El PSC se desangra: Àngel Ros deja su escaño en el Parlament
Los diputados socialistas críticos asumen ya que pueden ser expulsados
Las conversaciones no han servido de gran cosa. Cada uno de los diputados críticos del PSC tienen sus propios intereses, aunque mantengan una cierta unidad. Y el primero que ha hecho saltar la banca es el alcalde de Lleida, Àngel Ros, que dejará su escaño en el Parlament para no tener que votar en contra de la resolución de CiU y ERC de este jueves como pide la dirección socialista que lidera Pere Navarro.
Esa votación no tendrá ninguna traducción práctica. Se trata de pedir, desde el Parlament, al Congreso que se pueda celebrar la consulta soberanista a través de la cesión de la competencia, mediante el artículo 150.2 de la Constitución.
El PSC se autodestruye
Se trata de una decisión de los partidos que acordaron la pregunta y la fecha del referéndum, CiU, ERC, ICV y la CUP –aunque la formación que lidera David Fernández ha decidido abstenerse en la votación de este jueves– que quedará bloqueada en el Congreso de los Diputados.
Pero esa votación tendrá una consecuencia enorme en la política catalana: la destrucción del PSC.
El PSC se desangra. Ros dejará su escaño. Marina Geli votará en conciencia, y, muy probablemente, a favor de la resolución, a la espera de si será expulsada o no.
¿Expulsión final?
Joan Ignasi Elena hará lo propio. Núria Ventura se lo está pensando. Y Rocío Martínez Sempere, que quiere ser alcaldable por Barcelona y se presentará a las elecciones primarias, no desea votar a favor, pero tampoco en contra, como le pide Pere Navarro, y se podría abstener.
También Jaume Collboni, el portavoz del partido, querría buscar ese punto en común para todos que sería la abstención. Pero no será posible. Navarro está convencido de que se debe votar en contra, y de castigar la indisciplina de voto de los diputados díscolos.
El PSC vive,a 24 horas de la votación en el Parlament, un auténtico drama.