El plan de Feijóo para que el PP vuelva a brillar en Cataluña
El PP quiere renovar su proyecto político y darle un revulsivo, porque no tienen más que perder. "Bajar más allí no es sencillo", guiñan. Habrá nuevos candidatos y nuevo argumentario
El Partido Popular está en pleno apogeo autonómico: tras la mayoría absoluta de Andalucía, la dirección sabe que el camino hacia la Moncloa de Alberto Núñez Feijóo pasa por el apoyo en las comunidades, y en una de las de mayor peso electoral el PP está tiritando. Cataluña es una oportunidad para este nuevo PP, y el líder se está volcando. La estrategia está clara, y por eso se ha convertido en la comunidad autónoma que más ha visitado en sus primeros cien días de mandato.
Feijóo ha articulado su alternativa al Gobierno de Pedro Sánchez en torno a un único pivote: la economía. Y con ese arma piensa convencer. Porque la nueva dirección del PP considera que el mayor punto de encuentro entre las distintas «sensibilidades» catalanas es el bolsillo y los problemas derivados de la inflación, tal y como confirman desde el entorno más cercano al presidente popular a Economía Digital.
Quieren renovar su proyecto político y darle un revulsivo, porque no tienen más que perder. «Bajar más allí no es sencillo», guiñan. Saben que en Cataluña hay dos sensibilidades -«España sí o España no»- pero cuentan, según diagnostican, con un enemigo común: el IPC. «Tenemos que trascender esa dicotomía. Dejar de hablar de sensibilidades e identidad y pasar a algo más pragmático».
La identidad, un debate «para cuando no hay problemas»
La idea de Feijóo es focalizar en la cesta de la compra, en los precios de la energía y en los impuestos. «Ahora tenemos un problema de verdad», afirman desde la dirección. «Hay debates que están bien cuando no hay urgencias económicas». No es el caso. No sólo en Cataluña, sino que la acción política del PP va dirigida a este frente en todos sus grupos parlamentarios y a nivel orgánico.
No en vano, el propio Feijóo ha azuzado el fantasma de la debacle económica de 2011 con José Luis Rodríguez Zapatero al frente de la Moncloa en los últimos días. Ha pronosticado una «profundísima crisis» y ha retratado a Sánchez como su antecesor socialista en el Gobierno. No sólo por las similitudes de las previsiones económicas, sino porque justo después Mariano Rajoy ganó con una abrumadora mayoría absoluta.
La comparación no es casual. Lo hacen todos los primeros espadas del partido en cada intervención ante los medios. Comenzando, claro, por él mismo. «Nos dirigimos, todavía con mayor intensidad, a una profundísima crisis económica […] Mientras, el Gobierno niega las evidencias y mira hacia otro lado, tal como hizo el gobierno socialista en el año 2007«.
El fantasma de Zapatero y la crisis
La reminiscencia de las elecciones de noviembre de 2011 impregnan sus planes para los próximos comicios de noviembre de 2023. Eso sí, previo paso por las autonómicas y municipales del próximo mes de mayo, para que la oleada de apoyos sea cada vez mayor, porque saben que hay varias comunidades que se pueden teñir de azul y darles un espaldarazo en el camino al Gobierno.
Pero lo cierto es que para Feijóo y los ideólogos del partido la situación actual es peor que la de la crisis de hace una década. «El problema con Zapatero era menor que con Sánchez, porque aunque no vio venir la crisis, la negó y después la ocultó, al menos tenía un Gobierno unido y una mayoría sólida, con un vicepresidente como Rubalcaba y no Yolanda Díaz«, insisten.
«A un problema similar era un gobierno mejor», sentencian, y poco tiene que ver ahora que se haya vivido toda la crisis separatista, el 1-O y el juicio al procés. «Puedes coger la estelada o no, pero si eres pobre te importa poco».
El rival no es Puigdemont, es el IPC
Así, el foco estará directamente en ese rival: no es Puigdemont, no es Junqueras, no es ni siquiera Aragonés. Es, sencillamente, el IPC. Además, en privado, reconocen que Feijóo no es precisamente «hostil» a las sensibilidades de cada territorio. «Las diferencias las respetamos, no las combatimos», recuerdan.
«No se va a generar tensiones territoriales. En vez de poner el foco en la cuestión que os divide, lo que os une», apuntalan. En el fondo, es la misma estrategia que a nivel nacional, pero en una autonomía donde el tejido empresarial siempre ha gozado de un peso muy específico y más profundo que en el resto. Ahí van a convencer, pero no sólo: también a las clases medias y trabajadoras, donde dirigen medidas como la rebaja del IVA de la luz o el bono de 200 euros que Sánchez les «copió». «Hay que recordar: si en algo somos buenos, es en números».
