El PSC, contra sí mismo
Pere Navarro será el candidato y buscará una complicada tercera vía para evitar la marginación del partido
Hay dolor y bronca, (el cabreo en el sentido argentino, como lo pronuncia Messi). Y desorientación.
La dirección del PSC es consciente de que ha alargado los plazos, de que ha pasado dos años, desde las elecciones autonómicas del 2010, instalada en una gran indefinición, y que el congreso que encumbró a Pere Navarro como primer secretario se cerró en falso. No hay un rumbo concreto, y ahora, el adelanto electoral, provoca un enorme desasosiego, porque nadie ha tenido tiempo para consolidar un cambio.
Reacción
Pero el PSC siempre reacciona. La ejecutiva socialista se reúne este viernes para elegir a Pere Navarro como candidato a la Generalitat. El domingo se desea que lo ratifique el consejo nacional del partido y a partir de ese momento llegará la clarificación del mensaje, siempre dentro de un cierto posibilismo.
Todo eso, claro, a no ser que en esa ejecutiva algunos dirigentes pidan que en el consejo nacional se pueda elegir otro candidato, sin necesidad de presentar avales. Es una posibilidad.
Pero la primera reacción llegó el jueves, con la votación de una resolución propia en el Parlament en la que se defiende el derecho a decidir, con un referéndum o una consulta a la ciudadanía, siempre que respete la legalidad.
Esa votación provocó una larga discusión en el seno del grupo parlamentario en la mañana del jueves.
Frente a la resolución nacionalista
Algunos diputados, los considerados como los más catalanistas, aunque ese debate ya no tenga mucho sentido en estos momentos, querían apoyar la resolución de CiU y ERC, (secundada también por ICV), que salió adelante, en la que se defendió la convocatoria de un referéndum de autodeterminación “de forma prioritaria” en la próxima legislatura.
La disputa fue seria. El grupo parlamentario decidió abstenerse a esa resolución, pero el diputado Ernest Maragall, rompió la disciplina de grupo y votó afirmativamente.
Otro diputado, Higini Clotas, no votó ninguna resolución, molesto por los cambios que quería realizar la dirección y que le dejaban fuera de la vicepresidencia de la Mesa del Parlament.
En todo caso, se contuvo el riesgo. Y el grupo parlamentario optó por una vía propia, por una resolución propia, por el derecho a decidir, siempre desde la vía legal.
Algo que los diputados del PSC reprochan con fuerza al president Mas, cuando aseguró que convocaría la consulta, fuera o no legal.
Manifiesto catalanista
En el transcurso del día, sin embargo, un grupo de diputados encuadrados en ese ala más catalanista fueron elaborando un largo documento que aún no han hecho público, en el que piden una transformación de la “izquierda nacional”, para establecer una prioridad clara: Catalunya, por encima de los intereses del PSC respecto a su relación con el PSOE.
De nuevo, las mismas caras, Marina Geli, Montserrat Tura, Antoni Castells, Ernest Maragall, Joaquim Nadal, Jordi Font, Daniel Font y Maria Badia, entre los principales firmantes.
Pero la incidencia, de momento, de este grupo, es mínima. Después de las elecciones ya se verá.
Ros, en la recámara
El cambio importante es que el alcalde de Lleida, Àngel Ros, se ha asegurado ser el cabeza de lista por su demarcación, y ya ha dejado claro que no ha tiempo para convocar unas primarias, y que el candidato debe ser Pere Navarro.
Ros era el candidato, antes del Congreso, de ese grupo de dirigentes catalanistas. Ahora pierden el referente. Ros, pase lo que pase el 25-N, puede ser una pieza importante del PSC que quede vivo.
Y Montserrat Tura, que ha mostrado en reiteradas ocasiones que quiere ser candidata, sin primarias, no tiene opciones.
Los empresarios, ¿aliados del PSC?
La cuestión importante para el PSC es que se ha encontrado con aliados en el camino. Ya se verá si sólo circunstanciales.
Su opción de defender una consulta, sin aparecer como un partido antiindependentista, como han recalcado en los últimos días dirigentes como Rocío Martínez-Sampere o Jaume Collboni, -no quieren ser el PP, aunque tienen un electorado en la frontera- pero siempre de la mano de la legalidad, les lleva a puntos de unión con el tejido empresarial catalán, que no desea aventuras que, después, puedan acabar mal.
Y también se ha encontrado el PSC con el líder de Unió Democràtica, Josep Antoni Duran Lleida, que ha dejado muy claro que no compartirá proyectos que no pasen por el respeto de la ley.
Y Duran puede ser determinante para el futuro de CiU.
Navarro necesita un equipo
En eso se puede basar Pere Navarro, que a partir del mismo domingo deberá tejer puentes, componer una lista electoral en la que Xavier Sabaté, Collboni, Martínez-Sampere o Laia Bonet serán nombres importantes para el futuro.
Artur Mas sentenció el miércoles en el Parlament que Catalunya necesita un PSC fuerte, aunque haya buscado un adelanto electoral para beneficiar al máximo a CiU, consciente de la situación de debilidad de los socialistas.
Y el problema es que la polarización de Catalunya que Mas puede provocar, a quien ahora puede beneficiar más, al margen de a CiU y, en menor medida a ERC, es al PP.
La polarización está asegurada, si Navarro no lo remedia.
El PSC se fundó para evitar esa polarización, y ahora lucha consigo mismo para ser fiel a sus principios.