El Pdecat decide en Barcelona qué quiere ser de mayor
Las primarias para escoger al alcaldable del Pdecat en Barcelona son un pulso entre el establishment y los sectores más puigdemontistas del partido
Hace meses que el Pdecat bascula entre el seguidismo y la incomodidad respecto de un Carles Puigdemont que desde que consiguió forzar la presentación de una candidatura a las elecciones del 21D que desbordara los límites del partido, ha arrebatado las riendas estratégicas a la cúpula de la formación neoconvergente. Y más desde el sorpasso a ERC en las urnas, que consolidó el liderazgo y el protagonismo a distancia del ex presidente de la Generalitat.
Así las cosas, las primarias que el partido ha puesto en marcha en Barcelona no servirán solo para escoger a su alcaldable en las municipales de 2019. Serán también un testeo para calibrar la fuerza de cada uno de los dos sectores, el del establishment de la formación y el más alineado con Puigdemont y los independientes que forman el núcleo duro del ex president. Y, tal vez, para determinar cual de esas dos vertientes acaba por imponer su línea en la sala de máquinas de los neoconvergentes.
La presidenta y el outsider
Inmersos en esa dialéctica, el papel de representante de la dirección, y de un Pdecat más cercano a lo que era la vieja Convergència, corresponde a Neus Munté, al cabo, presidenta de la formación, mientras que Carles Agustí asume el rol de outsider, cercano a los postulados de los puigdemontistas.
Munté, militante desde 1996 de CDC y también de la UGT, donde ejerció como abogada, fue vicepresidenta de la Generalitat con Artur Mas, al que sucedió en enero como presidenta del partido demócrata, pero sus diferencias con Puigdemont ya precipitaron su salida del gobierno catalán en julio pasado. Munté, que ejercía de consellera de Presidencia y de portavoz del ejecutivo, fue cesada junto con los titulares de Interior y Enseñanza, Jordi Jané y Meritxell Ruiz, por sus discrepancias respecto de la vía unilateral por la que Puigdemont y Oriol Junqueras se decantaron para celebrar el referéndum del 1 de octubre.
Agustí se forjó políticamente en las JNC, las juventudes de Convergència, y toda su trayectoria profesional ha basculado en torno a CiU o a las instituciones en que ésta gobernaba. Durante el mandato del alcalde Xavier Trias, ejerció como comisionado de Participación y se especializó en temas de transparencia y gobierno abierto. Ahora, tras décadas en la trinchera, Agustí busca dar el salto a la primera línea política y jugar la baza de una unidad soberanista que trascienda los límites del Pdecat.
La vía Graupera
Las diferencias entre los candidatos, ambos de 47 años, son profundas. Tanto, que la elección de uno u otro puede afectar no solo a la línea de acción del Pdecat a la hora de intentar el asalto a la alcaldía, sino a la del conjunto del soberanismo. Agustí es ahora mismo la principal baza de Jordi Graupera para hacer realidad su plan de ensamblar una única candidatura independentista al ayuntamiento, porque ni Munté ni tampoco el alcaldable de ERC, Alfred Bosch, están por la labor.
Agustí es otra historia. Firme puigdemontista y partidario de traducir en clave municipal la apuesta que supuso JpC el 21D, e incluso de ir más allá, se le vió en la conferencia en la que el filósofo lanzó su propuesta, y desde entonces no ha dejado de juguetear con ella. Fuentes de su candidatura matizan, eso sí, que una cosa es una lista de confluencia soberanista, que ven con buenos ojos, y otra, organizar unas primarias abiertas como las que propone Graupera para decidir el liderazgo de la misma. “Nosotros ya estamos haciendo las nuestras. Cada uno que escoja a su líder y luego ya nos pondremos de acuerdo”, precisan las mismas fuentes. Es decir, la vía Graupera pasa por Agustí, pero sin más primarias que las que ahora afronta el Pdecat.
Munté consiguió más avales de militantes, pero Agustí ganó en apoyos ciudadanos de fuera del partido
Pero, ¿qué opciones hay de que triunfe esa vía? Consolidada Munté como la gran apuesta de la dirección del partido para dar la batalla por el Ayuntamiento, Agustí, eterno secundario, sonaba de entrada a mero sparring sin opciones pero que permitía dar color a la apuesta por las primarias. Tal vez lo sea, pero la fase de recogida de avales ha matizado esa percepción. La presidenta consiguió más firmas de militantes: 244, por 127 de Agustí; pero este ganó en apoyos ciudadanos de fuera del partido: obtuvo 799, 53 más que Munté. Ella sigue siendo la favorita, pero menos.
Trias, con Forn
El actual jefe de filas del Pdecat en el consistorio, Xavier Trias, no se ha significado todavía, aunque fuentes del grupo municipal no descartan que lo haga en las próximas semanas. La apuesta del ex alcalde para sucederle siempre ha sido el que fue su número dos, Joaquim Forn, que nunca fue el preferido por el partido. Pero el salto de Forn a la consellería de Interior y su posterior encarcelamiento, del que ya hace casi medio año, le acabaron de descabalgar en la carrera por la alcaldía.
La última palabra la tendrán los militantes en una elección que se celebrará los días 11 y 12 de mayo. Será ese fin de semana cuando el Pdecat empiece a concretar en Barcelona qué quiere ser de mayor.