El RACC considera necesario fomentar la formación y el conocimiento de la normativa de circulación urbana
Mejorar la experiencia de uso de la bicicleta, la convivencia con el resto de usuarios y entre diferentes modos de transporte, y la seguridad impulsaría el uso de la bicicleta, según el “3er Barómetro RACC del Ciclista Urbano en Barcelona”
La situación derivada de la pandemia de la covid-19 ha provocado la caída general de la movilidad urbana y ha modificado especialmente la que afecta a los usuarios de la bicicleta, una movilidad que genera cero emisiones y fomenta un estilo de vida más saludable.
Sin embargo, el RACC avisa que es necesario fomentar la formación y el conocimiento de la normativa de circulación urbana en bicicleta a luz de los resultados del “3er Barómetro RACC del Ciclista Urbano en Barcelona”.
Este estudio, que analiza los hábitos y la opinión de las personas que se desplazan en bicicleta, muestra que el volumen de ciclistas se ha reducido en los días laborables y que la movilidad en bici se ha incrementado sobre todo durante los fines de semana.
Con esta transformación de la movilidad aparecen retos que se tienen que afrontar y resolver. Por ejemplo, aunque la red de carriles bici es ahora más extensa, también han irrumpido con fuerza el patinete eléctrico y otros vehículos de movilidad personal que conviven en el mismo espacio urbano.
Mejorar la experiencia de uso de la bicicleta y la seguridad para impulsar la demanda
El “3er Barómetro RACC del Ciclista Urbano en Barcelona”, que se basa en 600 encuestas a ciclistas y en más de 11.000 observaciones en los carriles bici de la red urbana, tiene como objetivo mejorar la movilidad de los ciudadanos, favorecer la experiencia de uso de la bicicleta y la convivencia entre los diferentes modos de transporte, y garantizar la seguridad de todos.
Para ello el RACC considera necesario, entre otras medidas que detalla en su informe:
- Que los ciclistas conozcan el código de circulación, y recomienda dar a conocer la normativa de circulación entre los adultos e iniciar a los niños en la circulación en bici desde la etapa escolar. Por ejemplo, adjuntar trípticos a los usuarios cuando compran una bicicleta.
- Mejorar las infraestructuras para alcanzar la máxima calidad; por ejemplo, resolviendo puntos mejorables en términos de seguridad, como cruces y rotondas, eliminando todos los carriles bici en acera, entre otras.
- Impulsar los incentivos, incluso fiscales, para el uso de la bici e informar de sus beneficios individuales, colectivos y medioambientales.
Además, el RACC recomienda mejorar el servicio público Bicing. De hecho, los servicios de bicicleta compartida (bikesharing) son facilitadores y puerta de entrada a la movilidad ciclista: de estos servicios proceden el 27% de los nuevos ciclistas urbanos.
Además el RACC considera necesario establecer un seguro obligatorio de responsabilidad civil para las personas que se mueven en bicicleta, subvencionar la compra y reparación de bicicletas e impulsar un registro de bicicletas para minimizar el riesgo de robos y facilitar la recuperación de bicis robadas.
Según el estudio del RACC, estas y otras actuaciones que propone en el “3er Barómetro RACC del Ciclista Urbano en Barcelona” para mejorar la convivencia con el resto de los usuarios, la seguridad en el estacionamiento, y los incentivos impulsarían la demanda ciclista: el 37% de los ciudadanos que no utilizan actualmente la bicicleta estaría dispuesto a usarla para sus desplazamientos cotidianos.