El PSC y los empresarios buscan sólo el pacto fiscal para bajar la tensión
Pere Navarro, primer secretario de los socialistas, reclama un acuerdo federal bilateral con el Estado
Hay que reconducir la tensión. Los intereses económicos en juego y la tensión ciudadana que podría provocar un proceso de independencia, están llevando a los dirigentes políticos a posiciones más realistas. El PSC ha comenzado a reaccionar, después de la desorientación provocada por la manifestación de la Diada, y se apoya ahora en los empresarios para reclamar un acuerdo fiscal que reduzca la tensión con España, pero sin rehuir el cuerpo a cuerpo si CiU mantiene su pulso soberanista.
El acuerdo fiscal es lo que piden todas las patronales que sí están con el president Artur Mas en esa cuestión.
El primer secretario del PSC, Pere Navarro, ha iniciado ese giro con la peticion de una “relación específica bilateral” entre España y Catalunya, recuperando el espíritu de la Constitución, el espíritu de la Transición, el de las eleciones de 1977.
Intentar el acuerdo fiscal
La reacción del PSC, muy tocado todavía por la exhibición de fuerza del independentismo, llega también después de que CiU insista que su objetivo es intentar un acuerdo fiscal con el Gobierno español. El que más incide en ello es Josep Antoni Duran Lleida, que, a pesar de las dificultades, asegura que el “deber de la federación nacionalista “es intentarlo” cuanto antes y aprovechar para ello la entrevista entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el president Artur Mas, prevista para este jueves.
Navarro, un dirigente con un discurso coherente, pero que no acaba de ‘vender’ con convicción, ha querido ofrecer un golpe de timón, un cambio drástico, para intentar que el PSC protagonice la agenda política.
Aprovechar el cambio en todo el Estado
El desafío es mayúsculo, pero los socialistas catalanes son conscientes de que deben iniciar el cambio en algún momento. Y Navarro lo ha hecho en la Cambra de Comerç, presentado por su presidente, Miquel Valls, que se vanagloria de la transversalidad de la institución. Y ante una representación empresarial, no muy numerosa y con la plana mayor del partido, Navarro ha lanzado su proyecto: un acuerdo federal bilateral con España, aprovechando que el conjunto del Estado será en poco tiempo otra cosa muy distinta, porque la crisis obliga a reestructurar la administración central y autonómica.
Y un acuerdo fiscal que reduzca el déficit del actual 8% del PIB a un 4% o un 5%, como ocurre en países como Alemania. Precisamente, Valls se había pronunciado en la misma línea, la que defienden las patronales, como estación de destino, dejando el proceso soberanista en un prudente segundo plano.
Respecto a la independencia, Navarro ha sido claro. Considera que sería un error, porque la economía pide estabilidad y no un conflicto abierto que perjudicaría la inversión y el tejido empresarial. Porque, a juicio de Navarro, las empresas catalanas se benefician de pertenecer a un país grande, con empresas grandes, como España.
El derecho de los catalanes a quedarse en España
Pero, en todo caso, el PSC está dispuesto a presentar batalla. Si Artur Mas desea seguir el camino trazado en la manifestación, que, según Navarro, reclamó de forma contundente la independencia -frente a interpretaciones iniciales en las que se incluía las protestas por los recortes sociales- lo primero que debe hacer es convocar elecciones y pedir en el programa la independencia.
Y si hay una mayoría en el Parlament a favor de la independencia, que se inicie un proceso, “que será legal o ilegal, ya veremos” para conseguir ese objetivo, y que podría pasar por una consulta. Los socialistas, sin embargo, serán contundentes. Navarro ha defendido “el derecho de los catalanes a quedarse en España”.
Dolidos con el PSOE
Es el PSC que desea representar Pere Navarro, consciente de que Catalunya está en una encrucijada, después de 30 años en los que se han intentado diferentes proyectos políticos. El último el fallido Estatut. “Catalunya no puede vivir una transición permanente”, ha asegurado. Pero los socialistas catalanes saben de la dificultad de llevar a cabo su proyecto federal, y se muestran dolidos por la actitud de la dirección del PSOE.
No entienden como Alfredo Pérez Rubalcaba no hizo ni una sola referencia al federalismo en la Festa de la Rosa del domingo.
Todo ello no ha impedido a Navarro criticar con contundencia al PP y a CiU por sus programas de recortes sociales, la entrega de los dos gobiernos a las recetas de austeridad que se imponen desde las instituciones europeas. Y ha reprochado a Mas, como en otras ocasiones, que eliminara el impuesto de sucesiones.
El acto, un tanto desangelado, contó con la presencia de algunos empresarios y directivos, entre ellos el empresario y ex conseller José Manuel Basañez o el presidente de Abertis, Salvador Alemany. Sorprendió, curiosamente, que no asistiera la portavoz del grupo parlamentario del PSC, Rocío Martínez-Sampere, responsable, además, de economía del PSC.