Empieza la ‘guerra civil’ en el PSC
La derrota de Carme Chacón dará alas a la corriente catalanista del PSC, que se arma de argumentos para forzar un cambio de rumbo en la recién estrenada dirección de Pere Navarro
El PSC se hunde un poco más en su particular vía crucis iniciado con el desalojo de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona. A las derrotas electorales hay que sumar ahora la nueva realidad que deberá asumir en el seno del socialismo español.
Tras el fracaso congresual de Carme Chacón, el PSC ha quedado arrinconado y prácticamente sin cuotas de influencia en la nueva dirección socialista que surgirá del 38 congreso del PSOE.
Con Rubalcaba, los socialistas han elegido experiencia y profesionalidad, frente a una promesa incierta de futuro. El PSOE ha dado la victoria al contrincante de Mariano Rajoy para volver a los gloriosos años de Felipe González, y en este camino de retorno parecen no encajar las propuestas del PSC.
Ha sido el último jarro de agua fría para el proyecto iniciado por José Montilla, heredado por Pere Navarro, y que transversalmente cuenta con el incombustible José Zaragoza.
El nuevo marco da alas al catalanismo latente en el partido y que titubea incluso con la segregación.
Los ex consejeros del tripartito Antoni Castells, Montserrat Tura y Ernest Maragall tienen una nueva oportunidad para forzar la revisión de la estrategia que no sólo ha llevado a su partido a los mayores fracasos electorales, sino que ha sido incapaz de imponer sus tesis en España a pesar del apoyo de la otra gran federación socialista, la andaluza.
‘Guapa, guapa’
Carme Chacón, que era el principal activo del actual PSC tras los resultados del 20N, se enfrenta a un retorno difícil. Para ganar apoyos en su apuesta por el PSOE, se ha desmarcado de la estrategia política cocinada en la calle Nicaragua.
Su no, por ejemplo, al pacto fiscal, a pesar de la opinión favorable del grupo parlamentario socialista, liderado por Joaquim Nadal, deja ahora a la candidata en una situación de delicada gestión si pretende continuar su carrera en clave catalana. Hoy por hoy, parece difícil que Chacón fuera respaldada como candidata a la Generalitat.
A Chacón, de momento, sólo le quedan los gritos de “guapa, guapa” que sus seguidores corearon tras conocerse la victoria de Rubalcaba. El 38 congreso del PSOE no sólo muestra la división existente en el socialismo español, sino que además podría estimular una catarsis en su partido hermano, el PSC.
Roures, a verlas venir
Por ahora, calma tensa, no sólo en la sede barcelonesa del PSC, sinó también en la torre Imagina. Desde allí, Jaume Roures observa como su apuesta política es enterrada por 22 sufragios de diferencia.
El protector del magnate de los medios y también marido de Chacón, Miguel Barroso, pierde, junto a su mujer, prácticamente toda la influencia que atesoró en pleno zapaterismo.
Se trata de un daño colateral y de una batalla más perdida por Roures en su guerra mediática contra el grupo Prisa, considerado próximo a Rubalcaba.