El PSC e ICV reclaman a Pujol que dé cuentas de Banca Catalana
Sánchez-Camacho le resta al ex president “toda credibilidad” sobre la supuesta herencia de su padre
El ex president Jordi Pujol se ha refugiado en la cuestión de la herencia que recibió de su padre para explicar el fraude fiscal que él mismo confesó el pasado 25 de julio a través de un enigmático comunicado. Pero los grupos de la oposición, en especial el PSC e ICV, se han centrado en el caso de Banca Catalana.
El líder del PSC, Miquel Iceta, le ha preguntado a Pujol, de forma directa, “si vendió o no”, acciones de la entidad financiera, obteniendo recursos que pudieron ser el origen de esos fondos que acabaron en una cuenta en Andorra.
Pujol, previamente, no había escondido esa relación, dejando claro que él apostó por un proyecto político personal. Y que se embarcó en difíciles empresas como Enciclopèdia Catalana, “porque era un pilar para la lengua, y había que redactar diccionarios, del francés al sánscrito”. Pero esos proyectos, en los que se embarcó Banca Catalana, dejaron un agujero de “130.000 millones de pesetas”, como ha apuntado Iceta.
Negocios con empresarios
También el líder de ICV, Joan Herrera, ha incidido en el asunto de Banca Catalana y en la supuesta intermediación de los hijos de Jordi Pujol a cambio de concesiones administrativas, o de facilitar proyectos empresariales. Pujol, previamente, ha rechazado que se produjera esa relación, en todo caso respecto a su propia persona.
Herrera se ha extendido en diversos casos, relacionando al empresario Carles Sumarroca con la familia Pujol, y en negocios en los que, a través del favor político, se lograron importantes beneficios económicos.
El líder eco-socialista le ha reclamado a Pujol que aproveche la “fantástica ocasión” que representa su comparecencia en el Parlament para “decir la verdad”, aunque ha considerado que Pujol sólo quier ahora “defenderse penalmente”.
Sin credibilidad
Pujol tiene la posibilidad de responder, posteriormente, a todas las intervenciones de los líderes parlamentarios. En todo momento el ex president ha ido tomando notas, mirando a los ojos de sus interlocutores, y realizando gestos con sus manos, cuando ha considerado algún dato incorrecto.
En ese caso, la intervención de la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, ha sido especialmente agria. Le ha espetado a Pujol que “no es creíble para decir ahora que no es un político corrupto”, que ha tratado de “obstaculizar” la justicia, y que debería responder de los posibles tratos de favor que ha beneficiado a un entorno empresarial ligado a Convergència, recordando la cuestión del 3%, que, en su momento, denuncio el ex president Pasqual Maragall.