polémico programa de Jesús Cintora recurrido ante la justicia? ¿Se cancelará España directo como se rumorea?
La dirección no ha sido capaz de calmar la sed de respuestas de los sindicatos (y de la prensa). Economía Digital ha preguntado a RTVE sobre estos dos asuntos y ha quedado con tantas incertidumbres como los propios trabajadores del ente público. No se revela la extensión del contrato de Cintora ni se avanza la hipotética cancelación de España directo.
Ambas cosas ya prácticamente las dan por buenas los mencionados sindicatos, que van más allá y advierten de que la dirección —Rosa María Mateo como máxima responsable interina, y Enric Hernández como director de información y actualidad; ambos nombrados a dedo por el primer Gobierno de Pedro Sánchez— urde un plan mucho más macabro.
El plan, aseguran, tiene varios ejes. Por un lado, la programación de corte político (dícese de tertulias como Las cosas claras) irá a más y la información de servicio público a menos. Y por otro, la externalización de partes de la producción seguirá siendo el modus operandi, como ya sucede con el programa de Cintora o La hora de La 1, entre muchos otros.
Un tercer eje será otro ya viejo conocido de la era Mateo-Hernández en la televisión pública: la opacidad prácticamente total. De la misma forma que la dirección ignora al Tribunal Supremo cuando le exige publicar los sueldos de sus altos directivos, la falta de transparencia se extiende a su interacción con la plantilla, según denuncian los sindicatos.
Valga un antecedente fundamental: ya en 2020 los representantes de los trabajadores avisaron que Hernández quería revolucionar la franja matinal de La 1. Sus vaticinios los confirmó el paso del tiempo. La programación de las mañanas es irreconocible en comparación con la de hace un año. Ahora, alertan de una operación semejante, pero por las tardes.
«Trataremos de no dejar a nadie en la cuneta»
La UGT ha relatado que, en la reunión del miércoles, la dirección de RTVE fue lacónica. La única respuesta ofrecida a los interrogatorios sobre el futuro de España directo y el de los trabajadores de todas partes de España que participan en el mismo fue, según este sindicado, un llano «trataremos de no dejar a nadie en la cuneta».
El rumor entre los trabajadores es que este histórico programa de La 1 dejará de emitirse a finales de abril. Incluso se dice que ese mes el equipo deberá trasladarse a otro estudio porque el actual se convertirá en el de la nueva tertulia política que le sustituirá, según explican fuentes de la casa. «La decisión está más que tomada», dicen desde el sindicato USO.
El Sindicato Independiente (SI) se hace eco de informaciones que apuntan a que la dirección pretende «copiar la programación de las teles privadas tal como han hecho con Las cosas claras de Cintora por la mañana». Ese programa compite con Al rojo vivo, la tertulia política de La Sexta, aunque sus cifras de audiencia son «decepcionantes», según el SI.
Esta central no cree que sea un plan solvente. «Sustituir España directo, el concurso que le precede y la novela por un programa ‘de actualidad’ con debate político, a media tarde, cuando los espectadores demandan entretenimiento y relax, es poco menos que augurar un suicidio de audiencias» al mismo tiempo que se premia a una «productora amiga», añade el SI.
Y es que ningún sindicato espera que el nuevo programa de las tardes sea una producción 100% propia de RTVE. Eso ya casi nunca pasa con las apuestas de Hernández y Mateo. Al igual que con Las cosas claras, se amparan en el formato de «infoentretenimiento» para esquivar la norma que obliga al ente a producir por cuenta propia todo contenido informativo.
«¿Tienen intención de externalizar toda la programación? ¿Quedará algo de producción propia?», se pregunta SI, que junto con la UGT hace mayoría en los órganos de representación de los trabajadores de RTVE. De los minoritarios, CCOO y CGT no se han pronunciado sobre este asunto, y USO supedita estas decisiones a la necesidad de amplificar un «mensaje político».
Fuentes de USO matizan que no tienen previsiones de más cambios en la franja de las tardes, pero afirman que la decisión de poner fin a España directo para crear una nueva tertulia política ya se ha comunicado al director de ese programa. «Van a ir básicamente por un programa de más carga política, más mensaje, y menos información de servicio público».
RTVE ha respondido a este periódico que «por ahora no hay nada decidido».
Divorcio con Mateo y Hernández
El año pasado fue complejo para la corporación. Señalada como ariete del Gobierno por la oposición, con las audiencias en caída libre pese a la subida de consumo televisivo debido a la pandemia y enfrentada constantemente con los sindicatos y otros grupos de trabajadores por su falta de transparencia, RTVE atraviesa aún una crisis reputacional considerable.
Por parte de los sindicatos, la sensación de divorcio total es enorme. UGT y SI reprocharon la falta de transparencia o la mínima cortesía comunicativa por parte de la dirección tras la reunión del miércoles de la comisión de producción. USO asegura que ese órgano nunca ha sido funcional porque la empresa no suele aportar datos ni atender sus dudas.
Por ejemplo, varios sindicatos querían saber si Las cosas claras se había renovado por un año pese a sus datos de audiencia y las denuncias por su externalización. «Ni siquiera se molestan en justificar por qué se contrata a profesionales de la información cuando la corporación ya dispone de los mejores profesionales en programas informativos», dice la UGT.
SI ya amenaza con protestas por la opacidad de la dirección y por el rumbo que sugieren sus enigmáticas decisiones. «Si esta dirección quiere movilizaciones, las tendrá», advierte este sindicato. «Es momento de reclamar que se vayan aquellos que solo pretenden contentar a sus valedores, olvidando el sentido de una radio televisión pública que se debe a la ciudadanía».
USO, por su parte, se pregunta si es que la dirección ya sabe quién sustituirá a Mateo cuando el Congreso de los Diputados nombre un nuevo consejo de administración de RTVE en los próximos meses. De lo contrario, no se explican todos estos supuestos cambios de calado que dejarán en herencia a quien sea nombrado presidente de la corporación.
«Si se supone que viene un nuevo consejo de administración, hacer cambios antes de que vengan los nuevos es un movimiento arriesgado», dicen desde ese sindicato. En UGT creen tenerlo todo muy «claro»: «Enric Hernández impondrá más contenidos políticos, más tertulias de amiguetes y mucha menos información de servicio público».