El último récord de Ada Colau: concejales a la fuga
La desbandada aboca a Colau a una renovación sin precedentes: nunca antes el 64% del gobierno municipal de Barcelona se había quedado fuera de las listas
Las dos últimas deserciones del equipo de la alcaldesa Ada Colau, las de las concejales Gala Pin y Mercedes Vidal, que esta semana han anunciado que no repetirán el próximo mandato en el Ayuntamiento, dejan en la candidatura de Barcelona en Comú a las municipales del 26 de mayo tan solo a cuatro ediles de los 11 que actualmente integran el gobierno municipal, de los que solo tres ya estaban a principio de mandato.
Apenas repiten la propia Colau; la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz (única superviviente de la cuota ecosocialista de la confluencia); la concejal de Participación y de Sants-Montjuïc, Laura Pérez, y el titular de las áreas de Presidencia y Agua y Energia y responsable del distrito de Gracia, Eloi Badia, que se incorporó seis meses después de las elecciones de 2015 en sustitución de Raimundo Viejo, el primer miembro del gobierno de Colau que saltó del barco para ir al Congreso, y cuyos pasos siguen ahora el número dos de la alcaldesa, Gerardo Pisarello, y el también teniente de alcalde Jaume Asens.
La cifra de concejales que no vuelven a presentarse supone un nuevo récord atribuible a Colau: nunca antes un gobierno municipal había llegado a las elecciones con tan pocos integrantes repitiendo en la lista. Ni en números absolutos ni tampoco en términos porcentuales.
Un récord de tiempos de Maragall
En las segundas elecciones municipales del actual periodo democrático, en 1983, volvieron a ser elegidos 10 de los 25 ediles que integraban el gobierno de coalición que a final de aquel primer mandato postfranquista ya lideraba Pasqual Maragall: ocho eran del PSC y dos, del PSUC, aunque uno de estos últimos, Josep Maria Serra Martí, concurrió en esos segundos comicios en la candidatura de Maragall. Es decir, el 60% de los miembros del ejecutivo municipal no repetían como concejales, una cifra que no había sido superada hasta ahora, cuando el 64% de los integrantes del gabinete de Colau —formado por menos de la mitad de ediles que aquel de Maragall— han renunciado o sido descartados por la dirección del partido de cara al 26-M.
En 1987, Maragall concurrió con una lista continuista que incluía a 17 de los 24 miembros del gobierno. Uno de ellos, Jordi Borja, proveniente, como Serra Martí, del PSUC, que desaparecía dejando paso a Iniciativa per Catalunya (IC). En 1991, al reeditarse por cuarta vez el bipartito de izquierdas, repitieron 19 de los 24 concejales del ejecutivo: 17 del PSC y dos de Iniciativa. En 1995, hubo más renovación: solo repitieron 11 (10 del PSC y uno de IC) de 23. Y en 1999, en los primeros comicios tras tomar Joan Clos el relevo de Maragall, fueron 12 de 21 (11 del PSC, uno de los ecosocialistas y ninguno de ERC, que por primera vez había formado parte de un tripartito municipal).
En las siguientes elecciones, las de 2003, 14 de los 15 concejales que obtuvo el PSC ya venían de estar en el gobierno el mandato anterior, y los dos representantes que había tenido Iniciativa en ese ejecutivo también repitieron, del mismo modo que el jefe de filas de Esquerra, Jordi Portabella. Es decir, repetían 17 de 25. Aunque uno de ellos, Ernest Maragall, entonces edil socialista y ahora, 16 años después, alcaldable de ERC, renunció antes de la constitución del pleno municipal.
Trias, continuista como nadie
En 2007, repitieron 13 de 25: siete socialistas, tres ecosocialistas y tres de Esquerra, aunque los independentistas ya no volvieron a integrarse en el ejecutivo municipal, que por primera vez gobernaría en minoría, con 18 concejales. De ellos, en 2011 repitieron 10 (7 del PSC y 3 de ICV), aunque la derrota socialista a manos de la CiU de Xavier Trias precipitó la renuncia de Jordi Hereu, que dejó su acta a los pocos meses.
Ese mandato, Trias gobernó en solitario con tan solo 14 ediles, y en 2015 presentó una lista que no podía ser más continuista, porque no incluía ninguna variación respecto de la de 2011 en los 20 primeros puestos. Aunque solo consiguió 10 concejales, que son los que repitieron, pero desde la oposición, al ser derrotados los convergentes por los comunes de Colau.
La alcaldesa ha contado con un ejecutivo aún menos nutrido que el de Trias, de tan solo 11 ediles, salvo durante el año y medio que el PSC estuvo integrado en el gobierno. De esos 11, tras la desbandada, quedan cuatro: Colau, Sanz, Pérez y Badia, que ocuparán los puestos uno, tres, cuatro y siete de la candidatura.
Renovación generalizada
En descargo de los comunes, hay que decir, cosas de la espiral que el nivel de renovación es altísimo también entre las filas de la oposición. En la candidatura de Junts per Catalunya solo repiten dos de los nueve concejales que tiene en la actualidad el grupo del Pdecat: Jordi Martí y Francina Vila. Bueno, tres, pero el tercero, Trias, solo aparece a efectos simbólicos cerrando la lista. La candidatura de Manuel Valls solo incluye a dos de los cinco concejales del actual grupo municipal de Cs: Paco Sierra y Marilén Barceló. Y del PSC continúan dos de cuatro: su jefe de filas Jaume Collboni y Montserrat Ballarín, mientras que por parte del PP y la CUP, que ahora tienen tres concejales cada uno, no repite nadie.
ERC es la única fuerza representada en el pleno que mantiene en la lista a la mayoría de su actual grupo municipal. Tres de cuatro, concretamente: Montse Benedí, Jordi Coronas y Gemma Sendra, que ocupan los puestos cuatro, cinco y siete.
En consecuencia, el pleno renovará, al menos, a 28 concejales, más de dos terceras partes. Una cifra, también, insólita. Hasta ahora, y desde la restauración de la democracia, las dos mayores renovaciones se habían dado en 1983, cuando fueron 27 los ediles que debutaron en un pleno que entonces estaba integrado por 43 —dos más que ahora—, y tras los comicios de hace cuatro años, cuando los nuevos fueron 26 de 41.