El President a Sánchez Camacho: “No la quiero ofender personalmente”
Mas reprocha su crítica contundente sobre la corrupción sin asumir el 'caso Bárcenas'
La política catalana ha entrado en una deriva complicada y tortuosa, porque los dirigentes políticos y los diputados han comenzado a entrar en el terreno personal. Los reproches sobre los distintos proyectos políticos se mezclan con la desconfianza personal y los recelos.
Y ello se ha puesto de manifiesto este miércoles en el Parlament en la sesión de control. La líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, muy tocada por la conversación con la ex novia de Jordi Pujol Ferrusola en el restaurante La Camarga, difundida en su totalidad por la web de El Triangle, ha acusado con contundencia a Artur Mas y a CiU de corrupción por el caso Palau.
Más prudencia
Mas no ha podido evitar lo que para la dirección de CiU es una evidencia, que Sánchez-Camacho tendrá dificultades a partir de ahora para ejercer su responsabilidad política. Y le ha pedido “un poco de prudencia”. Según Mas, “cuando habla de temas de corrupción, le falta un poco de prudencia, y no quiero ir más allá para no ofenderla personalmente”.
Camacho se ha mantenido en sus tesis. Para la dirigente del PP, mientras que en el caso Bárcenas quien acusa es “un presunto corrupto que está en la cárcel”, en el caso Palau es “el juez de instrucción el que concluye que se pagaron supuestas comisiones a CDC” a cambio de la adjudicación de obra pública a Ferrovial.
La desconfianza personal ya es un hecho entre muchos diputados del Parlament. Y esa circunstancia, en política, puede ser fatal.