Empresarios y oposición cargan contra el plan 2050 de Sánchez
Sánchez apeló al espíritu de la Transición anunciando una "ronda de diálogo abierto" sin mencionar al principal partido de la oposición, ni siquiera a sus socios de Gobierno.
La España 2050 de Pedro Sánchez ha recibido críticas, incluso antes de presentarse. Los grandes empresarios plantaron al presidente del Gobierno ante otro plan con visos propagandísticos. El jefe del Ejecutivo anunció un «gran diálogo nacional» sin citar al líder de la oposición, ni tan si quiera a sus principales socios de Gobierno. «Todo estaba orquestado para hacer resurgir a un Gobierno vapuleado recientemente en las urnas y con una profunda crisis con Marruecos sobre sus hombros», señalan desde distintos ambientes.
«España piensa a largo plazo». Ese es el principal mensaje que quieren lanzar desde el Gobierno a los principales actores de la sociedad con el ‘Plan España 2050’. La palabra «improvisación» asociada al Ejecutivo de Pedro Sánchez con la gestión de la pandemia es historia o, al menos, eso es lo que pretenden desde Moncloa.
El pensar a largo plazo también implica que los españoles visualicen el proyecto socialista o «sanchista» como opción de futuro, ante el cambio de ciclo que se vislumbra tras las elecciones en la Comunidad de Madrid. El Gobierno busca pasar página del 4M y las instrucciones son claras: «mayor iniciativa, mayor visibilidad», contestan a ED fuentes autorizadas.
El presidente del Gobierno presentó este jueves un ejercicio de futuro para dar utilidad a la Oficina de Prospectiva y Estrategia de Moncloa, creada en esta legislatura y bajo las órdenes del jefe de gabinete de Pedro Sánchez, Iván Redondo, y de la que nada más sabemos porque el Gobierno oculta «por razones de protección de datos» quiénes la componen.
Pedro Sánchez propuso «hacer una nueva historia de éxito en nuestro país» sin querer avanzar los detalles esenciales del trabajo a los principales empresarios de este país que así se lo reclamaron, según pudo saber ED. De ahí que el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, prefiriese estar este jueves con el presidente de Aragón, Javier Lambán, informando sobre las ayudas a empresarios. Las ausencias de Botín o Goirigolzarri también fueron muy comentadas y llamativas en los círculos empresariales.
«La existencia de una unidad de Prospectiva en España es conveniente y muy necesaria», añaden desde estos ambientes. Sin embargo, los empresarios echan de menos «los grandes acuerdos de país. Aquellos que nos mantenían unidos en los asuntos fundamentales y que muestran un país sólido en el ámbito internacional», contestan desde una de las patronales. «Más hacer y menos decir», añadieron unos; mientras otros calificaron su discurso de «Mr.Wonderful» o de «buenista».
Si bien es cierto que Sánchez apeló al espíritu de la Transición anunciando una «ronda de diálogo abierto» con mesas redondas y reuniones bilaterales en las que participarán las comunidades autónomas, los sindicatos, los empresarios y los ciudadanos. No citó ni al principal líder de la oposición, Pablo Casado, ni siquiera a sus socios de Gobierno. Ello ha generado muchas críticas, también entre los propios socialistas. Algunos, incluso, recuerdan el «despotismo ilustrado de Sánchez: todo para el pueblo pero sin el pueblo».
Sin embargo y más allá de la ironía, existe verdadera preocupación porque Pedro Sánchez se haya alejado de la realidad. El Partido Popular tuvo que airear que Pablo Casado llamó al presidente para ofrecerle su ayuda ante la crisis en Ceuta sin éxito alguno. No le cogió el teléfono. Lo hizo más tarde, cuando se publicó que fallaron las conexiones. «No hablamos para nada más. Las relaciones hace tiempo que están rotas», destaca un diputado del PP conocedor de los contactos con los socialistas.
Los populares esperaban que el presidente hubiera reunido a todos los líderes de los diferentes partidos en una mesa para articular una respuesta conjunta y enviar la foto de rigor a Marruecos, «exhibiendo la unidad de España», apunta este diputado. Pero no fue así. Pablo Casado ve un «insulto» el Plan para 2050 de Sánchez y critica que el Gobierno, en vez de ocuparse de la «España real», se ocupe de «la España virtual» lanzando «cortinas de humo».
Sus socios de gobierno no se quedan cortos y tras los avisos de Iñigo Errejón, de que el Gobierno solo contacta tres minutos antes de presentar una proposición en el Congreso, le siguen desde Compromís apuntando que «la comunicación debería ser más fluida, sobre todo con los socios».
Desde Unidas Podemos, el socio de Gobierno, se sigue imponiendo el silencio tras la salida de Pablo Iglesias del Ejecutivo. El ‘método Yolanda Díaz’ de no airear los trapos sucios sigue funcionando, pese a la opinión de algún diputado que aconseja a Sánchez presentar este plan en el Congreso e ir acometiendo las medidas, «sin prisa, pero sin pausa».
Parece que eso de pensar de aquí a 2050 no ha convencido a la mayoría de los actores principales de la sociedad, quienes advierten que la crisis del Covid ha dejado una enseñanza muy valiosa: el no saber qué será de nosotros ni de aquí a tres años, como para saberlo en 2050. Los empresarios claman: «Es necesario aplicar las medidas en el presente»; mientras que las distintas fuerzas políticas imploran, ante lo que viene, «comunicación y unidad de acción».