Para que la ola de ilusión contagie a los antiguos votantes, también la reforma pasa por una limpia de cuadros y de caras, en busca de candidatos que «representen bien a sus territorios», al más puro estilo Isabel Díaz Ayuso en Madrid o Juanma Moreno en Andalucía.
Los candidatos, a partir de otoño
Eso pasa, sí o sí, por proponer nuevas personas para responsabilidades. La primera opción de Alberto Nuñez Feijóo para liderar la candidatura del Partido Popular, en las elecciones municipales de Barcelona, es Dolors Montserrat, tal y como avanzó El Mundo y ha confirmado este periódico. La exministra de Sanidad en el Gobierno de Mariano Rajoy, actual eurodiputada y portavoz de la familia popular en Bruselas, goza de la confianza del dirigente gallego.
De momento, a diferencia del 2019, con la elección de Josep Bou, el PP no ha podido captar ningún candidato de la órbita empresarial de Cataluña y Barcelona. Los populares fían su estrategia en la capital catalana a la recuperación del valor de la marca con los recientes éxitos de Andalucía y Madrid. Según las fuentes consultadas por Economía Digital, a falta de nombre, la dirección autonómica tiene claro que los ejes centrales del programa en Barcelona pasan por la economía y la seguridad.
De todas formas, el Partido Popular de Cataluña empezará a oficializar sus candidatos a partir de otoño. Barcelona y Lleida serán las dos primeras provincias que celebrarán sus congresos para validar las listas, mientras que en Tarragona y Girona tampoco se escatimarán recursos para recomponer la base territorial.
Baile de nombres
Pese a que el nombre de Dolors Montserrat es el que genera mayor consenso en Génova, como es habitual en ciclos electorales, también van apareciendo algunas figuras históricas. Alberto Fernández Díaz se vuelve a dejar querer para volver a ganar el protagonismo perdido en 2018, cuando anunció que no se presentaría como candidato a las municipales.
Ahora bien, el objetivo final del pequeño de los Fernández Díaz es ir a Bruselas como eurodiputado, en las próximas elecciones del 2024. De hecho, en 2019, el histórico dirigente popular ya se veía en Europa, pero el premio se lo llevó Dolors Montserrat. Este movimiento fue una de las principales razones por las cuales la relación entre Alberto Fernández Díaz y Pablo Casado se enfrió.
Manu Reyes, el hombre del área metropolitana
En el listado de posibles candidatos ha aparecido con fuerza, en las últimas semanas, el nombre de Manu Reyes. El exalcalde de Castelldefels (2011-2015) es uno de los hombres de confianza de Alejandro Fernández, el presidente del PP catalán, para dirigir el partido en las cercanías de Barcelona y el resto de la demarcación.
Al igual que Xavier Garcia Albiol en Badalona, Reyes también se ha encontrado con varias victorias locales, pero sin gobernar por la suma del resto de partidos en la ciudad del Baix Llobregat.
El retorno de Daniel Sirera a Cataluña
En medio del baile de nombres, algunos sectores del PP catalán han puesto encima de la mesa el nombre de Daniel Sirera. El actual director de gabinete de Carlos Mazón al frente de los populares de la Comunidad Valenciana tiene a favor que conoce a la perfección la maquinaria del partido en Cataluña y a la vez, el entorno político -Ayuntamiento de Barcelona y Parlament-.
Como punto débil, el liderazgo de Sirera en el partido se resume a poco menos de un año, 2007-2008, como presidente del PP en Cataluña. Una época de transición, entre los mandatos de Alicia Sánchez Camacho y Josep Piqué.
Josep Bou sobrevive al fuego amigo del PP
No aparece en la terna para liderar la candidatura, pero el nombre de Josep Bou no se puede desvincular de la situación interna del PP catalán. El actual líder popular en el Ayuntamiento de Barcelona mantiene las formas, pero de puertas para dentro no esconde su decepción con la dirección autonómica y estatal.
En 2019, Bou llegó a la plaza Sant Jaume con la etiqueta de ser un empresario alejado de la política y la intención de construir una identidad propia para el PP en Cataluña. Desde su llegada, Josep Bou ha recibido ataques más feroces desde dentro del partido que por parte de la oposición.