El PP arruina la victoria del PSOE
El PP consigue un resultado suficiente para tomar el mando de todo Madrid y desluce así el triunfo generalizado del PSOE
Las encuestas auguraban un PP hecho escombros y un PSOE dueño y señor de todos los niveles de gobierno de España. Fallaron las encuestas porque, si bien el PSOE logró una victoria generalizada e importantes avances en muchos territorios, no logró su gran objetivo: conquistar Madrid, su gran maldición. El PP, por el contrario, consiguió evitar que su segunda posición por toda el mapa fuera un sonoro fracaso. Cumplió su gran objetivo: salvar los muebles en Madrid, su gran bendición.
Avanzaba el escrutinio y parecía que el PSOE iba a teñir de rojo el mapa nacional con victorias en la práctica totalidad de las 12 comunidades en juego. Pero, en este punto de la historia política, ganar es gobernar. Y gobernar es sumar mayoría. El PP no logró ser primero ni en la Comunidad de Madrid ni el Ayuntamiento de Madrid, pero sí logró sumar suficientes asientos con Ciudadanos y Vox para tomar el mando de ambas instituciones.
A medio escrutinio, el líder del PP, Pablo Casado, parecía estar condenado a ensayar una de sus muecas en el balcón de Génova. Pero la noche se arregló y Casado apareció con los dedos de victoria en alto. Todos los retrocesos electorales del PP quedaron para el análisis de fondo porque sus principales apuestas salieron airosas: José Luis Martínez-Almeida será alcalde de Madrid e Isabel Díaz Ayuso será presidenta de la Comunidad.
El giro al centro de Casado
Casado hizo bueno así su repentino giro al centro tras la hecatombe de las elecciones generales. Después de perder más de la mitad de escaños en el Congreso de los Diputados, el líder del PP anunció un giro inmediato al centro político. El volantazo ha sido suficiente para evitar una caída al precipicio.
Después de la triple cita electoral de este domingo (municipales, autonómicas y generales), el PSOE de Pedro Sánchez tiene argumentos de sobras para demostrar su recuperada hegemonía. Su recuperación es total y contrasta con el hundimiento de Podemos, de sus confluencias y de sus hijos bastardos. Las victorias del PSOE por toda España evidencian su sólida posición en estos momentos, pero su dominio no es absoluto.
Ciudadanos, por su parte, prosigue un avance a una velocidad inferior a la deseada por Albert Rivera. Su partido gana posiciones y conseguirá sillas en gobiernos municipales y autonómicos de España como en Madrid y Castilla y León. Lo que no consigue es recortar más distancias con el PP. Al contrario. Los populares experimentan una importante recuperación respecto a Ciudadanos, que vuelve a situarse muy lejos de ser segunda fuerza.
Vox, por su parte, consigue seguir colocando representantes en las instituciones sin que pueda concluirse que existe algo parecido a un fenómeno imparable.
El gran derrotado, sin duda, es Podemos y su líder, Pablo Iglesias. El buen momento del PSOE ha castigado enormemente a la formación morada, relegada a posiciones secundarias en casi todo el mapa y despojada de sus grandes conquistas en las elecciones municipales de 2015 (Madrid y Barcelona).
Otros ganadores
El 26-M deja otros ganadores. En el País Vasco, el PNV acapara todo el poder. Al gobierno autonómico suma las tres diputaciones forales y los ayuntamientos de las capitales. Su progresión es continua durante los últimos diez años.
En la Cámara autonómica de Navarra, con 50 diputados, son necesarios 26 para lograr la mayoría absoluta. Navarra Suma —integrada por UPN, PP y Ciudadanos— ha obtenido 19, por lo que necesitaría llegar a acuerdos y eso hace que todas las miradas se centren en el Partido Socialista Navarro, que se ha convertido en segunda fuerza con 11 parlamentarios.
España cierra así un ciclo electoral que ha confirmado que el PSOE lleva las riendas y que el PP no está en fase de descomposición. El bipartidismo sobrevivirá al menos una temporada más.