El PSOE votará junto a Podemos para zanjar la polémica de Garzón en el Congreso

Los socialistas aplicarán el rodillo parlamentario junto a sus socios de Podemos en la Cámara Baja para que el ministro de Consumo no dé explicaciones, tal y como pide el PP

El portavoz del PSOE, Héctor Gómez Hernández durante la rueda de prensa tras la reunión de la Junta de Portavoces del Congreso celebrado este martes. EFE/Fernando Alvarado

El portavoz del PSOE, Héctor Gómez Hernández. EFE/Fernando Alvarado

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La polémica por el ministro de Consumo, Alberto Garzón, se le ha ido de las manos al sector socialista en el Gobierno. «Nos perjudica», llegaron a decir este viernes fuentes del Ejecutivo al ver que sus socios de Podemos siguen explotando las diferencias con claro tono electoral, mientras Pablo Casado se planta directamente en explotaciones ganaderas.

La oposición en el Congreso -PP, Vox y Cs- registró la semana pasada una batería de iniciativas para que el titular de Consumo comparezca en la Cámara Baja. Sin embargo, las fuentes socialistas consultadas aseguran que no lo permitirán votando en contra junto a sus socios de Podemos para zanjar cuanto antes un asunto que debilita a Pedro Sánchez en las urnas.

En Moncloa consideran que Podemos ha ‘estirado el chicle’ del titular de Consumo toda la semana pasada para marcar perfil electoral y arrancar así este sábado la precampaña en Castilla y León con Ione Belarra y Pablo Fernández como caras representativas.

Los morados, por su parte, acusan a los de Sánchez de ser ellos quienes han dilatado la polémica permitiendo algunas esta semana en la Mesa del Congreso que se aprobasen algunas iniciativas planteadas por el PP como la reprobación de Garzón o la comparecencia de varios ministros en comisiones.

Los socialistas no rechazaron la calificación de dos preguntas escritas de PP y Vox dirigidas al ministro de Consumo y una petición de comparecencia cursada por Ciudadanos. El representante de Unidas Podemos en la Mesa del Congreso, Javier Sánchez Serna, mostró su «preocupación» por el visto bueno de sus socios a calificar las preguntas y advirtió que cuando las instituciones «no defienden la dignidad» y rompen el criterio de aceptar iniciativas solo basadas en hechos, éstas comienzan a «degradarse».

Desde el PSOE señalan que «esto no es así» y esgrimen que la Mesa del Congreso «califica a nivel técnico» y «no entra en criterios políticos», aunque destacan que el hecho de que la petición haya superado ese trámite no implica que Garzón tenga que comparecer. Fuentes del partido avanzan que el asunto se llevará a debate en la Diputación Permanente, el sustituto del pleno mientras no se reanude el periodo ordinario de sesiones del Congreso, en febrero, y ahí votarán junto a Unidas Podemos para que Garzón no declare.

El Gobierno se muestra preocupado por continuar con una polémica que la oposición está aprovechando para desgastarles. En Moncloa son conscientes de que la estrategia desplegada a primeros de semana exponiendo al resto de ministros en los medios para frenar la polémica ha fracasado avivando aún más el debate.

Las declaraciones del ministro de Agricultura, Luis Planas, advirtiendo al titular de Consumo que se había metido en su campo alertaron al Ejecutivo de que no estaba colocando su mensaje, sino dando alas al PP. Con dos años todavía por delante, sino no hay adelanto electoral, existe cierto temor a que la convivencia entre los socios se vuelva imposible.

Casado aprovecha la polémica: «Más ganadería, menos comunismo»

El Partido Popular aprovecha estos días para intensificar la precampaña en Castilla y León atacando al Gobierno por las declaraciones de Garzón. Pablo Casado no ha tardado ni dos días en rodearse de ovejas y visitar una explotación ganadera este viernes para lanzar lo que podría ser uno de los lemas de campaña: «Más ganadería, menos comunismo».

Inspirado en el «comunismo o libertad» que utilizó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para ganar los comicios del 4 de marzo; Casado vuelve a la carga metiendo esta vez a la ganadería por el medio para afianzar a sus votantes. La ofensiva del PP traslada toda la presión a Sánchez por no haber cesado a su ministro tras echar por tierra la ganadería española en un medio británico.

El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, durante la visita que ha realizado a una explotación ganadera de extensivo en Las Navas del Marqúes (Ávila). Foto: EFE/ Raúl Sanchidrián

Los populares intentan alargar la polémica para enlazarla con su estrategia de campaña para Castilla y León. El partido busca llevar estos comicios al plano nacional, como ya hizo Ayuso, para ningunear al candidato socialista Luis Tudanca.

Así, en rueda de prensa y con vacas de fondo, Casado dio las primeras pinceladas asegurando que esta ideología que «está en el Consejo de Ministros» y la que «intenta intervenir en los hábitos y en la economía nacional», diciendo que se coma menos carne o que se cierren explotaciones ganaderas. «Ése es el intervencionismo comunista contra el que nosotros estamos», recalcó.

El ‘número dos’ del PP, Teodoro García Egea, insiste en que Sánchez no puede acometer la destitución de Garzón porque es un presidente del Gobierno «a medias» en sus funciones, ya que «no tiene control» para «cesar o apercibir» a l ministro tras la polémica generada. «El problema no es Garzón, sino Pedro Sánchez», incide.

La orden de Génova es clara: no soltar a su presa. Casado ya ha ordenado a los suyos desautorizar políticamente a Garzón en las instituciones municipales y autonómicas del país, donde han presentado mociones para censurar al ministro.

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