El TS deja en el aire el papel del juez Marchena en el 1-O
El Tribunal Supremo tramita la petición de recusación contra el juez Manuel Marchena en el juicio del procés por los whatsapp de Ignacio Cosidó
El Tribunal Supremo (TS) tramita las recusaciones presentadas contra el magistrado Manuel Marchena. Así, estudia si apartar al juez del Penal del juicio del procés. Hasta seis políticos presos por el procés le acusan de tener vínculos con el PP tras los mensajes de Whatsapp que trascendieron por parte del portavoz popular en el Senado, Ignacio Cosidó.
El Tribunal Supremo ha dado un plazo de tres días a las partes para que se pronuncien sobre los incidentes. Para ello se nombrará un instructor, previsiblemente Francisco Monterde, que será el encargado de decidir si la solicitud se eleva a la sala competente para examinar este tipo de reclamaciones.
Mientras el procedimiento se tramite, Marchena quedará apartado y le sustituirá en la presidencia del tribunal el magistrado de mayor antigüedad, Andrés Martínez Arrieta.
Las recusaciones fueron planteadas por el exvicepresidente del Govern Oriol Junqueras, los exconsellers Raül Romeva, Jordi Turull y Josep Rull, el expresidente de la ANC Jordi Sánchez y el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart. El motivo que alegan en las recusaciones es «falta de imparcialidad».
Marchena rechaza presidir el Supremo
El mensaje de Cosidó también propició la renuncia de Marchena al cargo que socialistas y populares habían reservado para él como presidente del Tribunal Supremo (TS) ni del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Cosidó, se jactaba ante más de 140 senadores populares de que, con Marchena al frente del poder judicial, los populares podrían controlar la sala penal del Supremo «desde detrás»
Según el abogado de Junqueras y Romeva, el whatsapp de Cosidó atribuye a Marchena «características personales vinculadas a una determinada orientación política que hacen dudar de la imparcialidad para la participación» en el juicio del proceso soberanista.
Por su parte, Marchena en un acto insólito de renuncia a la más alta magistratura del Poder Judicial defendió su independencia. «Jamás he concebido el ejercicio de la función jurisdiccional como un instrumento al servicio de una u otra opción política para controlar el desenlace de un proceso penal», declaró en un comunicado.
«Mi trayectoria como magistrado ha estado siempre presidida por la independencia como presupuesto de legitimidad de cualquier decisión jurisdiccional», añadió.