El PP avisa a Sánchez sobre el pacto del CGPJ: «O sale ya o no sale»
Fuentes populares aseguran que todavía quedan requisitos por cerrar, sin especificar cuáles, y que una vez queden concretados hablarán de los nombres de los vocales a repartir
La gran ausencia del cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Nuñez Feijóo en el Senado fue el pacto para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGP). Han tenido casi cuatro años, pero hasta que el ya expresidente del órgano, Carlos Lesmes, no ha dimitido –lo hizo la semana pasada-, los dos principales partidos no se han sentado a hablar en serio. Ambos líderes mantuvieron un encuentro el pasado lunes, pero desde entonces no se han vuelto a reunir.
Las negociaciones avanzan lentamente y a puerta cerrada para que nada ni nadie se entrometa. Prueba de ello es que este asunto ha quedado totalmente fuera del cara a cara de este martes en la Cámara Alta, a la que Sánchez ha acudido a rendir cuentas sobre su plan de medidas anticrisis. «Creo que es importante que lo dejemos a un lado», indicó el presidente del Gobierno. Pero desde Génova lanzan un mensaje a Sánchez sobre este pacto: «O sale ya o no sale».
Ni en el PP ni en el PSOE se atreven a decir que el acuerdo esté cerca. Fuentes populares aseguran que todavía quedan requisitos por cerrar, sin especificar cuáles, y que una vez queden concretados hablarán de los nombres de los vocales a repartir. «Se habla y se avanza, se buscan puntos de encuentro, pero sigue habiendo obstáculos», reconocen. Por su parte, desde el Partido Socialista evitan hablar del asunto y se limitan a asegurar que no quieren poner plazos.
«Se habla y se avanza, se buscan puntos de encuentro, pero sigue habiendo obstáculos»
Hasta el momento, la gran exigencia de los de Feijóo era modificar el sistema de elección para que los jueces pudieran elegir a los propios jueces. No obstante, el PP ya no exige que cambie la ley para renovar el órgano, sino que aceptaría que esta modificación se hiciera a posteriori, tal y como se ha informado en los últimos días.
La actitud de Sánchez y Feijóo en el cara a cara les delata
Feijóo se tomó en serio las palabras del jefe del Ejecutivo: no se habló en absoluto de materia judicial, sino que las intervenciones de ambos se realizaron únicamente en clave económica. Llamó la atención la actitud de ambos: el líder de los populares entró en el cuerpo a cuerpo con Sánchez, elevó el tono y le atacó por realizar un proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) con previsiones erróneas.
«¿Es insolvencia o mala fe?», preguntó el dirigente gallego repitiendo las mismas palabras que Sánchez pronunció en varias ocasiones en el último debate hace seis meses. Y le acusó de no haberse preparado un nuevo discurso y «copiar párrafos enteros» que ya pronunció en la comparecencia en el Congreso de la semana pasada.
Nadie se quejó de que Feijóo alargara sus intervenciones por encima de lo permitido
Sin embargo, Sánchez permaneció en un tono presidencial y tranquilo, lejos de la agresividad que ha mostrado en otras ocasiones. Incluso, por parte del PSOE, nadie se quejó de que Feijóo alargara sus intervenciones por encima de lo permitido por la Junta de Portavoces y la Mesa del Senado.
Según el reglamento del Senado, el presidente del Gobierno no tenía tiempo límite en su comparecencia, mientras que el jefe de la oposición disponía únicamente de 15 minutos para la primera intervención y cinco para la réplica. Pero intervino 19 minutos y 13, respectivamente.
¿Acuerdo de no agresión?
La pregunta que más se repetía en los pasillos del Senado es si había algún tipo de acuerdo de no agresión entre ambos líderes de cara a la posible aprobación de un pacto para renovar el Poder Judicial. Una duda que desde el PP quisieron despejar. «Es ridículo que el tono fuera a ser distinto» solo por el acuerdo para renovar el órgano de los jueces, aseguran fuentes del entorno de Feijóo, que consideran que tanto Sánchez como su líder estuvieron «cordiales» y «contundentes».
«No iba a haber una luna de miel económica por la renovación del CGPJ»
Pero sí reconocen que el debate se centró en remarcar las diferencias en materia económica y fiscal. «No iba a haber una luna de miel económica por la renovación del CGPJ». También destacan que la actitud de Sánchez fue más recatada que la de intervención que tuvo en la Cámara Alta hace seis meses. «Aquella vez no le fue bien porque fue un debate bronco. Su intervención fue de de una hora, no le funcionó y ahora la cambia», insisten.
Un debate sin nuevas propuestas
A diferencia de lo que Sánchez tiene habituados a los españoles, esta vez no anunció ninguna medida nueva. Eso sí, horas antes de su intervención, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, comunicó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que el Ejecutivo prevé nuevas leyes energéticas si la situación económica empeora.
El presidente defendió que España va a sortear la recesión y apuntó que, aunque los desafíos que amenazan al país están lejos de disiparse, «el Gobierno está respondiendo» y las medidas adoptadas – ya van diez reales decretos de contenido energético– «están funcionando».
«Vamos a superar esta crisis, nuestros ciudadanos tienen fortaleza como demostraron en la pandemia y el Gobierno tiene un plan de respuesta claro, igual que lo tuvimos durante la pandemia», señaló Sánchez en su primera intervención.
Pero el presidente del Partido Popular no estuvo de acuerdo. No al menos con el proyecto de cuentas públicas que ha presentado el Gobierno en el que no confía ya que está basado «datos ficticios», según criticó, «que no avala ningún organismo». «Le pido que retire los presupuestos. Rehágalos y vamos a hablarlos», le espetó Feijóo. A lo que Sánchez respondió con ironía: «Señor Feijoo, gracias por sus propuestas».
En los corrillos posteriores con periodistas, desde el PP quisieron defenderse. «Tenemos un plan económico pero no uno para cada día, como las propuesta de Sánchez», apostillan. Además, acusan al presidente del Gobierno de haber copiado el pacto energético o la deducción del IRPF. «Le hemos vuelto a dejar de nuevo nuestros papeles. Otra vez. Y dice que se los va a leer», concluyen.