El Pdecat se somete a terapia de grupo
Dirigentes del Pdecat se reúnen en la presentación de 'Cómo ganamos el proceso y perdimos la república', una obra crítica con los errores del independentismo
El antiguo gobierno de Artur Mas se reunió este viernes sin Artur Mas. Podría decirse que sólo el expresidente de la Generalitat faltó a un acto que iba a ser únicamente la presentación de un libro y acabó siendo una terapia de grupo de la antigua Convergència —aquella que mandaba hasta donde le dejaban ERC, la CUP, la ANC y Òmnium— y que hoy, transformada en Pdecat, sólo manda hasta donde le deja Carles Puigdemont.
Josep Martí, antiguo secretario de comunicación de la Generalitat y autor de Cómo ganamos el proceso y perdimos la república, de ED Libros, explicó las líneas maestras de un ensayo crítico con «los errores del independentismo» y también hizo de psicoterapeuta ante bastantes de los dirigentes que impulsaron el procés.
Allí estuvieron Neus Munté, Andreu Mas-Colell, Joana Ortega, Francesc Homs, Jordi Baiget, Germà Gordó, Ferran Mascarell y Boi Ruiz: varios de los consejeros que se sentaban en las reuniones del consejo ejecutivo de la Generalitat para impulsar el llamado «derecho a decidir».
Aquellos fontaneros que arreglaban cañerías
Y, claro, no podían faltar los fontaneros porque, al fin y al cabo, eso es lo que fue Martí en la Generalitat. (Entiéndase por fontanero a aquel profesional de la política que trabaja en la sombra dedicado a engrasar las cañerías del poder, sean comunicativas o estratégicas).
Fue más que interesante observar a los fontaneros reunidos, ya que pudieron extraerse obvias conclusiones. Juntos y distendidos entraron al auditorio de La Casa del Libro Jordi Cuminal, de CDC, antiguo director general de comunicación de la Generalitat al servicio de Artur Mas, y Miquel Martín Gamisans, afín a ERC, secretario de comunicación bajo influencia de Oriol Junqueras.
Josep Martí y Sergi Sol, fontanero jefe de ERC
También estuvo el fontanero jefe de ERC, Sergi Sol, a quien también se vio en buena sintonía con el aparato comunicativo de los gobiernos de Mas. El buen humor de los estrategas comunicativos de ERC y CDC, sobreactuado ante los focos, contrasta con la enorme frialidad que mantienen ahora los fontaneros de ERC con los de Puigdemont. Algo se ha roto y nadie consigue detener la fuga. El mensaje fue inequívoco: antes había con quien arremangarse.
Martí pide aparcar las emociones y hacer política desde la racionalidad
Martí se miraba el auditorio con cierta melancolía. Consciente de los errores cometidos durante sus cinco años de colaboración con Mas, pero preocupado porque sus herederos tan siquiera son capaces de empalmar un puñado de cañerías para facilitar la formación de gobierno.
El fontanero de Mas aconsejó al soberanismo que aparque las emociones porque «sobran», porque la política debe hacerse desde una lógica cartesiana y realista. Lanzó prácticamente un llamamiento a la política profesional, a la que aborda los problemas desde alguna perspectiva diferente a la del grito de «las calles serán siempre nuestras». Lo explica con honestidad y agilidad en Cómo ganamos el proceso y perdimos la república.